No la quiso mencionar directamente ni una sola vez, pero todos los ataques tenían el mismo destinatario. Era el pasado abril, en la junta de accionistas de Mediaset España, y su consejero delegado, Paolo Vasile, zumbó con dureza al “árbitro”.
Y es que, para el directivo, el árbitro es el “verdadero enemigo”, es el “verdadero problema” del sector audiovisual, es el que actúa con las teles tradicionales “como si viviéramos en los tiempos de la Inquisición”, mientras que los nuevos gigantes Netflix, HBO o Amazon viven en un mundo “sin límites ni reglas”.
Ese “árbitro asimétrico” contra el que cargaba Vasile, y al que nunca mencionó, es la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Los ataques no vienen sólo de Mediaset (Telecinco, Cuatro, Boing, Energy, Divinity…), las comparten otros agentes del sector, singularmente Atresmedia (Antena3, LaSexta, Neox, Nova…), el otro gran grupo audiovisual en España y que también viene siendo muy crítico con las actuaciones del regulador.
Las empresas se quejan desde hace tiempo de la hiperregulación a la que están sometidas a través de la Ley General de Comunicación Audiovisual. Y denuncian una hostilidad manifiesta contra el sector por parte del supervisor, personificando esa tirria, esa particular animadversión en el propio presidente de la CNMC, José María Marín Quemada.
Lo cierto es que las televisiones españolas acumulan más de setenta de expedientes que se han saldado con decenas de sanciones (cada expediente puede incluir varias multas) por importe de más de 41 millones de euros desde la creación de la CNMC en 2013, según datos internos del organismo a los que ha tenido acceso El Independiente. Y el regulador prepara ahora un multazo histórico que va a disparar esa cifra de sanciones.
¿El fin del “duopolio” publicitario?
La CNMC ultima el cierre de un doble expediente contra Mediaset y Atresmedia que promete revolucionar el sector audiovisual patrio. El organismo aprobará en septiembre sanciones históricas (previsiblemente rondarán los 50 millones de euros para cada uno de los grupos) por los presuntos abusos en la gestión de la publicidad de los dos gigantes, que hacen inviable que sus rivales televisivos puedan competir por la tarta publicitaria.
Mediaset y Atresmedia controlan el 84% de todo el negocio de la publicidad de la televisión española y alcanzan el 95% del importe publicitario de las televisiones en abierto. La CNMC entiende que ambos grupos se han creado una posición de dominio y ahora abusan de ella. El supervisor quiere poner fin al modelo de negocio implantado por los dos gigantes, que exigen cuotas mínimas de publicidad tanto a los anunciantes como a las centrales de medios y les penaliza si no las asumen, y que comercializan la publicidad de manera conjunta para varios de sus canales en forma de paquetes.
El presidente de la CNMC ha llegado a calificar directamente esta situación de “duopolio” en el negocio audiovisual y ha apuntado que este modelo le pone “extremadamente nervioso” y que preferiría que “no existiese”. Los grupos de TV han denunciado la “animadversión” de Marín Quemada contra las compañías y alertan de que la sanción parece “ya decidida antes de tiempo”. El choque entre la CNMC y las televisiones es frontal y abiertamente público.
La sanción se da por segura. Ambas compañías trataron de cerrar los expedientes con una solución pactada ofreciendo concesiones en sus modelos de negocio para evitar la multa. La CNMC rechazó las propuestas de Mediaset y Atresmedia (que incluían un test previo del regulador para garantizar que otras cadenas pudieran replicar sus ofertas promocionales) por insuficientes y continuó con el expediente.
La multa a la que se exponen los grupos por estas prácticas puede rondar los 50 millones de euros para cada uno, según fuentes del sector. La CNMC se ha decantado por considerarlas una infracción grave, por lo que la multa máxima es del 5% de la facturación anual de las compañías, que se sitúa en ambos casos en torno al millar de euros (los ingresos de Atresmedia fueron el año pasado de 1.042 millones y los de Mediaset se situaron en casi 982 millones). Si el organismo hubiera considerado la infracción como muy grave, la sanción podría duplicarse, hasta el 10% de la facturación anual como máximo, hasta los 100 millones por barba.
Sin embargo, la verdadera importancia del doble expediente no reside en el importe millonario de la sanción, sino en que supondrá un cambio radical en el modelo de negocio de los gigantes audiovisuales y de todo el sector. Y es que, una vez que la CNMC apruebe la resolución, Atresmedia y Mediaset estarán obligadas a dejar de aplicar las prácticas consideradas ilícitas. Aunque las compañías recurran la sanción, tendrán que cambiar su modelo publicitario y se abrirá una revolución en el sector.
Las grandes multas, por competencia
Hasta ahora, las grandes sanciones han venido impuestas por el área de Competencia del organismo: 15,5 millones de multa a Telefónica y DTS (Canal +) por la comercialización de los derechos del fútbol¸ 6,5 millones a Mediapro también por los derechos del fútbol, 2,8 millones a Atresmedia por incumplir varias condiciones para la fusión a Antena3 y LaSexta…
Por su parte, el área de Supervisión Regulatoria de la CNMC, la que se encarga del funcionamiento cotidiano del sector audiovisual, concentra el mayor número de expedientes contra las televisiones, pero la cuantía de sus sanciones son, en comparación, apenas menudeo.
La inmensa mayoría de las multas oscilan entre los 30.000 y los 300.000 euros, y las menos suponen para los gigantes televisivos españoles pellizcos de mayor cuantía (algunas han superado el millón de euros).
La mayoría de los expedientes se deben a infracciones como superar el tiempo máximo de publicidad permitido, por exceso de interrupciones publicitarias, la introducción de formatos promocionales encubiertos en sus programas, incluir publicidad prohibida (singularmente la de bebidas alcohólicas) fuera del horario legal, emitir contenidos calificados para mayores en horario infantil…
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