Economía

El crédito bancario crece en España al mayor ritmo desde la crisis financiera

El saldo crediticio creció un 1,2% en el segundo trimestre del año, hasta los 1,15 billones de euros, aún un 35% por debajo del récord de 2008

Sede central del Banco de España, en Madrid. | Banco de España

El crédito vuelve a fluir en España. Los bancos españoles han disparado la concesión de créditos al mayor ritmo en los últimos once años. Los datos ofrecidos este jueves por el Banco de España reflejan que el volumen de créditos concedidos por bancos, cajas de ahorros y cooperativas de crédito ascendió al cierre de junio a 1,158 billones de euros, una cifra que representa un incremento del 1,2% respecto a las registradas al término del primer trimestre del año. Hay que remontarse al segundo trimestre de 2008, antes del hundimiento de Lehman, para encontrar un incremento mayor del saldo crediticio en España.

De este modo, las cifras confirman los mensajes lanzados por la mayor parte de las entidades durante la reciente presentación de resultados del primer semestre, en la que algunos bancos llegaron a anunciar un punto de inflexión en el mercado crediticio. La mayor parte de las entidades nacionales registró durante el segundo trimestre del año tasas de crecimiento de los créditos a la clientela por encima del 1%, destacando las cifras de Bankinter o Liberbank, que superaron el 3%.

Lo cierto es que los bancos llevan ya varios años reportando crecimientos en la producción de nuevos créditos. La solidez que viene mostrando desde hace varios ejercicios la economía española y una condiciones de financiación favorables, propiciadas por la actuación del Banco Central Europeo (BCE), han permitido una tendencia creciente en la concesión de créditos que, sin embargo, hasta ahora, no había sido suficiente para compensar el elevado ritmo de amortizaciones.

En el segundo trimestre de 2019 entidades como Bankinter o Liberbank publicaron un aumento de su inversión crediticia superior al 3%

Tras el estallido de la crisis, familias y empresas se sumieron en un intenso proceso de desapalancamiento que ha llevado el saldo del crédito en España a sus niveles más bajos en tres lustros, situándose aún hoy más de un 35% por debajo del récord, registrado a finales de 2008, al borde de los 1,8 billones. Y lo cierto es que, pese al crecimiento de este último trimestre, el volumen actual de crédito bancario en España se mantiene un 1,3% por debajo del publicado hace justo un año.

Sin embargo, esta tendencia empieza ahora a dar muestras de revertirse, a pesar de las señales que alertan de una probable desaceleración del crecimiento y de hecho el mes de junio también registró la mejor evolución intermensual en los últimos tres años. No obstante, también es posible que estos datos hayan estado también influidos por la aceleración en la concesión de hipotecas que la mayoría de bancos reconoce que se produjo en las semanas previas a la entrada en vigor de la nueva ley hipotecaria, que tuvo lugar el pasado 17 de junio.

El portavoz de la Asociación Española Bancaria (AEB), José Luis Martínez Campuzano, explica que el repunte del saldo crediticio ha estado impulsado por el crédito al consumo y, en menor medida, los préstamos a empresas.

Las entidades financieras han puesto en los últimos trimestres un especial énfasis en crecer en estos segmentos de crédito, no sólo para compensar los volúmenes aún decrecientes en el mercado hipotecario, sino también porque ofrecen unas rentabilidades sustancialmente más elevadas. Esto es especialmente significativo en el caso del crédito al consumo, que en los últimos cuatro años acumula un crecimiento superior al 15%.

El crecimiento de los volúmenes puede suponer un alivio para un sector sumido en una intensa competencia en precios para crecer

El auge de este sector ha generado alguna preocupación en los reguladores, que han reclamado a los bancos extremar las precauciones. Éstos, por su parte, aseguran que su actividad en este segmento está enfocada principalmente en sus clientes vinculados, lo que les da un conocimiento muy amplio sobre sus capacidades de pago. La buena evolución que sigue mostrando la morosidad, que en junio ha caído a sus niveles más bajos desde 2010, parece despejar de momento cualquier razón para la inquietud.

En cualquier caso, el crecimiento del volumen crediticio representa una noticia de enorme relevancia para la banca española. Especialmente en un momento en el que se da por descontado que el BCE mantendrá por un tiempo prolongado el escenario de los tipos de interés en negativo e, incluso, es probable que los reduzca aún más en los próximos meses.

Ante esta situación, que lastra la rentabilidad del sector, los bancos sólo tienen la posibilidad de responder aumentando sus volúmenes de negocio, pero en medio del proceso de reducción del endeudamiento que se ha vivido en la economía española en los últimos años, las entidades han tenido que recurrir a una intensa competencia en precios para arañar cuota a sus rivales, lo que ha acabado agravando el problema de rentabilidad.

La actividad del crédito en España, en cualquier caso, se encuentra lógicamente amenazada por los temores a una nueva crisis económica que si bien hasta la fecha apenas ha tenido reflejo en las cifras del país son muchos los expertos que creen que acabará golpeando más pronto que tarde si se confirma el frenazo internacional.

"Desde hace ya más de un año y medio los principales indicadores macroeconómicos han caído hasta los peores niveles desde 2012. Un empeoramiento económico podría provocar un mayor desempleo en España, ya que es uno de los principales problemas estructurales. Aunque desde 2013, la tasa de desempleo no ha hecho más que bajar, todavía se sitúa por encima del 14%. Un mayor desempleo podría generar un mayor número de préstamos en estado de morosidad", advierte Joaquín Robles, analista de XTB.

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