La banca española ha vivido este jueves una jornada agridulce. La recuperación emprendida en las últimas jornadas se ha visto frenada tras recibir del Banco Central Europeo (BCE) un mensaje que no ha terminado de convencer.
La visión de que el banco central se prepara para un periodo de tipos negativos sin fin a la vista ha vuelto a desatar las dudas sobre un sector financiero que, sin embargo, ha recibido también algunas buenas nuevas de parte de la institución que preside Mario Draghi.
Especialmente, con la aprobación de un alivio al impacto de los tipos negativos, que ya ha supuesto al sector un coste de unos 23.200 millones de euros desde que se empezaron a aplicar en 2014, según cálculos de Scope Ratings.
Los tipos negativos han tenido ya un coste de 23.200 millones para la banca europea desde 2014
Tras anunciar una nueva rebaja de los tipos de la facilidad de depósito (la hucha en la que se guarda e exceso de liquidez de los bancos) hasta el -0,5%, el BCE confirmó que éstos se aplicarán a través de un sistema "escalonado", lo que supone que no toda la liquidez sobrante de los bancos será gravada con ese -0,5%.
Según detalló posteriormente la institución, a partir del próximo 30 de octubre, se empezará a aplicar una excepción sobre parte del exceso de liquidez (que se determinará en una cantidad de hasta seis veces el requisito de reservas mínimas), por la que esas cantidades quedarán exentas del cobro del -0,5%, que sí se aplicará a la liquidez restante.
"Esta decisión tiene como objetivo apoyar la transmisión bancaria de la política monetaria, al tiempo que preserva la contribución positiva de las tasas negativas a la postura acomodaticia de la política monetaria y a la continua convergencia sostenida de la inflación al objetivo del BCE".
A partir de estas líneas maestras, el economista de Pictet Wealth Management Frederik Ducrozet ha calculado que este sistema supondrá un ahorro anual para los bancos europeos de alrededor de 3.100 millones de euros.
Según sus estimaciones, la tasa del -0,5% sin ningún tipo de excepción implicaría un coste anual para el sector financiero de la Eurozona cercano a los 9.000 millones, mientras que con las excepciones anunciadas (que afectarían a un volumen de reservas aproximado de 767.000 millones, el coste para el sector se reduciría por debajo de los 5.900 millones.
Entre los países más favorecidos por este ahorro se encontraría España. Los cálculos de Ducrozet cifran en unos 400 millones de euros el coste que tendría en las cuentas de la banca nacional la aplicaciones de los nuevos tipos. Sin embargo, la aplicación del sistema escalonado reduciría a cero el gravamen, ya que ninguno de los bancos españoles excedería el volumen máximo de reservas que quedan exentas de cobro.
El impacto directo no es el único efecto negativo para la banca del escenario de tipos negativos
Sólo los bancos de Alemania y Francia obtendrían un impacto más favorable (unos 900 y 700 millones, respectivamente), aunque en ambos casos seguirían sufriendo en sus balances el efecto de los tipos negativos, que tendrían una factura de unos 2.100 millones en el caso alemán y 1.900 en el francés.
Otro de los países que lograría reducir a cero el impacto directo de los tipos negativos en sus cuentas en Italia, que obtendría de este modo un ahorro de unos 300 millones, una cifra similar a la rebaja que experimentarían los bancos holandeses, según el experto de Pictet.
Pese a estos datos, los bancos españoles se situaron este jueves entre los más penalizados en la bolsa europea. Entidades como Bankia, Sabadell o CaixaBank cerraron la jornada con recortes de entre el 1,73 y el 0,93%.
La negativa reacción del sector financiero español plasma que el peligro de los tipos negativos no se reduce únicamente -y ni siquiera mayoritariamente- al coste directo que tiene para los bancos, en forma de recargo sobre su liquidez, sino que tiene otros efectos perniciosos sobre los precios de los productos financieros, como es el caso de las hipotecas.
"Aparte de la liquidez aparcada en el banco central, los beneficios se ven frenados por un aplanamiento estructural de la curva de rendimientos, que desafía la transformación de los vencimientos en general durante un período de aumento de los requisitos prudenciales de capital", explica al respecto Marco Troiano, subdirector del grupo de instituciones financieras de Scope Ratings.
En este sentido, los recortes adicionales que registraron este jueves los tipos de la deuda europea -especialmente los bonos periféricos- son vistos como una señal peligrosa para los bancos, ya que transmiten la idea de que el mercado prevé la perpetuación de los tipos negativos y, de hecho, estima que, previsiblemente, irán a más en un futuro próximo.
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