La quiebra de Thomas Cook, el segundo mayor operador turístico del planeta, puede suponer un zarpazo para el sector turístico español. Ahogado por su enorme deuda y por la caída del negocio, el gigante británico ha suspendido su actividad este lunes y ha cancelado todas las reservas de viajes, dejando a 600.000 turistas varados por todo el mundo (varias decenas de miles en España) a la espera de que sus respectivos gobiernos activen procesos de repatriación.
La bancarrota del touroperador deja en el aire hasta siete millones de viajes hacia destinos españoles al año. El año pasado las tres aerolíneas integradas en el grupo Thomas Cook transportaron hacia España un total de 3,6 millones de viajeros, según los registros de Aena. Condor trajo casi 1,7 millones de viajeros, Thomas Cook Airlines transportó hacia aeropuestos españoles 1,3 millones y Thomas Cook Airlines Scandinav trasladó otros 621.500 millones de pasajeros.
A estos 3,6 millones de pasajeros transportados por las aerolíneas de Thomas Cook hay que sumar otros varios millones más de viajeros que el gigante turístico traía a destinos españoles. Según varias fuentes del sector, entre seis y siete millones de turistas venían a España a través de Thomas Cook, tanto con paquetes completos y sus propias aerolíneas, como a través de viajes vendidos a través de otras agencias online y que utilizaban otras compañías aéreas.
En lo que va de año las tres aerolíneas del grupo ahora en concurso de acreedores han transportado a España casi 2,4 millones de viajeros, singularmente desde Reino Unido, Alemania y países nórdicos. La alemana Condor ha confirmado que, pese a la quiebra de su matriz, mantendrá sus operaciones y seguirá volando, pero sin atender las reservas de viajes realizadas a través de agencias Thomas Cook.
El cese de actividad de Thomas Cook ha provocado ya hoy la cancelación de un total de 46 vuelos en aeropuertos españoles, según ha confirmado Aena. De ese casi medio centenar de operaciones suspendidas, tanto de salida como de llegada, 24 corresponden a aeropuertos de Baleares (Palma de Mallorca y Menorca) y 22 de Canarias (Fuerteventura, Gran Canaria, Lanzarote y Tenerife Sur).
El sector hotelero español también va a sufrir la bancarrota y cese de operaciones de Thomas Cook. Miles de establecimientos concentran su actividad en la venta de sus habitaciones a touroperadores internacionales, con TUI y la ya quebrada Thomas Cook como principales actores de esta actividad.
Las zonas más afectadas por el enorme peso de los operadores internacionales son los destinos de sol y playa, especialmente Canarias y Baleares. Los establecimientos no sólo sufrirán el parón de la actividad, sino también se enfrentan a impagos millonarios por las reservas aún no abonadas por Thomas Cook, aunque en las últimas temporadas muchas cadenas hoteleras exigían el pago por adelanto u otras garantías ante la inestabilidad financiera de la compañía.
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