La gasolinera está en la autovía del Cantábrico, a la altura del municipio vizcaíno de Abanto Zierbena. Es una de una de las grandes joyas de la red de estaciones de servicio del grupo Repsol. Y es que se erige en una de las más transitadas y una de las más rentables de las 3.350 gasolineras con que cuenta la petrolera en toda España.
Está en el kilómetro 131 de la autovía A-8, en el corazón de Vizcaya, a unos 20 kilómetros de Bilbao. Está en el margen norte, dirección Santander. Luce en sus paneles la marca Petronor -una de las tres con las que comercializa carburantes Repsol- y se ha convertido en la gasolinera con el punto de recarga de mayor potencia de toda Europa.
El enchufe instalado ya está, pero el acto oficial de inauguración se celebra el próximo lunes, con la presencia del consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, y con la presencia del Diputado General de Vizcaya, Unai Rementería; la alcaldesa del municipio, Maite Etxebarria, y la consejera de desarrollo Económico del Gobierno vasco, Arantxa Tapia.
Y es que Repsol ha elegido la estación de servicio de Ugaldebieta para instalar su segundo enchufe ultrarrápido para cargar vehículos eléctricos. Es el segundo, porque la propia Repsol ya inauguró el pasado junio el primer punto ultrarrápido de España también en el País Vasco, en la localidad alavesa de Lopidana.
Es el segundo, pero será el de mayor potencia (la potencia en cuestión la petrolera de momento la guarda en secreto, hasta el lunes). El enchufe de la estación de servicio de Lopidana tiene una potencia de 350 kilovatios y el nuevo lo supera con 400 kilovatios, consiguiendo que se puedan recargar coches eléctricos en sólo cinco minutos.
Actualmente, al menos de momento, no hay coches en las carreteras que sean aptos para esa capacidad de recarga. Hasta ahora los modelos con mayor capacidad de recarga del mercado lo hacen a 175 kilovatios, y utilizando los enchufes ultrarrápidos de de Repsol podrían repostar en unos 12 minutos.
Existen diferentes tipos de recarga en función de la potencia del punto de suministro, que junto con las características del propio vehículo determina la velocidad de llenado de la batería. En un punto de recarga ultrarrápida (que va desde los 175 kW hasta los 350 kW) se puede recargar el 80% de una batería de 40 kWh en unos 5 o 10 minutos, para recorrer aproximadamente 270 km. En un punto rápido, de 50 kW, este tiempo es de más o menos 30 minutos, mientras que en uno semirrápido, de 22 kW, se necesitarían 1,5 horas, según los cálculos de Repsol.
Repsol cuenta en alianza con el grupo Ibil una red de unos 1.700 puntos de recarga, la mayoría de carácter privado. Sólo 230 son enchufes en zonas públicas y 35 de ellos se encuentran en estaciones de servicios de la red del grupo Repsol. Los enchufes de las gasolineras de la compañía son de recarga rápida, con una potencia habitual de 50 kilovatios.
Las grandes eléctricas han anunciado planes para los próximos años que contemplan la instalación de miles de nuevos puntos de recarga repartidos por el país. En la mayoría de los casos se tratará de enchufes ubicados en zonas urbanas (centros comerciales, oficinas, hogares…) y no en carretera. Las grandes petroleras podrán utilizar la capilaridad de su red de estaciones de servicio para llevar los puntos de recarga también a las autovías y ubicaciones en otro tipo de vías.
El escollo del tiempo de recarga
La del coche eléctrico es aún una revolución apenas incipiente. El parque de vehículos enchufables va creciendo, la red de recarga va sumando nuevos puntos, y tanto las compañías automovilísticas como las energéticas trabajan en grandes planes para no perderse este negocio que aún da pasos cortos pero cuya generalización será una realidad ineludible en las próximas décadas.
Entre otros escollos (el precio aún alto de los vehículos, la pobre expansión real de la red de recarga actualmente, la autonomía discreta –cada vez menos- de los coches…), la expansión del coche eléctrico aún debe vencer el problema que genera la larga duración de las recargas para poder competir con el coche de combustión en los trayectos interurbanos.
Esto es, que como actualmente el tiempo de duración de las recargas de los coches eléctricos son al menos de media hora –las más rápidas entre las ya operativas-, es aún un engorro para los conductores tener que hacer una parada tan larga en un viaje. Y los propietarios de vehículos enchufables tienen que aprovechar las noches o las jornadas laborales para realizar las recargas para usar el vehículo en trayectos urbanos. Repsol ha abierto este año en España una nueva era de enchufes ultrarrápidos, y Cepsa trabaja para lanzar sus propios puntos ultrarrápidos próximamente.
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