Red Eléctrica de España (REE) se ha lanzado a pinchar la burbuja en el sector de las renovables. El grupo, encargado de gestionar las solicitudes para conectarse a la red de alta tensión, ha puesto en marcha una auténtica criba masiva de proyectos de nuevas renovables en un momento en que el aluvión de peticiones de enganche a la red desbordaba ya todas las previsiones.
REE ha denegado ya la solicitud de acceso a la red de proyectos que acumulan una potencia de 46.200 megavatios (MW), según los datos hasta final de septiembre a los que ha tenido acceso El Independiente. El proceso de depuración de los proyectos se ha disparado en los últimos meses: sólo en septiembre la compañía tumbó 8.400 MW y desde junio ha rechazado permisos solicitados de 27.600 MW.
Para calibrar la magnitud de la criba emprendida: sólo en los últimos cuatro meses REE ha rechazado peticiones que prácticamente igualan la de todas las renovables actualmente en funcionamiento en todo el país. España cuenta ahora con plantas renovables con una potencia de algo más de 32.000 megavatios (MW) operativas, con 24.000 MW en parques eólicos, otros 5.900 MW en plantas fotovoltaicas y 2.300 MW de termosolar.
Desde Red Eléctrica se subraya que las razones para denegar estas autorizaciones son técnicas, y las causas que se esgrimen ante los solicitantes para justificar los rechazos son mayoritariamente que “no haya capacidad en el nudo solicitado” o que “se solicita acceso en una subestación no incluida en la planificación vinculante”. En el sector energético se da por hecho que REE se ha lanzado a hacer una depuración para frenar la burbuja que se avecinaba.
Más renovables que todas las previstas hasta 2030
España vivirá un auténtico boom renovable en la próxima década con la instalación de nuevas plantas de energías limpias. El plan del Gobierno para reducir las emisiones de efecto invernadero contempla la construcción de unos 55.000 megavatios (MW) de nuevas renovables hasta 2030, desde los 32.000 MW actuales.
Sin embargo, las solicitudes de conexión superan ya con mucho esas magnitudes. Red Eléctrica ha concedido el permiso de acceso preliminar a proyectos con 91.300 MW y aún tiene estudio el permiso de otros 43.400 MW. Entre los autorizados y los que aún se evalúa la autorización suman proyectos de 134.700 MW, mucho más del doble de toda la nueva potencia verde prevista por el Gobierno para 2030.
El gran problema -aunque desde REE se evita utilizar públicamente ese término para describir la situación del sector renovable- es que una parte sustancial de las solicitudes no cuentan con un proyecto real para construir una planta energética.
La Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) estima también que una “proporción significativa” de las peticiones de enganche no cuentan con proyectos viables reales que los respalden (su cálculo es que por cada proyecto viable se han solicitado dos o tres permisos que no lo son) y que hasta dos terceras partes de ellos renunciarán a continuar con la tramitación del permiso de acceso a la red.
Especulación con la reventa de permisos
En este contexto, en el sector de las energías limpias está proliferando la especulación. Conseguir una conexión a la red eléctrica sufre una preocupante situación de cuello de botella y los permisos para hacerlo –pese a que Red Eléctrica los reparte gratuitamente- se han convertido ya en un activo con los que las empresas hacen negocio y por los que se pagan cantidades disparatadas en la reventa.
De hecho, se están revendiendo por entre 100.000 y 200.000 euros por megavatio de potencia del proyecto, en función del grado del proceso de solicitud. Un fenómeno que está atrayendo a actores que sólo buscan especular con los permisos o simplemente con las solicitudes de acceso.
El sector renovable está a la espera de que salga adelante la nueva regulación de acceso y conexión a la red, empantanada por el choque entre la CNMC y el Gobierno. La CNMC propone aprobar una circular que obligue a que la solicitud de conexión a la red incluya información técnica detallada para confirmar que está respaldada por un proyecto con suficientes visos de viabilidad y que la modificación de determinadas características del proyecto consideradas clave (la tecnología de generación, la ubicación del punto de conexión…) obligue a una nueva solicitud. El Gobierno considera que el borrador de la CNMC invade algunas de sus competencias y aún deben discernir entre ambos el choque.
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