Iberia ha alcanzado un acuerdo con el grupo Globalia para comprar su archirrival Air Europa por 1.000 millones de euros. La operación creará un gigante aéreo en España y también en Latinoamérica y ambas partes auguran que no se cerrará hasta la segunda mitad de 2020, condicionada por la obtención del visto bueno de las autoridades de competencia.
Las compañías aéreas dan por hecho que tendrán que pronunciarse sobre la transacción las autoridades de competencia de varios de los países latinoamericanos en que las dos aerolíneas están presentes y también las de Estados Unidos. Pero la operación se juega especialmente en el ámbito europeo y el español.
Será la Comisión Europea o la española Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) las que tengan que dar el visto bueno crucial a la unión de Iberia y Air Europa. A la espera de analizar la magnitud financiera de la operación y su potencial impacto sobre el sector aéreo en varios países, la CNMC estudia reclamar a Bruselas la vigilancia de la adquisición porque sus efectos se concentrarán muy especialmente en España.
De momento, la Comisión Europea ya ha apuntado que no va a estudiar la operación de compra, pero porque las aerolíneas aún no la han comunicado. Son las compañías las que deben informar por iniciativa propia de las operaciones con dimensión europea, a lo que están obligadas si la transacción afecta a varios países de la UE y supera determinado umbral de facturación (por lo general, fijado en los 5.000 millones de ingresos conjuntos a escala global).
Sin embargo, los supervisores nacionales pueden reclamar a la Competencia de la Comisión Europea el reenvío del expediente en caso de que la repercusión de la operación se concentre muy especialmente en un país. La CNMC estudiará la operación pero, según diversas fuentes del sector, es la “mejor posicionada” para acabar asumiendo el control de la operación.
Control sobre el 70% de los vuelos domésticos
La unión de Iberia y Air Europa crearía un gigante con un peso demoledor en el sector aéreo español. Con la operación de absorción de Air Europa, el grupo IAG –la matriz que agrupa a Iberia, Vueling, British Airways, Aer Lingus y LEVEL- controlaría casi tercio de todo el negocio aéreo en España y más del 70% en el caso de los vuelos domésticos, con datos correspondientes a 2018.
El control del tráfico en los vuelos internos españoles del nuevo grupo sería muy mayoritario. El año pasado en España se movieron cerca de 40,3 millones de pasajeros en vuelos domésticos (las estadísticas de Aena marcan 80,6 millones por la doble contabilización de los viajeros el aeropuerto de origen y en el de destino). La suma de las aerolíneas de IAG, de Air Europa y también de Air Nostrum, franquiciada de Iberia para vuelos regionales, superó el año pasado los 28,7 millones de pasajeros domésticos, un 71,2% del total.
El traspaso del poder de aprobación de Bruselas a la CNMC española ya se produjo en otras operaciones anteriormente, como la compra de Sogecable (Canal+) por Telefónica, la absorción de Jazztel por Orange, o la fusión de Telecinco o Cuatro. En varias de esas transacciones la CNMC impuso condiciones a las compañías para autorizarlas.
En el caso del sector aéreo, comúnmente los reguladores analizan el impacto de las fusiones o adquisiciones no sólo en los mercados nacionales al completo sino en muchos casos ruta a ruta. La unión de Iberia y Air Europa producirá solapamientos en rutas nacionales e internacionales, y en algunos casos (como en Canarias o Baleares) podría verse muy mermada la competencia.
Blindar el liderazgo en Latinoamérica
Tanto Iberia como Air Europa tienen en las rutas entre España y Latinoamérica su negocio principal. La unión de ambas compañías supone una auténtica revolución en este negocio. IAG es líder mundial es actualmente una cuota de mercado del 19% en las conexiones del Atlántico Sur, prácticamente empatado con Air France-KLM.
La compra de Air Europa le servirá a IAG para blindar ese liderazgo por una doble vía. Por un lado, porque la posición del grupo de Iberia pasará del 19 al 26% gracias a la aportación de la aerolínea del grupo Globalia. Por otro, porque en un claro movimiento defensivo le roba a Air France de un plumazo el socio con el que pretendía dispararse en el negocio del Atlántico Sur.
Y es que Air Europa había sellado un acuerdo para sumar sus operaciones en este mercado con Air France integrando sus negocios en una joint venture. Ahora esa operación, que suponía una auténtica amenaza para la posición de Iberia, queda rota. Air Europa, de hecho, abandonará la alianza internacional SkyTeam (liderada por Air France) y se integrará en Oneworld (comandada por IAG).
Además, IAG está (o estaba) negociando una alianza similar con Latam –nacida de la fusión de la chilena LAN Y la brasileña TAM- para operar conjuntamente las conexiones transatlánticas. Un acuerdo estratégico que se topó con el rechazo del Tribunal Supremo de Chile al movimiento y que además se ve ya seriamente amenazado tras la compra del 20% de Latam por parte de la estadounidense Delta (aliada de Air France-KLM en SkyTeam).
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