La reacción registrada este martes en los mercados financieros dejó poco lugar a las dudas: a los inversores no les gusta la posibilidad de que Podemos entre en el Gobierno. Nada más conocerse el acuerdo alcanzado entre el PSOE y la formación que dirige Pablo Iglesias, los números rojos se extendieron en la bolsa y la deuda española. Y aunque la tensión no llegó a desbordarse, el contraste con el buen tono que mostraban el resto de grandes plazas europeas resultó suficientemente elocuente.
No es ninguna novedad que las propuestas económicas de Unidas Podemos han generado siempre una elevada dosis de recelo entre los grandes inversores. Y esa inquietud se agrava ante la posibilidad de que sean implementadas en un contexto de desaceleración económica que limita el margen fiscal del Ejecutivo.
"El movimiento hacia la izquierda no es un buen augurio para el mercado y la economía, y es probable que resulte en un aumento significativo en el gasto social y los impuestos, en un momento en que tanto la economía global como la española se están desacelerando y la confianza se está deteriorando", advierten los analistas de Alantra.
Los expertos temen que una subida de los impuestos penalice el crecimiento, la inversión y el empleo
Entre los expertos es generalizada la percepción de que la entrada de Podemos en un -aún en ciernes- nuevo Gobierno impulsaría un incremento considerable del gasto social que se intentaría sufragar mediante nuevos impuestos. "Es probable que los impuestos más altos resulten en un menor crecimiento, inversión y creación de empleo, y las políticas más de extrema izquierda/populistas dañarán la confianza", señalan en Alantra, en una nota enviada a sus clientes.
Para los expertos de Macroyield, "los aspectos del programa de Unidas Podemos que mayor preocupación provocarían en el mercado son fundamentalmente, el impuesto a la banca, las restricciones a las inversiones en Sicavs y la intervención en los precios de las eléctricas y del sector inmobiliario".
Algunas de las compañías más amenazadas por las políticas económicas propugnadas por Podemos sufrieron este martes destacados recortes en bolsa. Fue el caso de Bankia, cuya privatización podría prolongarse y en la que el Ejecutivo podría tratar de tener mayor influencia, o de BME, que observa con preocupación la posibilidad de que se imponga un impuesto sobre las transacciones financieras. Ambas restaron algo más del 4,5%.
La banca en general padeció el aumento de la desconfianza, con CaixaBank restando un 4%; Unicaja, un 3,6%; y Sabadell, un 2,39%. "Los bancos aparecerían como el sector más vulnerable, no solo por su correlación con el riesgo macro y soberano, sino también por el resurgimiento del riesgo de impuestos bancarios", señalan en Alantra, donde observan que alrededor de un 10% del beneficio por acción del sector estaría en riesgo.
Otras firmas, como Aena, Enagás y Red Eléctrica, participadas por el Gobierno reflejaron este martes la preocupación por un viraje en sus objetivos estratégicos, con caídas en el entorno del 1,5%. Y pérdidas similares registró Ence, afectada por un posible enquistamiento en su enfrentamiento con el Ejecutivo por la concesión de su planta de Pontevedra.
El precio de los regionalismos
En cualquier caso, los cabos sueltos que deja el acuerdo entre PSOE y Unidas Podemos van más allá de las políticas que pueda exigir la formación morada. Como observa Javier Rivas, profesor de Finanzas en EAE Business School, tras este pacto, el actual presidente en funciones, Pedro Sánchez, tendrá que buscar el respaldo de un amplio número de formaciones para asegurar su elección y "el precio de conseguir el apoyo de algunos regionalismos", podría ser muy elevado.
La retirada de la reforma laboral podría abrir un enfrentamiento con Bruselas y provocar rebajas de rating
"No hay que olvidar que con estos resultados y a diferencia de Portugal, no basta con una alianza a dos partidos. En este sentido se habla en el preacuerdo de justicia fiscal y la aprobación de nuevos derechos, lo que casa mal con otro punto: el del equilibrio presupuestario", señala Rivas.
En la misma línea se pronuncia Alvise Lennkh, director de análisis de Finanzas Públicas de Scope, quien subraya que, "teniendo en cuenta la ralentización de la economía y el limitado espacio fiscal, no está claro qué compromisos podría alcanzar una coalición multipartidista de este tipo y qué políticas -mercado laboral, reformas de las pensiones, un programa fiscal bastante expansivo financiado por aumentos de impuestos- podrían acordarse en última instancia".
Precisamente, la retirada de la reforma laboral aprobada en 2012 por un Gobierno del Partido Popular ha sido una de las reclamaciones más repetidas por Pablo Iglesias en los últimos meses en materia económica. Desde Macroyield advierten de que una medida de este tipo podría abrir un frente conflictos entre el Ejecutivo y Bruselas, "que ya ha advertido que España necesita rebajar su déficit y continuar haciendo reformas". Y recuerdan que la agencia Moody's, que este viernes revisará la nota que otorga a la deuda española, ya advirtió de que su retirada conllevaría una rebaja del rating de España.
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