“No os lo queréis creer, pero personalmente nos llevamos bien”. Era 2008 y era Ignacio Sánchez Galán, ya entonces presidente de Iberdrola, el que dudaba de la credulidad del grupo de periodistas que le escuchaban en corrillo. Y es que con quien decía llevarse tan bien era Florentino Pérez, presidente de ACS, y que entonces maniobraba para tomar el control de Iberdrola. El choque –que acabó siendo frontal, que acabó siendo descarnado- convertía, como poco, en improbable esa buena relación. “Lo digo en serio, nos llevamos bien”, insistía.
La de Iberdrola y ACS fue una de las grandes batallas corporativas del momento. Duró años, con sucesivos vetos a la entrada de la constructora en el consejo de la eléctrica (pese a llegar a tener un 20% del capital), con cruce de demandas en los tribunales, con impugnaciones cruzadas de las respectivas juntas de accionistas, un puñado de declaraciones encendidas, muchas bravatas en público y en privado… Y según se va desvelando en las últimas semanas, a través de las publicaciones de El Confidencial y Moncloa.com, el choque entre empresas parece que escondía otros asuntos más turbios.
En pleno asalto por parte de ACS, desde Iberdrola se encargaron trabajos de espionaje al ex comisario José Manuel Villarejo, en prisión provisional desde hace dos años, para tratar de frenar los intentos de entrada de la constructora. Las grabaciones desveladas por ambos medios recogen conversaciones entre Villarejo y el hasta hace unas semanas jefe de Seguridad de Iberdrola, Antonio Asenjo, intrigando sobre cómo conseguir informaciones comprometidas sobre Florentino Pérez e incluso comentando posibles montajes para chantajearlo.
Las filtraciones publicadas han desvelado espionajes por asuntos variopintos –problemas laborales en la nuclear de Cofrentes, el bloqueo a una central de gas en Cádiz…- realizados por Villarejo por encargo de la eléctrica a políticos, a grupos ecologistas, sindicalistas, al menos a un juez, a accionistas críticos…
El más espinoso es el de ACS y su presidente. El ex comisario presuntamente incluso llegó a recibir información confidencial de un miembro del consejo de administración de ACS, a cambio de mediar para evitar su imputación por la trama corrupta del caso Gürtel. Apenas unas horas después de conocerse el contenido de esas grabaciones concretas, el abogado Manuel Delgado Solís dimitía como consejero de la constructora tras 16 años en el puesto, en representación de Los Albertos.
El juez de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón ha acabado abriendo una pieza separada en la ya macrocausa del caso Tándem –que agrupa muchos de los escándalos ligados a Villarejo- para investigar los contratos firmados por Iberdrola con Cenyt, una de las empresas del ex comisario, entre 2004 y 2017. De momento, ya hay una primera imputación. El juez ha llamado a declarar como investigado al ex jefe de Seguridad de Iberdrola (el contacto de Villarejo en la eléctrica y su interlocutor en las conversaciones de las grabaciones filtradas).
La batalla legal para no 'ser' BBVA
Esa primera imputación mete presión a Iberdrola, a su cúpula y también directamente a su presidente, Ignacio Sánchez Galán. Esa primera imputación hace temer en los despachos de la eléctrica que se acabe replicando la historia procesal de cómo otras grabaciones de Villarejo acabaron convirtiéndose en el caso BBVA.
Anticorrupción ve paralelismos en los casos de Iberdrola y BBVA, y aventura similitudes en futuras imputaciones
Y es que para anticipar por dónde puede avanzar la investigación en la Audiencia Nacional contra Iberdrola por los contratos que firmó durante 13 años con la empresa de Villarejo es inevitable volver la mirada hacia los pasos de la instrucción en el mismo juzgado contra BBVA por los encargos que hizo al comisario cuando aún estaba en activo.
La Fiscalía Anticorrupción encuentra muchos paralelismos entre los dos casos y de ahí que el curso de la instrucción se aventure muy similar, así como las posibles futuras citaciones de investigados.
Las dos compañías del Ibex 35 contrataron los servicios de espionaje de Villarejo desde 2004 hasta 2017, poco antes de que éste fuera detenido. En ambos casos, el enlace entre la compañía y el banco fue su responsable de Seguridad: el ex policía Julio Corrochano en BBVA y Antonio Asenjo, ex jefe de Seguridad de Prosegur también muy relacionado con la Policía, en Iberdrola. En la pieza 9 del caso Tándem, la de BBVA, el juez imputó en primer lugar a Corrochano y a varios altos cargos de la compañía. En el caso de Iberdrola, también ha citado a declarar en primer lugar a Asenjo.
La citación de ambos como investigados se produjo después de la publicación en el digital Moncloa.com de varias grabaciones recogidas por el propio Villarejo y en las que hablaba con Corrochano y con Asenjo sobre los trabajos de espionaje encargados en nombre de un alto cargo superior dentro de sus respectivas compañías, y que las conversaciones apuntan a que podrían ser Francisco González (BBVA) e Ignacio Sánchez Galán (Iberdrola).
El juez aceleró la imputación del ex jefe de Seguridad de Iberdrola con datos de la propia eléctrica
Después de la comparecencia en sede judicial de Corrochano, que se negó a declarar, y de otros responsables de la compañía que sí lo hicieron, el juez imputó a BBVA como responsable jurídico de cohecho, revelación de secretos y corrupción en los negocios por la falta de control en las contrataciones de la empresa de Villarejo. Finalmente, el titular del Juzgado de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional acabó citando como investigado al ex presidente de BBVA, Francisco González.
Fuentes jurídicas consultadas por El Independiente no descartan que la instrucción de la pieza número 19 del caso Tándem relativa a Iberdrola siga el mismo curso. Si Asenjo no aporta las claves necesarias para avanzar en las pesquisas, los investigadores irán ascendiendo en la solicitud de imputaciones a sus superiores jerárquicos en la compañía e incluso la de Iberdrola como persona jurídica.
El juez descarta de momento citar como investigado al presidente de la eléctrica, Ignacio Sánchez Galán, sin contar previamente con la solicitud de la Fiscalía Anticorrupción al respecto, según las mismas fuentes.
Investigaciones desde dentro y ‘forensic’ de fuera
Tras las primeras publicaciones de grabaciones que comprometían a la energética, Iberdrola anunció el pasado 10 de octubre la apertura de una investigación interna –la tercera en un año- para rastrear todos los contratos con Cenyt y para dirimir posibles incumplimientos del código ético y de las exigencias de gobierno corporativo por parte de empleados.
Una “nueva y exhaustiva investigación interna”, según destacaron, que está comandada por la directora de Cumplimiento de Iberdrola, María Dolores Herrera. Dicha unidad tiene como misión la “prevención de delitos, corrupción y fraude” de la compañía, de sus administradores y sus empleados.
“Si a consecuencia de esta investigación se demuestra que se han eludido los procedimientos de control de Iberdrola, la empresa adoptará todas las medidas necesarias de acuerdo con los procedimientos establecidos”, subrayó la eléctrica. Un día después de conocerse el inicio de dicha investigación, fue cesado el jefe de Seguridad y hombre de confianza de Ignacio Sánchez Galán, Antonio Asenjo. Según adelantó El Independiente, la imputación de Asenjo se produjo después de que el juez recibiera datos de la propia eléctrica procedentes de esas investigaciones internas.
Iberdrola contraataca y da a entender ahora son 'otros' los que no quieren que se publiquen más audios
Iberdrola ya ha desarrollado previamente dos investigaciones internas, una en noviembre de 2018 y otra en julio de 2019. Según la compañía, ambas investigaciones determinaron, por un lado, que se habían contratado 17 servicios de tipo ordinario y propios de la Dirección de Seguridad Corporativa entre los ejercicios 2004 y 2017 por algo más de 1,1 millones de euros; y, por otro, que en el proceso de contratación y posterior pago de dichos trabajos se habían aplicado correctamente todos los controles y procedimientos internos de Iberdrola. Está por ver lo que determina la tercera investigación.
A esas pesquisas internas se suma otra investigación en profundidad (informe forensic) encargada a la consultora PwC, la misma que ha elaborado en los últimos meses una investigación similar sobre las relaciones entre BBVA y las sociedades del ex comisario Villarejo. PwC se ha comprometido a elaborar con mucha celeridad el informe con el objetivo de tenerlo antes de final de año, pero podría adelantarse y sus conclusiones son inminentes, según fuentes próximas al proceso.
De la extorsión y la prohibición de publicar
Tras las revelaciones que apuntaban que había sido víctima directa del espionaje de Villarejo, Florentino Pérez se personó como perjudicado en la causa judicial sobre los trabajos encargados por Iberdrola. Y lo hizo apuntando alto. En un escueto comunicado, el también presidente del Real Madrid lanzaba un dardo dirigido directamente a la planta noble de Iberdrola.
Pérez advertía de su intención de emprender acciones legales y civiles contra los responsables de los hechos investigados por la Audiencia Nacional, “entre los que podrían estar incluidos, según el contenido de las informaciones, el presidente de Iberdrola y la gente de su entorno que haya participado”, subrayaba el máximo ejecutivo de ACS. Una acusación -en condicional pero directa- contra Sánchez Galán. Aviso a navegantes.
Florentino Pérez también anticipaba que sus acciones legales podrían dirigirse contra “los medios de comunicación que hayan podido servir de instrumento a esta actividad delictiva”. El empresario declaró como testigo ante el juez García-Castellón hace dos semanas, y de su testimonio se derivó una nueva pieza separada del caso. Una que tiene como objeto investigar un presunto delito de extorsión cometido por el propietario de Moncloa.com, Alejandro Suárez. Presuntamente habría ofrecido a ACS no publicar los audios a cambio de publicidad.
El juez emitió un requerimiento tanto a Moncloa.com como a El Confidencial prohibiendo que siguieran informando de las grabaciones de Villarejo, interpretando que su publicación podría formar parte del delito de extorsión investigado (un requerimiento que los medios no han cumplido por entender que prevalece el derecho a la información).
Iberdrola, al contraataque
Inesperada fue la respuesta de Iberdrola. La eléctrica pidió esta semana al juez personarse en esta pieza en concreto y lo hizo para reclamar que no se prohíba la publicación de nuevas informaciones, solicitando que los medios puedan seguir informando de nuevas grabaciones. Los audios hechos públicos hasta ahora pueden comprometer a la eléctrica, pero aparentemente tiene el convencimiento que próximas revelaciones pueden acabar beneficiando a sus intereses o perjudicando a otros.
Iberdrola considera que las informaciones difundidas hasta el momento “le han resultado útiles” para desarrollar su investigación interna sobre el caso y, por lo tanto, “estima que la medida cautelar adoptada incide negativamente en su esfera de intereses legítimos”. Desde la eléctrica se insiste desde hace semanas en que no tenía conocimiento de los hechos investigados y subraya que le resulta muy útil la información facilitada por la prensa.
“La compañía no tiene nada que ocultar, por lo que respalda cualquier iniciativa que contribuya al esclarecimiento de los hechos, incluidas las manifestaciones del libre ejercicio de la profesión periodística”, indicaba en un comunicado. La eléctrica pasa al contraataque e insinúa que son otros los que ahora no quieren que se siga conociendo el contenido de las grabaciones. Desde el entorno de la compañía ahora se da a entender que quiere que se conozcan "todos los audios".
Ayer mismo Iberdrola dio un paso más en su recién estrenada ofensiva, y remitió un escrito a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) para que el supervisor exija explicaciones a ACS sobre sus relaciones con Villarejo, sobre las causas de la dimisión de su consejero y acerca del presunto control de sociedades en paraísos fiscales, según adelantó El Confidencial. Se avecina nuevo duelo.
“No os lo queréis creer, pero personalmente nos llevamos bien”, decía Galán sobre Florentino Pérez hace más de una década. Y ya entonces era difícil de creer.
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