Los españoles pagan una de las facturas eléctricas más caras de Europa. Es una queja persistente entre los sufridos clientes. Según los datos de Eurostat, el recibo de luz patrio era a mitad de este año el quinto más caro de toda la Unión Europea y tradicionalmente se mueve cerca de esa posición del figurado ranking continental (oscilando entre el cuarto y quinto puesto según el año). Este año que acaba va a dar un pequeño respiro a los consumidores españoles. Este año toca bajada.
La factura eléctrica de este año será la segunda más barata de la última década, sólo por detrás de 2016
Tras dos años de subidas, el precio de la electricidad caerá en 2019 y, con él, también el recibo de la luz para los clientes que tienen tarifa regulada, la que pagan unos 11 millones de clientes domésticos en el país adscritos al denominado Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor (PVPC) y cuya evolución está directamente ligada a la cotización del mercado mayorista de electricidad. Tras dos años realmente malos para los clientes, los precios vuelven a caer.
Para un cliente tipo -con una potencia contratada de 4,4 kilovatios y un consumo anual de 3.500 kWh- la factura eléctrica anual se situará en el conjunto del año en los 733 euros, lo que la sitúa en la segunda más barata de la última década (sólo por detrás del excepcional 2016, cuando cayó hasta los 701 euros por la anormalmente alta utilización de la hidráulica y la eólica para producir la electricidad), según las estimaciones del consultor energético Francisco Valverde a dos semanas de que se cierre el año.
El precio de la factura eléctrica anual de este año supone un descenso del 6,5% en relación a los 784 euros que se alcanzaron en 2018, cuando se registró la tercera factura eléctrica más cara de la historia, casi se empató con la segunda del ranking histórico -los 785 euros de 2015- y se quedó por debajo del récord histórico de 793 euros de 2012. Pero aquél fue un año excepcional en la factura sufrió una subida excepcional no por el comportamiento del precio de la electricidad, sino por una refacturación extraordinaria trasladada a los clientes por una sentencia del Tribunal Supremo que tumbaba una orden de peajes del Gobierno.
El mercado eléctrico, del que depende un tercio de la tarifa regulada de luz, caerá un 14%
La Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC), por su parte, suele utilizar para sus cálculos un perfil de cliente medio con otras características, con un consumo de 2.500 kWh y una potencia contratada de 3,45 kilovatios. Así que ese cliente pagaría menos por la menor energía consumida y también por el menor término fijo por la potencia contratada. Si los cálculos se hacen con estas características que tradicionalmente usa el supervisor, la factura anual ascenderá este año a 542 euros, un 5,7% menos que los 575 euros que pagó en 2018.
La subida de la tarifa regulada de la luz es consecuencia directa del alza del precio del mercado eléctrico. La cotización diaria de este mercado –la cotización horaria, en realidad, por la utilización de los contadores inteligentes- representa en torno a un 35% del importe del recibo regulado. El resto de la factura la componen los peajes de acceso con un peso del 45% y los impuestos con el 20% restante.
Viento y gas para frenar el 'pool'
El mercado mayorista eléctrico (conocido como pool), en el que traders y compañías eléctricas compran y venden la electricidad, cerrará este año con un precio medio de en torno a 49 euros por megavatio hora (MWh), según la previsión que maneja OMIE, el gestor del mercado. Esta cotización que supone un descenso del 14,4% en relación al precio medio del año pasado, entonces de 57,29 euros MWh (el segundo mayor precio en una década).
Un descenso que los expertos achacan a una combinación de factores. Dos son cruciales: la caída del precio del gas y en los últimos meses que haya habido récord de producción eólica. Este año se han utilizado más de lo habitual en los anteriores ejercicios, las centrales de gas natural para generar electricidad, lo que normalmente suele implicar un encarecimiento.
Sin embargo, este año fundamental es la caída del precio del gas natural ha hecho que el uso de las centrales de ciclo combinado haya servicio para rebajar el precio. La cotización del gas natural se ha mantenido gran parte del año en el entorno de los 10 euros por MWh, y aunque ahora ha escalado hasta los 15 euros sigue muy lejos de los 25 euros de hace un año.
En paralelo, en los últimos meses la producción eólica ha crecido con fuerza, lo que sirve para contener el precio del mercado eléctrico (la producción renovable entra al mercado mayorista de manera preferente y a precio cero). En noviembre de hecho la eólica fue la mayor fuente de energía del sistema eléctrico español, aportando más de un tercio de toda la producción.
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