Orange quiere impulsar su estrategia de diversificar para entrar en nuevos negocios. Y quiere hacerlo en varios frentes. La teleco acaba de estrenar su nuevo banco totalmente digital, totalmente móvil, Orange Bank; ya tiene servicios de teleasistencia junto a Ilunion y alarmas para el hogar en colaboración con Tyco; negocia con el grupo Santalucía para estrenarse en el negocio de los seguros; y también quiere entrar a lo grande en la comercialización de servicios de energía en España.
El objetivo que busca Orange con esta diversificación en el mercado español es fidelizar a sus clientes de telecomunicaciones con servicios adicionales. Si los usuarios cuentan con varios servicios contratados en el hogar bajo la marca Orange es más difícil que se lance a cambiar todos y buscar otras compañías rivales. La apuesta por una estrategia multiservicio va a tener un pilar clave el próximo año en la comercialización de electricidad a particulares –como ya adelantó El Independiente- y la compañía quiere añadir otros servicios energéticos vinculados.
Orange estudia todas las posibilidades para desembarcar en el negocio de la energía. La teleco tiene como primera opción una alianza con una compañía energética para vender luz y gas a particulares y pequeñas empresas, pero aún no ha descartado por completo lanzarse del todo y crear su propia comercializadora, según fuentes conocedoras de los planes del grupo. Y, además, la compañía buscar dar un paso más y engordar su oferta energética con otros servicios paralelos.
Orange planea sumarse al boom de energías renovables que vive España y ofrecer a sus clientes servicios de autoconsumo, para tener instalaciones de energía solar fotovoltaica en el hogar. Los planes de la compañía comandada en España por Laurent Pallaissot pasan por tener lista la nueva oferta energética en la segunda mitad de 2020.
Orange España ya ha activado el proyecto y se ha embarcado desde hace semanas en la realización de pruebas de concepto para asentar su estreno en el negocio energético En un primer momento, la intención de la compañía es ofrecer estos servicios sólo a sus clientes de telecomunicaciones. La teleco cuenta actualmente con una base de unos 15 millones de clientes en España.
La revolución que viene al autoconsumo
La planeada entrada de Orange en el autoconsumo se produce en un momento crucial para esta actividad de generación. El Gobierno ultima la norma para que los hogares y las pequeñas empresas que han dado el paso de producir su propia energía puedan rebajar su factura de luz gracias a volcar a la red la electricidad que no consuman desde principios de 2020. Las estimaciones del Ejecutivo es que en enero y febrero todo esté listo para que los pequeños clientes empiecen a vender su electricidad y que se les compense por ello.
Unos meses después de que tumbara el famoso impuesto al sol como primer paso, el Gobierno aprobó el pasado abril un real decreto con el que allanaba la expansión del autoconsumo en España. Un decreto que abría la puerta a que hogares y pequeñas empresas puedan ser compensados en sus facturas por la electricidad que produzcan y no consuman inmediatamente; hacía posible que varios vecinos de un bloque, varios edificios colindantes o varias empresas cercanas compartan una misma instalación de autoconsumo; y al tiempo se despejaban trabas burocráticas y administrativas que entorpecían la expansión de esta fórmula de generación y consumo.
Con la nueva norma, el Gobierno permitía la implantación de un mecanismo simplificado para que las eléctricas compensen a los autoconsumidores por la energía que generen y que no consuman de manera instantánea. Las comercializadoras descontarán de la factura de los usuarios la electricidad que aporten a la red y no consuman en su propio hogar o en su propia empresa.
Una medida que se realizará con condiciones. Sólo es aplicable a los usuarios que tengan instalaciones de menos de 100 kilovatios de potencia y siempre que la energía sea de origen renovable (para autoconsumo lo normal es que utilicen placas fotovoltaicas).
Además, los autoconsumidores que se acojan a este tipo de compensación (facturación neta) no podrán hacer negocio y obtener una remuneración monetaria por la producción, sino sólo descuentos en la factura. Los hogares y las empresas adscritas a este sistema verán rebajado su recibo hasta un máximo del 100% del componente de energía de su factura, que viene a ser un 35% del importe final.
En caso de que vertieran más electricidad de la que realmente consuman, no recibirían una compensación mayor a ese descuento y en ningún caso la contraprestación sería dineraria. Además, la compensación sólo afecta al componente de energía de la factura, y los peajes y cargos que se pagan como parte del recibo y los impuestos incluidos (en conjunto, aproximadamente un 65% del pago total) se seguirán abonando íntegramente.
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