Este martes a las 10.30 horas está convocado el consejo de administración de Red Eléctrica. En el orden del día un único punto: la dimisión del presidente de la compañía, Jordi Sevilla.
El exministro socialista ha decidido poner fin a su etapa al frente de la compañía, iniciada hace un año y medio, cansado de las continuas "injerencias" de la vicepresidenta y ministra de Transición Energética, Teresa Ribera, tal y como ha adelantado este lunes El País.
Desde el ministerio zanjan la polémica apuntando su respeto "por las decisiones personales de los directivos" de Red Eléctrica y afirman que siempre han mantenido un "respeto escrupuloso por la autonomía de la compañía", pero fuentes conocedoras, sugieren que la relación entre Sevilla y Ribera ha llegado a unos niveles de tirantez que han acabado por forzar la renuncia del exministro.
Una decisión que ya venía sopesando desde hacer varios meses. De hecho, Sevilla ya presentó su dimisión ante el Gobierno el pasado mes de noviembre. Entonces, sin embargo, el presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, logró convencerle de continuar al frente del grupo eléctrico, según relatan a El Independiente fuentes de elevada solvencia.
Miembros del consejo instan a Sevilla a seguir en el cargo, ante el temor a que el Gobierno adquiera más poder en el grupo
La decisión adoptada por Sevilla ha despertado un movimiento dentro del propio consejo de administración de la compañía, con varios consejeros tratando de convencerle de que se mantenga al frente del grupo. En estas conversaciones, le habrían manifestado sus inquietudes por la posibilidad de que Ribera aproveche la situación para designar un nuevo presidente de Red Eléctrica, más dispuesto a ejecutar sus directrices.
Algunas fuentes sugieren que las relaciones entre el Gobierno y Red Eléctrica, que se canalizan a través de la Secretaría de Estado, han sido en todo momento "y siguen siendo fluidas", pero lo cierto es que desde el entorno del grupo energético se transmite la idea de que los encontronazos del presidente de Red Eléctrica con Ribera han sido una constante desde que ambos asumieron sus respectivas funciones.
En el equipo de Sevilla impera la sensación de que la ministra ha querido hacer del gestor de las redes eléctricas de España una dirección más de su ministerio, a pesar de que el control público de Red Eléctrica se limita a un 20%, a través de la Sepi.
El afán de la ministra por controlar el día a día de la compañía habría llegado, según fuentes conocedoras, al nivel de tratar de influir en el orden del día de las reuniones del consejo de administración.
La compra de Hispasat, el relevo del consejero delegado o los recursos ante la CNMC han sido motivos de roces
Desde el entorno de Sevilla se relata que casi cada uno de los pasos ejecutados a lo largo de su año y medio al frente de la compañía ha contado con la oposición del ministerio de Ribera. Así sucedió con la compra de Hispasat, que molestó a la ministra a pesar de que el movimiento se entendió como una maniobra alentada por el Gobierno, para evitar la caída de un activo estratégico en manos privadas.
Estas fuentes explican también que la sustitución del consejero delegado, resuelta el pasado septiembre con el nombramiento de Roberto García Merino, también generó roces, ya que la ministra quiso condicionar la elección.
Y, más recientemente, han sido los recursos de Red Eléctrica contra los decretos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) para recortar los ingresos de las actividades reguladas en el sector energético. La ministra habría instado a Sevilla a dar carpetazo a esos recursos contra el organismo regulador.
Un operador crucial
En el eje de la disputa entre Sevilla y Ribera se encuentra el hecho de que Red Eléctrica representa un elemento crucial para integrar el boom de nuevas renovables que viene. Harán falta más redes, más subestaciones, y su papel como operador del mercado es clave para poder integrar una generación eléctrica más distribuida, más atomizada y además integrar y gestionar el autoconsumo, por lo que desde el Ministerio se ha querido garantizar el alineamiento de interesas y la unidad de criterio.
Fuentes del sector señalan, a este respecto, que en todos los países de Europa las actividades del gestor de las redes eléctricas y operador del sistema están consideradas funciones de interés público que hacen necesaria esa unidad de criterio.
En ese contexto, Ribera y su equipo recelan del plan de diversificación (con más negocio de telecomunicaciones) y la internacionalización (tanto en redes eléctricas como en telecomunicaciones) emprendida por la dirección de Red Eléctrica bajo el mandato de Sevilla, y cuyo hito principal hasta la fecha fue la adquisición de Hispasat.
Así, en el borrador de la Ley de Cambio Climático que impulsa el Ministerio de Ribera contempla la extensión de las labores de control y supervisión del Gobierno en las compras de empresas que puedan ejecutar Red Eléctrica y Enagás -también embarcada en una etapa de expansión internacional- no sólo a través de sus filiales de negocios regulados de energía sino también a través de sus matrices.
Mensaje de continuidad
Tras la dimisión de Sevilla, que se hará efectiva este martes, desde Red Eléctrica se ha trasladado un mensaje oficial de continuidad. Desde la compañía recuerdan que las funciones ejecutivas siguen en manos del consejero delegado, Roberto García Merino, que se encargará de la ejecución normal del plan de negocio del grupo.
Con la salida del presidente, se activaría de forma automática el plan de contingencia con el que cuenta la compañía -aprobado en 2017- y que se adecúa a las prácticas de buen gobierno corporativo.
El plan de contingencia del grupo contempla que Gómez de Barreda asuma la coordinación de las funciones del consejo
Este plan contempla, como primer paso, que la consejera independiente coordinadora, Carmen Gómez de Barreda, sea la que asuma de manera transitoria y hasta que se produzca el nombramiento de un nuevo presidente, la coordinación de las funciones del consejo. De este modo, se garantizaría el funcionamiento normal de los órganos de administración de la compañía.
Para el nombramiento de un sustituto para Sevilla, que debe ser designado por el consejo de administración, no existen unos plazos determinados.
Desde el grupo se recalca que durante la presidencia de Sevilla, todas las decisiones que se han adoptado han contado con el respaldo y la aprobación del consejo de administración.
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