El frenazo de demanda de viajes y el aluvión de cancelación de reservas por la epidemia de coronavirus va a pasar factura a las empresas del sector turístico. Las compañías temen un zarpazo en su cuenta de resultados por la caída de las ventas y por la sucesión de cancelaciones o aplazamientos de eventos y programas (Mobile World Congress, viajes del Imserso, Fallas…) por el brote. Y empiezan ya a pedir ayuda abiertamente al Gobierno para parar el golpe.
La Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (Cehat) convocó de manera extraordinaria a su comité ejecutivo tras conocer las medidas adoptadas por el Consejo de Ministros para frenar la propagación del virus. “Somos conscientes de que estamos ante un episodio de salud pública nacional y de carácter mundial y los hoteleros somos responsables con una situación de esta magnitud, porque en este ámbito debemos estar codo con codo con las administraciones”, explica el presidente de la Confederación, Jorge Marichal, pero el codo con codo pide que sea recíproco.
Ante el impacto económico que esta crisis sanitaria tiene de forma directa sobre el sector turístico, la Cehat exige al Gobierno, a las comunidades autónomas y a los ayuntamientos un paquete de medidas urgentes que permitan paliar los escenarios negativos que se están produciendo desde el comienzo de la crisis. Y con ello se refiere, singularmente, a medidas fiscales y laborales. Rebajas de impuestos, aunque sean temporales, y facilidades para ajustar plantillas y para no subir salarios.
La patronal hotelera considera necesario garantizar la liquidez de las empresas, mediante el aplazamiento de los pagos a la Seguridad Social por un periodo no inferior a tres meses, sin recargos ni intereses, a todo el sector hotelero. De igual forma, se solicita también el aplazamiento de otros impuestos de carácter local, como el IBI, el IAE o las tasas municipales.
Los hoteleros también alertan de que en la actual situación de emergencia sanitaria no procede el planteamiento de nuevas figuras fiscales, tales como el anunciado impuesto sobre el combustible para el transporte aéreo, con repercusión directa sobre el sector turístico, y “ve urgente que se aplacen por un periodo superior a un año las denominadas tasas turísticas de ámbito local o regional”.
Otra de las medidas que los hoteleros proponen al Gobierno es que habilite una línea extraordinaria de financiación a través del ICO con créditos blandos para superar situaciones de tensiones de liquidez, especialmente para aquellos establecimientos que han invertido en su mejora de cara a la temporada de Semana Santa.
Por otra parte, los hoteleros proponen una agilización en la tramitación de Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), y que se contemple todas las modalidades contractuales, no solo los fijos discontinuos; facilidad en el descuelgue de incrementos salariales recogidos en los convenios colectivos y que el coste de la tramitación de las bajas laborales motivadas por la afección de COVID-19 sea asumido por el Estado, debido a la excepcionalidad de la situación.
Asimismo, ante la cancelación temporal del programa del Imserso a partir del 1 de abril, la Cehat “entiende la naturaleza de esta decisión y la asume con responsabilidad”, pero solicita al Gobierno que detalle la operativa que se debe llevar a cabo para saber cómo actuar en todo momento con los clientes, así como conocer la política de cancelaciones que se debe aplicar por parte de las empresas.
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