La Unión Europea (UE) activó este lunes por primera vez en su historia la "cláusula de salvaguarda" de las reglas fiscales comunitarias, que permitirá a los países incumplir sus objetivos de déficit y deuda temporalmente para poder elevar el gasto frente a la pandemia de coronavirus.
Los ministros de Economía y Finanzas de la UE dieron este lunes luz verde a la medida, propuesta el viernes pasado por la Comisión Europea ante la perspectiva de que la crisis sanitaria produzca un "choque económico severo" en la economía europea, más grave que la contracción del 1% del PIB para este año que se preveía hace apenas unos días.
"La severa recesión económica que se espera ahora este año requiere una respuesta política decidida, ambiciosa y coordinada. Tenemos que actuar decisivamente para garantizar que el choque sigue siendo breve y tan limitado como sea posible y no crea un daño permanente a nuestras economías", dijeron los titulares económicos en una declaración al términos de una reunión por videoconferencia.
Los ministros comparten la evaluación de la Comisión de que se dan las condiciones para activar la cláusula, a saber, que exista "un choque económico severo en la eurozona o la Unión en su conjunto".
El uso de la misma, añaden en el comunicado, "garantizará la necesaria flexibilidad para tomar todas las medidas necesarias" para apoyar a los sistemas sanitarios y a la economía, "incluyendo a través de más estímulos discrecionales y acción coordinada", que será diseñada como sea apropiado para llegar a tiempo y ser "temporal y específica".
Disciplina fiscal
Las reglas de disciplina fiscal europeas, recogidas en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, estipulan que el déficit público de los países no debe superar el 3% de su PIB y su deuda, el 60% del PIB. Cuando exceden estos umbrales, Bruselas pacta con los países una senda de reducción que fija objetivos de corrección anuales y, en caso de incumplirlos, puede sancionarles.
La activación de la cláusula supone que los países podrán desviarse del ajuste exigido este año, que para España consistía en reducir su déficit estructural en un 0,65 % de su PIB (unos 7.800 millones de euros) en 2020.
Con esta medida, que se introdujo en las normas en 2011, la UE estira al máximo la flexibilidad que contemplan sus reglas fiscales.
Se trata de un paso extraordinario dado el celo que tradicionalmente muestran algunos países en el cumplimiento a rajatabla de estas normas, en particular Alemania y Holanda, y adoptado con una velocidad inusitada, algo que responde al rápido deterioro de las perspectivas económicas.
"Si la crisis sanitaria se prolonga hasta principios de junio o más allá, la caída en la actividad económica en 2020 podría ser comparable a la contracción de 2009, el peor año de la crisis económica y financiera", advertía la Comisión el viernes.
En su comunicado los ministros señalan, no obstante, que siguen "totalmente comprometidos a respetar el Pacto de Estabilidad y Crecimiento" y recuerdan que la cláusula permite a la Comisión y el Consejo tomar medidas de coordinación política dentro del marco de Pacto, "aunque desviándose de los requisitos presupuestarios que normalmente se aplican, para abordar las consecuencias económicas de la pandemia".
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