El Gobierno ha incluido a las gasolineras entre los servicios esenciales que deben mantener su actividad y garantizar su funcionamiento total durante el estado de alarma. Todas las estaciones de servicio están obligadas a estar operativas. Una obligación que, según denuncia la patronal de las gasolineras, está teniendo consecuencias “nefastas” para el sector, ya que el consumo de combustible se ha desplomado por las restricciones impuestas a la movilidad.
“No tiene ningún sentido seguir manteniendo el 100% de la oferta de suministro de carburante cuando la movilidad es apenas un 10% de la habitual y que más de 11.000 puntos de venta estén obligados a permanecer abiertos todos los días, se queja la Confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicio (CEEES), integrada en la patronal CEOE.
El uso del vehículo privado ha caído hasta mínimos históricos, con un descenso de en torno al 89% en relación a los niveles habituales para esta época del año, según los datos del propio Ministerio de Transportes. Y eso se ha traducido en un hundimiento de las ventas de combustible.
El consumo de gasolina se desplomó un 83% la semana pasada, mientras que la demande de gasóleo de automoción cayó un 61%, según los datos de salidas de carburantes de las instalaciones de la Compañía Logística de Hidrocarburos (CLH). Unos recortes del consumo que se suman ya a los de la semana previa, la primera de vigencia del estado de alarma, cuando las salidas de gasolina descendió un 41% y la de diésel, casi un 38%.
Ante esta situación, la patronal CEEES reclama al Gobierno el establecimiento de unos servicios mínimos que garanticen el adecuado abastecimiento de carburante de los servicios esenciales (transporte sanitario, vehículos de transporte de mercancías, de los fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado…), al tiempo que permitan a las estaciones de servicio que así lo deseen cerrar temporalmente sus negocios hasta que España recupere la normalidad que ahora ha perdido a causa de la propagación del coronavirus.
“Cada día que pasa sin adaptar la oferta de combustibles de automoción a una demanda cada vez más reducida pone en riesgo de forma incomprensible e irresponsable miles de empleos y hace peligrar la viabilidad de cientos de pymes del sector”, subraya la asociación empresarial, que advierte de que se viene “la quiebra de cientos de estaciones de servicio” si no se toman medidas ya.
CEES alerta de que muchas estaciones, un sector en el que hay miles de centros independientes y pymes, tienen ya “dificultades a la hora de abonar las nóminas” de sus empleados de marzo y a muchas “les resultará previsiblemente inviable pagar las mensualidades del mes de abril”.
Desde la Asociación de Operadores Petróliferos (AOP), que agrupa a las grandes petroleras que operan en el país (Repsol, Cepsa, BP, Galp, Eni y Saras) y que tienen las mayores redes de estaciones de servicio, reclaman también poder flexibilizar horarios y ayudas como exenciones en el pago de cuotas a la Seguridad Social o beneficios fiscales a cambio de seguir con todas las gasolineras abiertas.
Pese al desplome de las ventas, “no hemos aplicado ningún ERTE ni tenemos intención de hacerlo”, explicaba a Efe Luis Aires, presidente de AOP y de BP España, pero reclama ayudas para mantener la actividad cuando los ingresos se han derrumbado.
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