El parón del sector aéreo es total. Las restricciones de movilidad por el estado de alarma para contener la propagación del coronavirus ha paralizado la aviación. Las grandes compañías han dejado en tierra la práctica totalidad de sus aviones y la cancelación de los vuelos programados es total en las próximas semanas y empiezan a alcanzar a las operaciones hasta de mayo.
La Semana Santa, uno de los momentos de altísima demanda para el sector turístico, se da por perdida. Durante todas las vacaciones se iban a operar en España más de 71.000 vuelos -que son los que se operaron en la Semana Santa de 2019 y este año la programación seguía creciendo-. Pero ahora sólo están programados un total de 3.550 vuelos desde hoy y hasta el lunes 13 de abril, según los datos que maneja la Asociación de Líneas Aéreas (ALA), que agrupa a ochenta compañías que operan en el mercado español.
El 95% de las operaciones se quedarán en tierra. Y los que 3.550 que se esperan están destinados casi íntegramente a repatriaciones de ciudadanos varados o al transporte de mercancías. Las únicas excepciones son los vuelos de Baleares y Canarias con la Península o interislas.
“Las repercusiones de esta pandemia van mucho más allá de la Semana Santa, que tan solo es el preludio de una temporada de verano incierta y de un año crítico para el sector”, sostiene Javier Gándara, presidente de ALA y director general de easyJet en España. “La incertidumbre de la evolución del Covid-19 no solo en España, sino a escala global, y las dudas sobre el comportamiento de la demanda, dificulta aún más si cabe la supervivencia de las compañías aéreas y hace imposible vislumbrar cuándo llegará la recuperación, no solo porque se desconoce cuándo se recuperará la actividad aérea, sino cuándo recuperará la gente la confianza a volar”.
A falta de tener certeza sobre la duración de las restricciones más estrictas y de cuándo empezará el período de recuperación gradual, el parón del transporte aéreo pone en peligro 750.000 empleos del sector aéreo y puede costarle al PIB español del orden de 45.000 millones de euros, según estimaciones de la patronal global IATA. Y es que la aviación es un sector estratégico para la economía española, contribuyendo en más de 113.000 millones de euros al PIB español (9,2% del PIB), según datos de ATAG de 2018.
Ante este escenario, ALA reclama al Gobierno “medidas excepcionales” en un momento tan crítico para el sector aéreo que directamente pone el peligro su “supervivencia”. La asociación de aerolíneas, entre otras medidas, aumentar los plazos de aplazamiento de cuotas de la Seguridad Social y autorizar el aplazamiento de las del IVA; reducir la cuantía de los pagos fraccionardos del Impuesto de Sociedades; poner en marcha ya las líneas de crédito del ICO; la inmediata ejecución de los reembolsos de la subvención de residentes; o la suspensión temporal de las tarifas de estacionamiento de larga estancia para los aviones parados obligatoriamente por las cancelaciones debidas al COVID-19.
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