Más allá del número de casos, fallecidos o de las medidas de confinamiento, la duración de la pandemia del coronavirus se ha convertido en un factor clave para medir cuál va a ser su impacto económico. Los analistas modifican sus previsiones en función del tiempo en el que se prolongue la Covid-19.
En concreto en la eurozona, se da por hecho una recesión pero su profundidad se mide en las semanas que los Veintisiete sufran el coronavirus. Se da por hecho que la crisis no es igual que la de 2008, no lo es ni en términos de causas ni en la recuperación que se espera, aunque desde el Fondo Monetario Internacional (FMI) advierten de que sus consecuencias pueden ser todavía peores.
Los gobiernos nacionales y las organizaciones supranacionales están haciendo esfuerzos económicos en términos de liquidez, tanto para empresas como para hogares. Y es que, tal como ha afirmado la presidenta del Banco Santander, Ana Botín, “esta crisis no es financiera”. Por eso, reforzando la economía de los negocios y de las personas, los analistas esperan que a partir de 2021 la eurozona vuelva al crecimiento.
Desde el área de análisis de Bank of America, creen que el producto interior bruto (PIB) de la eurozona caerá un 7,6% en 2020 y crecerá un 8,3% a partir del próximo año. Los analistas consideran que las medidas de confinamiento están funcionando, pero temen que la actividad económica no se recupere tan rápidamente como esperaban. En este sentido, “todavía asumimos que el confinamiento se aligerará en mayo, pero la vuelta al trabajo será probablemente mucho más lenta de lo que habíamos perfilado”. El banco prevé que no sea hasta agosto cuando “la construcción y la industria manufacturera” vuelvan a sus niveles pre-coronavirus.
Miguel Jiménez, economista de BBVA Research, liga sus previsiones al parón de actividad económica al que se someta a los países de la zona euro. “Si la economía europea frenase su actividad un 25% durante 6 semanas […] la caída del PIB en 2020 sería del 2,3%”, explica. En cambio, si el confinamiento se prolonga hasta 14 semanas, la caída podría llegar a ser del 5%.
Mucho más drásticas son las previsiones de Goldman Sachs y de Standard&Poor’s. El primero opina que si el pico de la crisis se alcanza este mes de abril, el recorte para la economía europea llegará al 9% y crecerá un 7,9% a partir del próximo año. Para S&P, si las medidas de confinamiento se alargan durante cuatro meses, el tijeretazo sobre el PIB europeo puede alcanzar el 10%.
Si en algo coinciden los analistas es en el mantra que repiten desde el Gobierno: “impacto profundo pero transitorio”. Así, los escenarios macroeconómicos que se manejan coinciden en que la recuperación llegará el próximo año. Aunque no se pongan de acuerdo qué forma tendrá el gráfico que represente ese crecimiento.
En 'V', en 'U' o el logo de Nike
Uno de los primeros en hablar de una recuperación en forma de 'V' fue el vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos. “La economía europea va a entrar en recesión en 2020 pero tenemos que tener muy claro el concepto de temporalidad y esperemos tener una recuperación en forma de V”, apuntó De Guindos en una entrevista en La Sexta.
“La economía europea va a entrar en recesión en 2020 pero tenemos que tener muy claro el concepto de temporalidad"
El economista jefe de la gestora Schroders, Keith Wade, considera que una vez se recupere la actividad económica se recuperará también el crecimiento, por lo que apuesta por una recuperación en forma de “V” y no en forma de “L” que supondría alargar la recesión. “Esperamos que el fin de las restricciones de movimiento, la vuelta al trabajo y de la situación cotidiana para los negocios impulse esta previsión”, defiende Wade. Esto llevaría a la economía europea al crecimiento a partir del segundo semestre.
Sin embargo, el economista y el jefe de inversión de Pimco consideran que el levantamiento paulatino de las restricciones provocará que la recuperación tenga forma de “U”. “Además, recuperar la cadena de suministro y superar los cuellos de botella del transporte y la logística lleva un tiempo”. Pese a todo, esperan que alcanzar de nuevo el crecimiento tarde unos meses y Europa se recupere a partir de 2021.
Pero un último supuesto se ha colado en los análisis y es el logo de Nike. Su forma representa para algunos la forma que tendrá la recuperación de la economía. Los economistas de Berenberg consideran que “en dos años” la economía podría superar los niveles de PIB de finales de 2019. En McKinsey, donde también contemplan una recuperación en forma de tick creen que esos niveles no se alcanzarían hasta 2023. Se trataría, por tanto, de un crecimiento más sostenido en el tiempo.
En definitiva, la crisis sanitaria arrastrará a la economía europea a niveles que no se alcanzaban desde la crisis financiera. Pero tal y como repite la ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, los economistas creen que el impacto será “transitorio”.
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