España es un país de barra y tapa. De caña y vermú. De mantel y menú. De bares, restaurantes y cafeterías. Y ahora que llegan la primavera y el verano afloran las terrazas, esa cerveza al solecito, el tinto de verano con vistas al mar. Placeres baratos y mundanos, pero prohibidos también por el coronavirus hasta quién sabe cuándo. En medio de esa incertidumbre, los hosteleros miran el calendario con extrema preocupación, tachando cada día que pasa con la esperanza de subir pronto la persiana para no ahogarse.

Nos va a costar mucho coger vuelo cuando todo esto pase, el panorama es muy gris"

Jesús, dueño de la cervecería El Doble

"Somos un sector tremendamente frágil", advierte en conversación con El Independiente Emilio Gallego, secretario general de la Confederación Empresarial de Hostelería de España (CEHE), representante de los más de 300.000 negocios hosteleros de nuestro país. "Lo que estamos viviendo es un auténtico drama".

Salvo los pedidos a domicilio, el sector hostelero lleva cerrado tres semanas. Los bares y restaurantes fueron casi los primeros negocios en echar el cierre completo por el coronavirus. Y la lógica indica que serán de los últimos en volver a abrir una vez termine el Estado de Alarma. "La hostelería será lo último que vuelva a abrir. Y lo peor no es eso, sino que no sabemos cuándo será", explica al teléfono Jesús, uno de los dueños de El Doble, un bar emblemático de Madrid.

"España es un país que vive mucho en los bares, vivimos en la calle y pasamos mucho tiempo con los amigos", añade Gonzalo Melendro, que sirve más de 50.000 litros de cerveza al año en su bar, La Mina. "Esto nos va a hacer que valoremos más al tabernero, al tipo que está detrás de la barra un fin de semana mañana y tarde para otros disfruten".

Casi dos millones de puestos de trabajo y el 6,2 % del PIB

Los bares y restaurantes son un gran motor económico en nuestro país. El sector (que incluye también pubs, cafeterías y alojamientos) da empleo a cerca de 1,7 millones de trabajadores que generan 123.612 millones de euros anuales, cerca del 6,2 por ciento del PIB nacional, de acuerdo a CEHE. Las cifras del paro del mes de marzo reflejaron que el sector de la hostelería es el que más destrucción de empleo sufrió, con 186.000 puestos menos. Y el mes de abril, en el que casi total seguridad todos los locales seguirán cerrados, el golpe podría ser mucho más duro.

Comparado con febrero o marzo, los meses de abril en adelante la facturación aumenta en torno a un 30%"

Gonzalo Melendro, dueño del bar La Mina

"Los bares ahora estamos en una situación muy complicada", cuenta Jesús desde la soledad de su casa. En El Doble, su otro hogar, no cabe un alfiler los fines de semana, con la gente abarrotando cada centímetro de la barra. Una imagen que parece impensable en los tiempos que corren, los de la distancia y la lejanía.

Por eso, no es fácil imaginarse su bar hasta arriba de nuevo. "Nos va a costar coger vuelo cuando todo esto pase, el panorama es muy gris. La gente va a tener menos dinero para gastar", añade.

Un sector con mucho alquiler y poca liquidez

"El tema de nuestro sector es que es muy frágil desde el punto de vista empresarial", continúa Gallego, de la CEHE. "Viven del día a día. Son empresas que están muy acostumbradas a vender, pagar, recibir, vender y pagar... y tienen muy poca capacidad de financiación".

Cotizaciones, impuestos municipales, de terrazas o IBI: todos esos gastos hay que reducirlos y recortarlos durante el periodo de cierre"

Secretario general de la patronal

La mayoría de los 300.000 negocios de hostelería que hay en España son pymes o micropymes. "Son familias que llevan adelante el negocio. Y ahora tienen unos gastos fijos considerables como el alquiler e impuestos, por lo que normalmente su capacidad de solvencia financiera les hace muy frágiles y vulnerables en esta situación".

Por eso, desde la patronal piden al Gobierno medidas para amortiguar algo los efectos de la crisis que se les viene encima. "Hay gente que acaba de abrir un local o que estaban a unto de abrir", indica Gonzalo Melendro. "Los préstamos con los bancos siguen, los alquileres siguen... Ahora mismo, los hosteleros hacemos un ERTE o estamos muertos".

La temporada alta

La incógnita de cómo va a salir la hostelería de esta encrucijada tiene dos frentes: la demanda nacional y la internacional. La primera tendrá una respuesta más rápida, como es lógico, pero es cierto también que tendrá menos dinero en el bolsillo y más cautela en la cabeza. En el caso de la demanda internacional la incógnita es mayor por el impacto que pueda tener el coronavirus en el turismo. España recibió en 2019 más de 83 millones de turistas, una cifra que se desplomará en 2020. "Hay que hacer lo humano y lo inhumano para recuperar esto cuanto antes", advierte Gallego.

El sector de temporada está todavía peor: justo en el momento de arrancar, el motor está gripado"

Gran parte de esa demanda nacional e internacional se mueve anualmente entre los meses de abril y septiembre, la temporada alta. La Semana Santa supone cada año el pistoletazo de salida: en el año 2019 hubo más de 15 millones de desplazamientos en esos días festivos, con todo lo que ello conlleva para el sector servicios. La subida de las temperaturas de la primavera va sacando a la gente de sus casas y los destinos de playa se van llenando de turistas según se acerca el verano. La bola va creciendo y creciendo en mayo y junio hasta que llegan lo meses potentes, julio, agosto y septiembre. La frase Hacer el agosto no es nada al azar. "Comparado con febrero o marzo, los meses de abril en adelante la facturación de nuestro bar aumenta en torno a un 30% con la terraza", indica Gonzalo Melendro.

"Aunque es un drama para todos, el sector de temporada está todavía peor. Ahora mismo tendrían que estar preparándose, en el final del proceso de hibernación. Es el momento de invertir unos cuantos miles de euros para pintar, arreglar el aire acondicionado, poner sombrillas, plantas...", explica Gallego. "Y justo en el momento de arrancar, el motor está gripado".

Si las perspectivas no mejoran, muchos negocios pasarán un año en blanco. Y a eso habrá que sumar las pérdidas que sufrieron muchos hosteleros en la costa mediterránea en octubre del año pasado por las inundaciones y destrozos que dejó la DANA.

Iniciativas para mantener a flote el sector

Algunas empresas del sector han lanzado varias iniciativas para apoyar a la industria en estos momentos tan complicados. La cervecera Heineken, por ejemplo, anunció esta semana que entregará gratis 15 millones de cañas (unos 3,75 millones de litros de cerveza) a través de las marcas Cruzcampo y Amstel cuando pase el confinamiento.

El portal de reservas El Tenedor, por su parte, ha lanzado al mercado la posibilidad de comprar unos "bonos prepago" que permiten a los restaurantes recibir ya ingresos, mientras que los usuarios podrán hacer uso de ellos cuando se reabra la actividad. Se pueden adquirir en la web salvemosnuestrosrestaurantes.es y en su propia página.

La cadena de distribución Makro -centrada en dar servicio mayorista a los hosteleros- ha decidido iniciar una campaña de recogida de firmas a través de Change.org para demandar al Gobierno "medidas de apoyo específicas" para este sector. En poco más de 24 horas la petición ha sido respaldada por más de 16.000 ciudadanos.

A las iniciativas en apoyo a la hostelería se ha sumado -entre otros- el grupo Mahou, cuya distribuidora Voldis ha comenzado a repartir a domicilio packs de cerveza a clientes particulares y cuyos beneficios irán dirigidos a bares y restaurantes a través de asociaciones sectoriales como La Viña.