El petróleo vivió el lunes una jornada que pasará a la Historia en la que el mercado, atemorizado por una hipotética caída global de la demanda, contempló atónito que es posible negociar con el crudo cotizando en negativo. A priori, esta noticia debería suponer un generoso ahorro para España, pero la situación en la que quedará la economía del país tras la paralización de la actividad por la crisis sanitaria nubla los beneficios. De poco sirve que caiga el precio del crudo si los aviones no vuelan y los coches están aparcados.
España ha sido siempre un país importador de petróleo, por lo que suele beneficiarse de las caídas en los precios del crudo y sufrir con las subidas. Teniendo en cuenta esta premisa, se podría pensar que el histórico desplome es una buena noticia para el país, pero la ecuación no es tan sencilla: si el precio del petróleo está cayendo es, precisamente, por miedo a una falta de demanda.
El comercio internacional se beneficiará una vez se restablezca la producción
“Es difícil cuantificar el impacto”, señala Miguel Cardoso, economista jefe para España de BBVA Research en relación con el hundimiento del precio del petróleo al que asiste estos días el mercado, aunque sí adelanta que “no se va a poder beneficiar ni el turismo, ni llenar el depósito”.
“Algunos de los principales canales a través de los cuales se beneficia la economía española están limitados por el confinamiento. Los hogares no ven un alivio en llenar el depósito del automóvil porque no lo están usando. Los turistas extranjeros no aprovecharán billetes de avión baratos dado el temor al contagio”, explica a este periódico Cardoso.
A la condición de España como importador neto de petróleo se une el fuerte peso que tiene el turismo sobre el Producto Interior Bruto (PIB), que está entorno a un 14%, dentro del que un actor muy relevante es el sector de las aerolíneas y los transportes, principal consumidor de los derivados del petróleo.
El sector es, además, el mayor perjudicado de la paralización de la actividad a la que ha llevado la crisis sanitaria del Covid-19 y su futuro es tan incierto que ni siquiera el Gobierno ha diseñado un “calendario oficial” para reactivar el turismo.
Si a este sector le va mal, el consumo de petróleo en España será menor y si cae la demanda del crudo el beneficio que se obtendría por unos precios más bajos desaparece con ella.
La gasolina, casi impasible, y el coche, parado
La reducción del precio del petróleo, además, se notará poco en el coste de la gasolina. Como explica Joaquín Robles, analista de XTB, la cotización del crudo solamente se refleja en una pequeña parte en los precios de la gasolina, aproximadamente en un 20%, debido a que los costes fijos (impuestos, costes de refinamiento y de distribución, margen de beneficio…) se llevan casi todo el peso. Por ello, “la caída de los precios del petróleo no es proporcional en los de la gasolina”, explica a este periódico el analista.
“No espere ninguna devolución en su próxima parada en la estación de servicio”, advierten los expertos de Julius Baer, que consideran al hundimiento del precio del petróleo del lunes un “fallo técnico” fruto de la prisa por la caducidad de los futuros de mayo. Pocas buenas noticias para unos ciudadanos que, además, por el momento sufren restricciones de movimiento y no saben cuándo volverán a arrancar el coche.
Así, aún no es posible determinar de qué manera se beneficiará España de esta situación, si es que lo hace, pero en todo caso el impacto “será menos positivo que en anteriores ocasiones”, añade el experto de BBVA Research, pues “la caída del precio se debe a una reducción de demanda, que refleja un entorno recesivo y de incertidumbre a nivel global”. De acuerdo con el economista, el comercio internacional solo podrá beneficiarse del hundimiento de los precios del crudo una vez se restablezcan las cadenas de producción, actualmente congeladas en su gran mayoría por el parón de la actividad.
Con todo, desde eToro explican que una caída tan brusca en el precio del petróleo podría llevar a una desaceleración rápida de la inflación global, con la consecuente deflación para algunos países. “Es un dolor de cabeza que los bancos centrales y los gobiernos no necesitan en este momento, ya que intentan mantener sus economías a flote durante la crisis”, añaden los expertos.
Habrá que esperar para ver los efectos de este histórico desplome y si la tendencia bajista se mantiene en el tiempo. De momento, el precio del petróleo consiguió recuperarse en parte el martes y cotizar en positivo, en torno a los 12 dólares por barril, frente a los casi -38 dólares a los que cerró el lunes.
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