La Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) confirma lo que se había convertido en una queja evidente y muy habitual de los pasajeros y en un temor para las administraciones públicas: el incremento de las ayudas públicas para subvencionar los billetes aéreos para los residentes en Canarias y Baleares acabó provocando que las aerolíneas subieran las tarifas de los vuelos bonificados.
Desde los años noventa, el Gobierno subvenciona una parte del importe que pagan los residentes en Baleares y Canarias para garantizar la conectividad de los territorios periféricos. Durante años, la subvención era del 50% del importe del billete, pero en 2017 subió al 75% para los vuelos interislas y en 2018 lo hizo hasta ese mismo porcentaje para los vuelos entre las islas y la Península.
La CNMC, por encargo del Gobierno y del Govern balear, ha realizado un estudio de los cambios en la demanda y en los precios de los billetes de vuelos tras el incremento de las bonificaciones, comparando la evolución de ambos un año y medio antes y un año y medio después de la subida de las subvenciones.
El supervisor ha constatado que el impacto del alza de las ayudas en ambos mercados aéreos insulares fue el de disparar la demanda de vuelos de los residentes y aumentar el precio medio de los billetes de los vuelos con la Península. La combinación de más viajes, precios más caros y mayor bonificación en cada vuelo ha provocado que el presupuesto público destinado a las ayudas de este descuento aéreo haya pasado de 309 millones en 2016 (antes de las dos subidas) a 765 millones el año pasado, un 145% más, según la estimación de la CNMC.
“Las ayudas sirven para abaratar el precio final de los vuelos para los residentes. Al ser más baratos, más viajeros residentes quieren volar, y como la oferta de las aerolíneas no puede crecer tan rápidamente se provoca un shock de demanda. El resultado es que suben los precios de los billetes”, explican fuentes de la CNMC.
Según el estudio del organismo, la demanda de viajes con la Península por los residentes en Baleares crecieron un 10% y en Canarias lo hizo en un 15% después de la subida de la subvenciones, mientras que la demanda de no residentes nacionales se mantuvo estable. Un fuerte incremento que, según la CNMC, provocó que se dispararan los precios medios de los billetes, un 22% en el caso de las rutas de Baleares y un 9% en el de Canarias.
En cambio, en las rutas interinsulares no se aprecian cambios en la tendencia de los precios, a pesar de que la demanda se disparó en ambos archipiélagos cerca de un 25%, lo que según la CNMC se explica por la mayor capacidad de asientos ociosa en estos vuelos.
Los residentes en los archipiélagos terminaron pagando menos por sus billetes con la Península (y viajaron más), porque las subidas de precio eran inferiores al impacto del alza de la subvención. Pero los no pasajeros nacionales no residentes sufrieron el encarecimiento de las tarifas plenamente. Los viajeros no residentes, para protegerse de esas subidas de precio optaron por volar mucho más con compañías low cost y optaron por comprar los billetes con aún más antelación.
Tradicionalmente, los clientes peninsulares ya compraban con mayor anticipación los billetes que los residentes, pero ese diferencial se amplió. La mayor antelación con que compran sus billetes los clientes peninsulares frente a los baleares era de 7 días y pasó a 11 días, y se elevó de 13 a 18 días en el caso de Canarias.
“La teoría económica y de la evidencia empírica muestra que no existe un sistema perfecto para apoyar la conectividad”, explican desde la CNMC. “Cualquier medida presenta ventajas e inconvenientes porque afecta a las condiciones del mercado y los incentivos de los agentes. Esto no supone que no deban adoptarse medidas de apoyo, sino que la Administración debe sopesar en cada caso las distintas alternativas y valorar sus costes y beneficios para garantizar que sean beneficiosas para los ciudadanos”.
En este sentido, la CNMC propone una serie de recomendaciones para minimizar las consecuencias indeseadas del incremento de la bonificación, como es la subida de los precios que se ha producido en las rutas entre las islas y la Península. Entre las propuestas, el supervisor incluye medidas para aumentar la sensibilidad al precio de los pasajeros residentes (como indicar el precio total del billete junto al precio bonificado, liquidar la ayuda a posteriori, establecer topes a la cantidad bonificable o limitar los conceptos bonificables de los billetes).
Asimismo, la CNMC apuesta por adoptar una visión de conjunto de todas las ayudas para compensar la insularidad, dado que la bonificación a residentes coexiste con otras medidas, y también por valorar otros posibles mecanismos de ayuda para compensar la insularidad (por ejemplo, un régimen de exenciones fiscales generales a residentes que no estén vinculadas a la realización de desplazamientos).
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