El sector del automóvil en España es un gigante que lleva aguantando sacudidas en los últimos años. Mientras la industria se transforma, a medida que lo hace la conciencia medioambiental y la movilidad, Europa amenaza con terminar con los motores diésel, Reino Unido transforma sus relaciones comerciales y Estados Unidos prioriza a sus empresas desatando guerras comerciales con afectados en todos los puntos del planeta.
La industria de la automoción supone el 10% del producto interior bruto (PIB) de España, según los datos de la Asociación Española de Proveedores de Automoción (Sernauto) y emplea a más de 566.000 personas, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Está claro que el automóvil es un motor de la economía española, y quizá por eso, fuentes cercanas al Gobierno reconocen que el cierre de Nissan supone un punto de inflexión entre la crisis sanitaria del coronavirus y la crisis económica que está causando la pandemia.
Pero el Covid-19 y la decisión de Nissan -basada en una estrategia internacional- son los últimos síntomas de un sector que lleva resistiendo sacudidas en los últimos años.
La batalla del diésel
La preocupación por el cambio climático y sus aceleradas consecuencias ha impulsado políticas que abogan por reducir las emisiones de los motores diésel y gasolina. España llegó a afirmar que prohibiría los coches diésel a partir de 2040, una afirmación que causó cierto revuelo en el sector pero que finalmente no se ha constatado en la Ley de Cambio Climático que presentó el Gobierno hace una semana.
Sin embargo, existe un compromiso a nivel europeo para que en 2050 hayan desaparecido las emisiones de dióxido de carbono. Y para ello, son necesarios cambios en muchos ámbitos, pero especialmente en el de la movilidad. Desde el Gobierno se ha dado impulso al coche eléctrico en la norma de Cambio Climático. El objetivo de Bruselas es que todas las administraciones adopten las medidas necesarias para que el parque automovilístico se transforme.
Eso pone en jaque al automóvil español. Desde el sector subrayan la importancia de la fabricación de camiones, por ejemplo, así como de la dificultad de modernizar un parque como el agrario. Sin embargo, el sector está comprometido con la renovación del parque automovilístico, pero insisten en que para que esto suceda es necesaria una mayor inversión.
Es imprescindible contar con un plan país para el sector automoción que reúna a todos los actores implicados"
“Es imprescindible contar con un plan país para el sector automoción que reúna a todos los actores implicados y que nos permita mantener los niveles de empleo y competitividad de nuestras empresas, tal y como se está haciendo en Alemania, Francia o Reino Unido. Es perentorio, y más en estos momentos, establecer una hoja de ruta clara que permita a nuestro país seguir siendo referencia en automoción”, indicaba José Portilla, director General de Sernauto. Este mismo viernes, la ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, anunciaba que el Gobierno trabaja en un plan para el sector.
Brexit
Además de ser uno de los sectores que contribuye más al PIB y con más empleo directo e indirecto, el automovilístico es también uno de los sectores que más exporta. Ascendieron a más de 4.300 millones de euros en 2018, según datos del INE. Reino Unido es el cuarto socio comercial para el sector de la automoción español, por lo que el sector se mantiene a la espera de que el brexit no ponga barreras al comercio de vehículos y componentes.
“Dada la relevancia de este mercado para la industria, resulta crucial contar con un marco jurídico estable y predecible, una vez el Derecho de la UE deje de aplicarse en el Reino Unido, tanto para las inversiones como para los intercambios comerciales, que garantice la competitividad de nuestras empresas”, indican desde Sernauto.
Según un informe de la consultora Oliver Wyman, romper las relaciones comerciales entre el sector de la automoción española y el Reino Unido tendría un impacto de 866 millones de euros. Desde la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac) cifran en 370 millones el sobrecoste de vender a Reino Unido sin condiciones favorables. Por eso, el sector trabaja en acuerdos que permitan mantener a su socio británico pese a la salida de este de la Unión Europea. Unas negociaciones que han seguido pese a la irrupción del coronavirus.
Guerra comercial
El "Make America Great Again" de Trump también ha retumbado en los concesionarios españoles. El presidente de Estados Unidos amenazó con imponer aranceles a los vehículos europeos para favorecer las ventas de los fabricantes estadounidenses.
Desde España se exportaron a EE.UU. un total de 31.407 vehículos en 2018, lo que supuso un 1,4% del total de la exportación de vehículos y un 14,5% menos que en 2017, según datos facilitados por la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac).
Condiciones más duras para la venta de vehículos al otro lado del Atlántico también preocupaban al sector español. Sin embargo, desde Bruselas cierran la puerta a que estas restricciones se acaben produciendo. El sector, sin embargo, considera que se puede producir una guerra de precios entre las marcas europeas.
Con las matriculaciones a la baja, la crisis del coronavirus y la marcha de una marca que da empleo a más de 3.000 personas en España, el sector de la automoción trabaja para seguir siendo clave en la economía española pese a los impedimentos internacionales y los cambios de tendencia en la movilidad.
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