Los viajes empezaron el pasado septiembre y fueron continuos hasta que los paralizó el estado de alarma, a mediados de marzo. Miles de kilómetros en siete meses recorridos por un equipo de 20 personas que han verificado uno a uno todos los puntos de recarga pública de coches eléctricos de España para comprobar cuáles efectivamente están en funcionamiento.
En estos tiempos en que está el fact-checking tan en auge en otros ámbitos, estos 20 verificadores (de enchufes, en este caso) han recorrido todo el país para alimentar con información contrastada in situ una aplicación digital con datos de todos los puntos para recargar coches eléctricos que realmente están operativos y de su localización en un mapa online.
Han chequeado instalaciones en hoteles en pleno centro de las grandes ciudades y en lugares recónditos de la España vacía, en gasolineras de las grandes autovías y de pequeñas carreteras secundarias, en parques temáticos, en supermercados, en bodegas… hasta en un monasterio en mitad de la montaña de La Rioja (la abadía de Valvanera, que también tiene hospedería).
El resultado de peinar el país es que se han validado de manera presencial los algo más de 3.600 enchufes para coches eléctricos en la vía pública que hay actualmente repartidos en 1.200 ubicaciones de todo el país. Tras el cribado de los verificadores se han dejado fuera un centenar de puntos que realmente están apagados, más de 250 que estaban fuera de servicio (por ejemplo, en casas rurales que sólo los tiene operativos cuando hay clientes), 20 en los que realmente no había enchufe alguno.
Toda esta información se ha volcado en la App Recarga Pública elaborada por Iberdrola como parte de su estrategia a largo plazo de fomentar el coche eléctrico y son empleados de su área de Smart Mobility los que han estado siete meses comprobando la red de recarga. Con la desescalada, el equipo –con base en varias comunidades autónomas y que se reparten las áreas de chequeo de todo el país- ha retomado los viajes para validar la existencia de nuevos enchufes en una red en constante expansión y evolución.
En la app no sólo se incluyen los puntos de recarga gestionados por Iberdrola (unos 400 ya operativos y otros 400 que lo estarán próximamente), sino los de cualquier compañía energética, con una ficha de las características de la instalación (normal, rápida, tipo de conector…), el precio de la electricidad para la recarga…
Los enchufes están geolocalizados en un mapa online, a través de la app se puede reservar un punto de recarga –en este caso sí sólo los gestionados por Iberdrola- y pagar a través del móvil. Según datos de la compañía, la aplicación cuenta con más de 40.000 usuarios cuando el parque de vehículos eléctricos en España está en el entorno de los 50.000 en la actualidad.
La app acaba de incluir nuevas funcionalidades para que los propios usuarios compartan información. Los conductores tienen la posibilidad de reportar la existencia de un punto de recarga que no aparece todavía en la app y que será publicado cuando el equipo realice una visita y valide in situ los datos; y también pueden reportar errores que también serán chequeados por el equipo de la compañía.
El Ministerio para la Transición Ecológica también trabaja en lanzar una plataforma digital que incluya información de todos los puntos de recarga y que las compañías deberán facilitar de manera obligatoria al Gobierno, como adelantó El Independiente.
El Gobierno ya cuenta con una plataforma similar con información detallada de todas las gasolineras con su ubicación en cualquier punto de España y con los datos actualizados de los precios de venta de gasolinas y gasóleos. El objetivo es replicar el modelo con la información de los enchufes para coches eléctricos.
Justo antes de que estallase la crisis sanitaria, Iberdrola anunciaba su decisión de disparar los objetivos de su plan de movilidad sostenible, con inversiones de 150 millones de euros para intensificar el despliegue de puntos de recarga de vehículos. El nuevo plan de la eléctrica contempla el despliegue de 150.000 enchufes (seis veces más que el plan inicial) en hogares, empresas, en vías urbanas y en carreteras. La hoja de ruta para carreteras incluye el objetivo de instalar estaciones ultrarrápidas (350 kW) cada 200 kilómetros, súperrápidas (150kW) cada 100 kilómetros y rápidas (50kW) cada 50 kilómetros.
La del coche eléctrico es aún una revolución apenas incipiente. El parque de vehículos enchufables va creciendo, la red de recarga va sumando nuevos puntos, y tanto las compañías automovilísticas como las energéticas trabajan en grandes planes para no perderse este negocio que aún da pasos cortos pero cuya generalización será una realidad ineludible en las próximas décadas. Las compañías eléctricas y también las petroleras tienen ambiciosos planes para llenar el país de puntos de recarga en instalaciones privadas (edificios, parkings u oficinas) y también enchufes para el público (tanto en ciudades como en carretera, por lo general en las actuales gasolineras).
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