Por mucho que lo intenta, la banca no consigue quitarse de encima el estigma del rescate que le persigue desde la pasada crisis financiera, pero ahora se encuentra frente a una oportunidad de oro para reconstruir su reputación. Como han señalado varios banqueros, en esta crisis, al contrario que hace ocho años, su papel no ha sido de problema, sino de solución, y las entidades se esfuerzan en destacar el valor de las medidas que están poniendo en marcha para ayudar a sus clientes a superar este bache. Sin embargo, como coinciden varios expertos, el mensaje de que la banca está arrimando el hombro todavía no ha calado del todo en la sociedad.

"Los bancos han tenido ahora una oportunidad de oro para reconstruir su imagen como pilares sociales que pueden sostener la economía en un momento delicado, ayudando a negocios y familias, pero sus mensajes han calado poco, les ha faltado solidez", explica a este periódico Miguel Gutiérrez, director de análisis y contenidos de Deva.

Coincide en el diagnóstico Arturo Zamarriego, especialista en derecho bancario, regulación financiera y guías de supervisión bancaria, que explica a El Independiente que "la Covid-19 supone una oportunidad para que el sector financiero comunique cómo sus medidas y procedimientos están contribuyendo a la supervivencia y alivio del tejido empresarial del país, los autónomos y los que tienen una hipoteca y también importante que el sector use estas medidas para explicar mejor a la sociedad para qué sirve la banca y qué puede hacer por nosotros". Sin embargo, "por el momento, no está siendo así”.

En opinión de Gutiérrez, además, los bancos han quedado durante esta crisis "eclipsados" por otras empresas "que han prestado más atención a las necesidades inmediatas de la crisis sanitarias y han tenido más en cuenta el factor humano".

Hay que invertir en ello

Apelando a ese factor humano, hace algunas semanas, sorprendía muy positivamente el anuncio de Bankinter El banco que ve el dinero como lo ves tú, construido bajo la ecuación de una banda sonora potente a cargo de Elena Iturrieta y un discurso emotivo ilustrado con imágenes sacadas de billetes de todo el mundo.

En elementos como este se encuentra el primer paso para que la banca pueda reconstruir su imagen. Pero requieren, claro está, inversión. “La inversión es una pieza fundamental para la mejora de la reputación de la banca. Parte de esta inversión tendría que ir destinada a explicar a la gente cómo pueden ayudarnos los bancos", explica Zamarriego.

La inversión es una pieza fundamental para la mejora de la reputación de la banca"

Arturo Zamarriego

Para este experto, además, "desde el sector financiero se está haciendo un esfuerzo que no se le pide a otras empresas, y eso es algo que en estos momentos no se está percibiendo a pie de calle". Ejemplos claros son la renuncia obligatoria al pago de dividendo, muy necesario para un sector que no consigue arrancar el interés de los inversores, así como la petición de "prudencia" por parte de los supervisores a la hora de distribuir bonus.

Reivindican su papel

Los bancos, por su parte, consideran que su papel en esta crisis ha sido esencial para que el país haya podido salir adelante. "¿Qué hubiera sido de la economía si los bancos no hubieran estado en situación de proveer liquidez? (...) ¿Dónde estaríamos si no fuera por el sector bancario, dónde está el sistema bancario en la sombra [shadow banking] en estos momentos?", se preguntaba el presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), José María Roldán, el pasado jueves.

"Tenemos que poner en valor lo que somos, esa sangre por la que se alimenta todo el sistema productivo. Sin nosotros, la pandemia hubiera sido más grave, solo pedimos que se reconozcan los hechos", concluía Roldán.

Sea por fines comerciales o por una verdadera voluntad de arrimar el hombro, lo cierto es que este sector se ha puesto manos a la obra desde el principio de esta crisis concediendo financiación, gestionando los créditos con aval del Estado, poniendo en marcha medidas como las moratorias hipotecarias y adelantando el pago de prestaciones por desempleo, Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) y pensiones para echar un cable a sus clientes en estos momentos tan tensos.

Así se lo reconocía Yolanda Díaz, ministra de Trabajo, el jueves pasado durante la comisión de reconstrucción del Congreso. "Lo único que puedo decir en nombre del Gobierno de España con la banca es: gracias (...) Nuestro país no olvidará el esfuerzo que han hecho y que a día de hoy siguen haciendo", dedicaba la ministra a un sector que se encuentra constantemente en la picota.

Al margen de las medidas puestas en marcha, la banca mantuvo durante el confinamiento sus sucursales abiertas al ser declarado un servicio esencial, si bien el trabajo de sus empleados quedó invisibilizado frente al de otros sectores que recibieron continuos reconocimientos, como la distribución.

Esta situación hizo rebelarse a algunos banqueros, que han ido destacando su papel durante las últimas semanas y reconociendo a sus empleados el esfuerzo que, como afirmaba Jaime Guardiola, consejero delegado de Sabadell, era en quince días el equivalente a meses de trabajo. El directivo estalló con las críticas al sector por la tramitación de los créditos ICO: «Sinceramente, la banca se merece un poquito de reconocimiento y menos tortazos». ¿Conseguirá la banca dejar de recibir tortazos?

Por mucho que lo intenta, la banca no consigue quitarse de encima el estigma del rescate que le persigue desde la pasada crisis financiera, pero ahora se encuentra frente a una oportunidad de oro para reconstruir su reputación. Como han señalado varios banqueros, en esta crisis, al contrario que hace ocho años, su papel no ha sido de problema, sino de solución, y las entidades se esfuerzan en destacar el valor de las medidas que están poniendo en marcha para ayudar a sus clientes a superar este bache. Sin embargo, como coinciden varios expertos, el mensaje de que la banca está arrimando el hombro todavía no ha calado del todo en la sociedad.

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