Aunque más tarde de lo que querían, la megatienda de Primark en la plaza de Catalunya de Barcelona ya está abierta. Los planes de la cadena irlandesa han sido trastocados por el coronavirus pero tras meses de cierre de sus tiendas ha logrado subir la persiana del que es su cuarto establecimiento en Barcelona.

Frente a la crisis, Primark ha apostado por una localización clave, en un edificio catalogado como Bien de Interés Cultural que anteriormente fue la sede del Banco Central de Barcelona y que más recientemente ocupaba El Corte Inglés. La tienda, de 4.800 metros cuadrados de espacio comercial, se encuentra en la esquina que une la plaza con Las Ramblas.

La cadena de moda y accesorios low-cost ha distribuido en seis plantas su colección. Esto no es lo único que tiene en común con el establecimiento que Primark abrió en Gran Vía. Ambas están en el centro de sendas ciudades y no en centros comerciales como venía siendo habitual.

Según ha explicado la marca en un comunicado, Primark ha creado 300 empleos con la apertura de esta tienda en la que garantiza todas "las medidas de seguridad" a clientes y empleados. De hecho, la cadena ha abierto con control de aforo y señalización "para limitar el contacto con otras personas" y "permitir la distancia apropiada entre clientes y empleados". Además, como la mayoría de establecimientos ha provisto de "higienizadores de manos en la entrada y superficie comercial y mascarillas y guantes" a sus empleados y clientes.

El cierre de las tiendas a causa de la crisis del coronavirus ha supuesto pérdidas de 325 millones de euros para Primark, que ha dejado de vender por valor de 744 millones de euros al mes. En los seis primeros meses de su ejercicio fiscal, que abarca los meses entre septiembre de 2019 y febrero de 2020, Primark facturó 3.710 millones de libras esterlinas (4.249 millones de euros), un 2,2% más que en el mismo periodo del ejercicio precedente, mientras que su beneficio operativo ajustado alcanzó los 441 millones de libras (505 millones de euros), un 2% menos.