España ha empezado a diseñar la hoja de ruta para llegar a 2050 con una economía neutra en emisiones de carbono contra el cambio climático y con una producción de electricidad enteramente con renovables. Un camino para el que se impulsará un auténtico boom de energías verdes y en que habrá que poner en marcha nuevas tecnologías más sostenibles para el transporte, para los hogares, para las industrias, para los servicios…
Endesa y la consultora Monitor Deloitte proponen adelantar ese proceso al menos diez años en Baleares, Canarias, Ceuta y Melilla y convertirlos en regiones descarbonizadas en 2040, y así poner poner a prueba todas las nuevas tecnologías y coger experiencia suficiente en su despliegue, y así avanzar por anticipado en los beneficios ambientales y económicos de la transición ecológica.
El plan pasa por convertir las islas en un gran laboratorio de la descarbonización, en banco de pruebas con tecnología real, y para conseguirlo requeriría concentrar inversiones de unos 30.000 millones de euros en las próximas dos décadas (la horquilla se sitúa entre los 28.000 y los 34.000 millones), lo que permitiría crear hasta 90.000 empleos de manera progresiva hasta 2040.
Así que se recoge en el estudio Los territorios no peninsulares 100% descarbonizados en 2040: la vanguardia de la transición energética en España, elaborado por Monitor Deloitte en colaboración Endesa y que será presentado este lunes. “Descarbonizar estos territorios en 2040, una década antes que en la Península, es viable, económicamente rentable y permitiría adquirir una experiencia que podría ser aprobada en el despliegue de nuevas tecnologías en el resto de España”, resume Alberto Amores, socio responsable de Energía y Recursos Naturales de Monitor Deloitte.
Los ejes del proyecto para cada uno de los territorios pasa por conseguir la electrificación del transporte (responsable de entre el 40 y el 50% de las emisiones de efecto invernadero en ellos) con una renovación acelerada de los coches privados y del transporte público y desplegando la red de enchufes de recarga necesaria; la implantación 100% de renovables en unas regiones en que el 40% de las emisiones lo produce la generación de electricidad; rebajar las emisiones residenciales y del sector servicios fomentando la bomba de calor para calefacción y agua caliente sanitaria y electrificando equipos térmicos; impulsar con más rapidez el autoconsumo en viviendas y empresas.
El desarrollo de todas las actuaciones planeadas supondría ejecutar inversiones de entre 18.000 y 22.000 millones de euros en Canarias en los próximos 20 años, de entre 10.000 y 12.000 millones en Baleares, y apenas entre 280 y 300 millones en el caso de Ceuta y Melilla, según el estudio. La mayor parte de las inversiones se concentraría en la implantación de nuevas renovables y de tecnologías de almacenamiento, que generarían entre 30.000 y 60.000 empleos en Canarias y entre 15.000 y 30.000 en Baleares (sumando directos e indirectos) durante los próximos 20 años.
"Este proceso de descarbonización es una oportunidad para España. No sólo para la recuperación económica, sino para avanzar en la lucha contra el cambio climático y para impulsar las nuevas tecnologías" necesarias para ello, subraya José Bogas, consejero delegado de Endesa.
Según las estimaciones de la consultora, la implantación de las nuevas renovables en las regiones españolas en que actualmente producir la electricidad resultado más caro serviría para que el coste de generación cayera en Canarias un 40% respecto a la actualidad, hasta la horquilla entre 70 y 90 euros por megavatio hora (MWh), y que lo hiciera un 55% en Baleares, hasta los 50 o 55 euros por MWh.
El incremento de la eficiencia energética (el consumo de energía final caería un 35% por la electricidad de demanda y las medidas de ahorro) y la reducción del coste haría, según Deloitte y Endesa, que el gasto energético de las familias se redujera entre un 30 y un 40% en 2030 en relación a los niveles actuales y entre un 60 y un 72% ya en 2040.
En el caso de Canarias, donde el 39% de las emisiones provienen de la generación eléctrica, implantar un sistema eléctrico completamente descarbonizado en 2040 requeriría entre 10.000 y 11.000 megavatios (MW) de generación renovable (con un 25% de eólica y un 75% de solar), entre 20 y 25 gigavatios hora (GWh) de capacidad de almacenamiento y respaldo estacional para mover excedentes de producción a momentos del año en los que hagan falta. Asimismo, también se debe impulsar la gestión de la demanda un 20-30% y su desplazamiento hacia horas de mayor producción solar renovable.
Por su parte, en Baleares los autores del estudio estiman que serían necesarios entre 4.500 y 5.000 MW de nuevas renovables, entre 13 y 14 GWh de capacidad de almacenamiento e incrementar la interconexión eléctrica con la Península hasta los 650 MW.
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