La integración entre CaixaBank y Bankia permitirá al Estado beneficiarse de una prima por su participación en la entidad nacionalizada, pero no solo eso. A través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob), propietario, por el momento, del 61,8% de Bankia, el Estado se mantendrá en el capital de la nueva CaixaBank con un 16% y disfrutará de un asiento de los quince que tendrá su consejo de administración, lo que le dará voz para intervenir en la gestión del banco.
Tras años atascado con la desinversión de Bankia, el Estado ha encontrado en la fusión con CaixaBank una salida para ir privatizando poco a poco su participación e intentar maximizar la recuperación de las ayudas públicas que inyectó a la entidad en el momento de su nacionalización, que ascendieron a 22.424 millones de euros.
El Estado nunca se ha sentado en el consejo de Bankia, pero lo hará en el de CaixaBank
Por el momento el Estado ha recuperado únicamente unos 3.303 millones de euros, menos del 15% del total de ayudas públicas que inyectó, y lo ha hecho a través de dos vías. Unos 2.122 millones se han devuelto a través de colocaciones de paquetes accionariales y los 1.181 millones restantes mediante dividendos percibidos entre 2014 y 2019.
El acuerdo suscrito entre los primeros espadas y los principales accionistas de los dos bancos (Fundación Bancaria La Caixa en el caso de CaixaBank y el Frob en el de Bankia) permitirá al Estado mantenerse en el capital de la nueva entidad, aunque con una participación mucho menor que la que ostenta en Bankia, que asciende al 61,8%.
En la nueva CaixaBank, el Estado estará presente con el 16%, una participación muy inferior aunque correspondiente al peso de la entidad nacionalizada respecto al de CaixaBank. Sin embargo, existirá una diferencia sustancial respecto a su papel en Bankia: estará sentado en el consejo de administración.
A través del Frob, el Estado lleva presente en el capital de Bankia unos ocho años, desde su nacionalización, en los que jamás ha querido formar parte de la gestión. Nunca en este tiempo ha contado con presencia en el consejo de administración, como sí lo hizo en Banco Mare Nostrum (BMN), absorbida hace un par de años por Bankia, entidad en la que contaba con un consejero dominical. Ahora sí tendrá poder de influir, aunque sea tan solo con uno de los quince consejeros que tendrá el máximo órgano de gestión del banco.
¿Por qué este cambio? Desde el principio de su presencia en el capital, su participación siempre ha sido superior al 60%, de forma que tenía absoluto poder de veto sobre cualquier decisión que se llevara a la junta de accionistas. Ahora, sin embargo, ya no será el accionista mayoritario, por lo quiere asegurarse tener voz en la gestión.
"Ahora van a tener el 16%, ya no son el accionista mayoritario y su rol ha cambiado, por lo que han decidido que su posición ha cambiado y sería bueno para ellos estar más implicados en la nueva sociedad", ha explicado José Ignacio Goirigolzarri durante la conferencia con analistas, en la que ha destacado que, en todo caso, los intereses del Frob están "alineados" con los del resto de sus accionistas, porque todos buscan que su participación tenga más valor.
Por el momento, su participación se situará en el 16%, pero aún es pronto para conocer si su intención pasa por mantenerse durante años en el capital o salir en cuanto sea posible, aunque muy probablemente será el mercado el que marque sus ritmos.
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