Tanto José Ignacio Goirigolzarri como Gonzalo Gortázar, que liderarán la gestión de la nueva CaixaBank tras su fusión con Bankia confían en que el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob), a través del cual mantendrá el Estado una participación del 16%, continúe siendo "profesional" e "independiente", rechazando que pueda tener una intervención política en la nueva entidad.

Goirigolzarri, actual presidente de Bankia y futuro presidente de CaixaBank, ha explicado que durante sus ocho años como accionista de la entidad el organismo representante del Estado ha ejercido una labor profesional y el equipo gestor no ha sufrido injerencias políticas. Ahora que tendrá un asiento en el consejo de administración de la nueva CaixaBank, el directivo no cree que esta situación cambie.

"En esta nueva situación, con un consejero, el Frob va a mantener esa posición de profesionalidad, de ayuda e independencia de CaixaBank. No veo ningún cambio respecto a lo que ha sido la realidad de estos años", ha apuntado el banquero durante la presentación de la nueva entidad ante los medios de comunicación, que se ha extendido más de dos horas y media.

Por su parte, Gortázar, consejero delegado de CaixaBank, que mantendrá este puesto tras la fusión, ha destacado también la "profesionalidad" del Frob como accionista. "No veo que eso vaya a cambiar, al revés", ha señalado.

Ambos directivos han mostrado plena confianza en la independencia del Frob, pese a las reticencias que esta fusión ha causado entre algunos miembros del Gobierno de coalición, particulamente del ala de Unidas Podemos, cuyo objetivo siempre fue hacer de Bankia una banca pública.

La parte socialista del Gobierno, sin embargo, no solamente no está en contra sino que ha auspiciado la fusión. La operación, como ambos directivos han relatado, fue iniciada por la Fundación Bancaria La Caixa, presidida por Isidro Fainé, que es la accionista mayoritaria de CaixaBank y fue la que planteó al Ministerio de Asuntos Económicos la fusión.

Tras llegar ambos a un acuerdo, la cuestión se llevó a los respectivos consejos de administración de los bancos, que se reunieron el pasado 25 de agosto. Ese fue el punto de partida.

Gortázar manda

Durante la presentación ante los medios, Goirigolzarri ha reconocido que tanto él como Gortázar decidieron "en un día" cuál debía ser la estructura de mando entre ellos.

"He vivido de todo, fusiones que han salido bien y que no, y una de las lecciones que saco es que la línea de mando tiene que estar absolutamente clara. Como consecuencia de esto, Gonzalo [Gortázar] y yo tomamos la decisión de que Gonzalo tenía que ser el primer ejecutivo. Teníamos que tener una línea de mando clara y evidente", ha explicado Goirigolzarri.

El banquero se ha mostrado satisfecho de ser "uno más" del equipo de este nuevo proyecto al tener consideración de presidente ejecutivo y ha explicado que se quedará todo el tiempo que quieran los accionistas. "Cuando los accionistas digan que no soy de utilidad me iré a casa y encantado", ha apuntado con la misma reflexión que ha hecho durante sus años al frente de Bankia.