Pese a que los diferentes organismos vienen mejorando durante los últimos meses sus previsiones de crecimiento para 2021 de la economía española, el desfase entre los datos que aporta el Gobierno y los del resto de instituciones continúa siendo insólito.
Moncloa prevé que España crecerá en 2021 un 9,8%, si se ejecuta el Plan de Recuperación. En contraposición, el Banco de España cree que lo hará un 6%; la OCDE, un 5,7%; el FMI, un 5,9%.
Los servicios de análisis son poco optimistas: BBVA Research apunta a un 5,5%, Funcas a un 5,8%; Caixabank Research, a un 6%, y otros aún lo son menos: el Instituto de Estudios Económicos apunta a un 4,5, siendo este el que señala más bajo de los consultados por este medio.
Son casi 4 puntos de diferencia entre la media de las predicciones más repetidas y la que estima el Gobierno, una distorsión poco común y que se explica por la pandemia, pero que tendrá repercusión en los cálculos del Ejecutivo, y, en concreto, en los ingresos con los que este cuenta para hacer frente a la crisis actual.
En ese sentido, diversos organismos ya venían alertando de que el Gobierno estaba pecando de optimista tanto con respecto al crecimiento económico como en términos de empleo.
"Esa variación hace unos años hubiera sido impensable, pero ahora es normal porque todo lo que está pasando no tiene como origen problemas de la economía sino el Covid en sí", apunta el economista experto en previsiones PIB España de Caixabank Research Oriol Carreras, que, aun así, destaca lo "sorprendente" de la variabilidad de unos datos a otros.
Pero, ¿cuánto supone exactamente un desfase de 3 puntos del PIB, siendo conservadores, entre lo que el Gobierno estima que crecerá la economía y lo que podría terminar creciendo, si se acaban cumpliendo las citadas previsiones?
Según los analistas consultados por este medio, cada desfase en el crecimiento de un punto de PIB equivale a algo más de un punto de ingresos, es decir, a entre 4.000 y 5.000 millones, aproximadamente, por cada punto de crecimiento nominal de los ingresos. Estas cifras, haciendo una cuenta a la baja, implican que, como mínimo, el Estado ingresaría 12.000 millones de euros menos si España termina creciendo 3 puntos por debajo del 9,8% que ha previsto Moncloa, y entre 16.000 y 20.000 millones si lo hace 4 puntos por debajo.
"Supongamos que fuera un 6,8%, que fuese un punto más [del consenso de Funcas, de un 5,8], entonces los ingresos podrían crecer algo como un 1,1 más de lo previsto", apunta Raymond Torres, director de Coyuntura de Funcas a El Independiente. Si se produce lo contrario y el crecimiento es menor al esperado, hay que tener en cuenta que también habrá "algún gasto adicional, por ejemplo en prestaciones por desempleo", puntualiza el experto.
Igualmente, el economista señala que por cada punto de PIB se pierden aproximadamente 4.200 millones de euros de recursos para las administraciones públicas.
"Supongamos que reduce su previsión de un 9,8 [la previsión actual de Moncloa] a un 6,8, entonces el crecimiento total de los ingresos sería probablemente 3 puntos menos", refuerza Torres. "En la previsión central del Gobierno, en teoría los ingresos estaba previsto que crecieran un 13% en 2021. Con 3 puntos menos de crecimiento, sería no un 13% sino algo menos del 10%".
Déficit
El cambio en los ingresos previstos también tiene un impacto en el equilibrio presupuestario. Si los ingresos son mayores "podrían contenerse algunos de los gastos, por ejemplo las prestaciones por desempleo, en la medida en que algunos parados podrían encontrar empleo con respecto a un crecimiento inferior", recuerda Torres. No obstante, las previsiones del Gobierno son más optimistas por lo que la reducción final de ingresos puede tener un efecto negativo en el déficit, al contrario de lo que explica el analista.
Por el lado contrario, el experto de Caixabank, Carreras, recuerda que esta situación se da en un momento en que tenemos un "abanico de medidas fiscales que siguen en actuación" y que están "amortiguando" la situación, entre otras, la política de los ERTE, que ha compensado la caída en ingresos que se hubiese producido en otro contexto.
El economista jefe de BBVA Research en España, Miguel Cardoso, considera que aunque siempre dependerá de la respuesta del Gobierno, entre otros, de si mantiene los ERTE y eso afecta a la política de gasto público, "todo apunta a que el déficit del año que viene va a ser de doble dígito, pero el efecto puede ser mayor y ser más importante".
Por otro lado, Cardoso apunta a que el proceso de vacunación, la tormenta Filomena, la contracción y el estancamiento de la economía han provocado un retraso generalizado que lleva a que las previsiones económicas estén constantemente desfasadas, de manera que opina que el Gobierno deberá revisar sus datos pronto. "Se tendría que acelerar mucho la actividad para que pasase lo contrario", indica.
De qué depende que se cumplan las previsiones
Los expertos consultados apuntan a que el cumplimiento o no de las previsiones está directamente ligado a la vacunación, como el principal motivo. En segundo lugar, citan la recuperación de la movilidad: si se produce antes del verano, puede favorecer también un retorno del turismo, algo "crucial" para la recuperación económica en España y "absolutamente clave" para el país, en palabras de Torres, el analista de Funcas.
A la vez, influyen el gasto de los hogares, cuándo se reanudará el consumo en tiendas, comercios, restauración, etcétera, así como las políticas del Gobierno para ayudar a las empresas, ya que la actividad económica también se verá afectada por cuántas hayan desaparecido.
Los fondos europeos
España tiene previsto recibir a lo largo de este 2021 los 27.000 millones del Plan de Recuperación con el que la Unión Europea busca ayudar a los países miembros a salir de la crisis provocada por la pandemia, aunque si el dinero no llega, el Gobierno lo adelantará, por lo que los expertos apuntan que este tema no influirá.
Para ello, debe enviar a Bruselas el plan de reformas e inversiones, algo que probablemente hará cerca del 30 de abril, fecha límite para ello. Después, la Comisión Europea tiene dos meses para aprobar esos planes, y a continuación el Consejo cuenta con un mes más para confirmar esa aprobación.
Aparte, el Tribunal Constitucional alemán frenó el pasado viernes 26 la ratificación del fondo de recuperación de 800.000 millones de euros con el que la UE quiere impulsar su economía tras la pandemia, por un recurso presentado por ciudadanos alemanes que cuestionan su legalidad, aunque las instituciones confían en que el Alto Tribunal permita que esas ayudas de apliquen.
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