Las empresas de patinetes eléctricos compartidos están desplegando en el centro de Madrid muchos más de los que permite la normativa vigente del Ayuntamiento, que establece cuántos puede disponer cada una en cada barrio y que se creó con la idea de no saturar las calles de la capital con estos aparatos ni concentrarlos en una misma zona.
Según ha podido comprobar este medio, la californiana Lime contaba esta semana con 110 patinetes en el barrio madrileño de Sol, cuando cada una de las empresas solo tiene permiso para disponer 2 en esa zona, según la normativa. Por su parte, la estadounidense Bird también tenía alrededor de 100; Movo (Cabify) contaba con unos 10; Spin (Ford), unos 30, y Link (Superpedestrian), unos 50: en total, unos 300 patinetes, que suponen 290 más de los que tienen autorizados.
Los incumplimientos son especialmente flagrantes en el centro de Madrid y en sus zonas más turísticas y universitarias. En los alrededores de Atocha, por ejemplo, la aplicación de Lime muestra recurrentemente más de 60 patinetes, aunque el Ayuntamiento solo autoriza a desplegar uno por compañía en ese barrio y no más de 2 en los barrios de alrededor.
En Universidad, más conocido como Malasaña (también en el distrito Centro, como Sol), la mayor parte de las empresas puede disponer 5 e-scooters y Lime acumula unos 100; Movo, unos 40; Spin, unos 20, y Link, otros 40. Bird en ese barrio no tiene ninguna licencia y cuenta con más de 110 patinetes. Suman 310, cuando estos operadores solo tienen permitidos 25.
Asimismo, en el barrio de Trafalgar, en Chamberí, a pesar de que todas las empresas cuentan con solo 2 autorizaciones cada una, Lime tenía este sábado 105 patinetes; Bird, 75; Link, 35; Spin, 30 y Movo, 25, en total, 270: 258 más de los que tienen autorizados.
El Independiente ha obtenido estos datos a partir de las aplicaciones de patinetes compartidos, donde las empresas muestran a los usuarios dónde están sus vehículos para que estos puedan desplazarse con ellos tras desbloquearlos con el teléfono móvil. Por eso, el recuento es aproximado, ya que refleja los patinetes que las apps móviles mostraban en los últimos días.
Una normativa vigente pero olvidada
El Ayuntamiento de Madrid creó, bajo el gobierno de la exalcaldesa Manuela Carmena, un sistema de licencias que regulaba qué empresas de patinetes podían desplegar sus vehículos en la ciudad y cuántos podía distribuir cada una. Aparte, obligaba a crear un sistema de control, de manera que Medio Ambiente y Movilidad siempre pudiera tener acceso al número de vehículos en la calle de cada operador.
Dicha normativa también obligaba a las empresas a que llegasen a un mínimo de barrios y distritos, buscando que no quedasen "desatendidas" las zonas del extrarradio. Este último punto fue derogado en mayo de 2020 y seguirá así hasta que termine el estado de alarma (es decir, que las empresas ya no están obligadas a estar presentes en todos los barrios y distritos para los que consiguieron autorizaciones), pero la distribución por barrios continúa vigente, como ha confirmado el propio Consistorio ante las preguntas de este medio.
"Los patinetes se redistribuirán exclusivamente en aquellos barrios que contemple la autorización y de modo tal que en ningún caso se supere, en el momento de realizarse, el número máximo de patinetes autorizados para cada barrio, con independencia de que tales patinetes se hayan ubicado en el mismo por la propia empresa autorizada o por una persona usuaria de sus servicios que haya finalizado su trayecto en el mismo", rezan las condiciones técnicas de la normativa, accesible en la web del Ayuntamiento de Madrid.
Sin embargo, las compañías han dejado de cumplir con el sistema de licencias que aprobó Carmena en 2018, y que terminaba a finales de 2020 pero finalmente el Consistorio ha prorrogado hasta junio de 2021, mientras elabora un nuevo método para organizar los patinetes, como prometió hace ya dos años.
La norma de la exalcaldesa permitió la entrada de 18 compañías de patinetes en la ciudad y autorizó que dispusieran 8.600 vehículos, pero ahora solo 14 empresas tienen licencias (con 4.821 en total) y solo operan tres de ellas (Bird, Lime y Movo), más otras dos (Link, de la norteamericana Superpedestrian, y Spin, del fabricante de automóviles Ford) que no obtuvieron autorizaciones en el reparto pero han llegado a la ciudad en los últimos meses gracias a acuerdos con compañías que sí las consiguieron pero no están operando (con la startup UFO, en el caso de Link, y con RideConga y SJV Consulting, en el de Spin).
Los requisitos para desplegar también exigían que las empresas mantuvieran accesibles para el Ayuntamiento "en todo momento" la API, es decir, los datos con la localización de los patinetes "para el control de las condiciones de esta autorización", como reza el citado pliego, pero fuentes del sector aseguran a este medio que el Consistorio no está multando a las compañías por incumplir la norma.
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