Hasta hace poco más de una década, la palabra coliving era una incógnita para la inmensa mayoría de los españoles. De hecho, no fue hasta hace cinco años cuando estos inmuebles comenzaron a alojarse dentro de las calles de las grandes capitales como Madrid o Barcelona.
Fue hace diez años cuando, en la cuna de la innovación tecnológica mundial (Silicon Valley), proliferaron los inmuebles de vivienda compartida. Es decir, decenas de personas comparten alojamiento y espacios comunes con infinidad de recursos como zonas recreativas, deportivas, de estudio y trabajo, etc.
Como explica Antonio Ñudi, socio del área de derecho público y regulatorio de Andersen, el régimen de los habitantes es de alquiler y en sus servicios “están incluidos (luz, agua, calefacción, cambio sábanas, wifi, Netflix…)” .
El experto recalca que “la idea de compartir no está tanto enfocada a una eficiencia en los espacios y en los costes, que también, sino en la búsqueda de una comunidad de intereses que fomente el éxito de esa convivencia”.
Así, en cuestión de pocos años se ha normalizado el uso de estos espacios en aquellas personas que van a pasar un período de tiempo determinado en una ciudad. De hecho, el estudio realizado por el Urban Land Institute ‘COVID- 19 / Impacto en el sector inmobiliario’, resalta el fulgurante auge de los coliving en España.
En él, se extrae que los espacios de vivienda compartida en este tipo de inmuebles es una vía de escape para la difícil situación que tienen los jóvenes en la actualidad para encontrar una casa para vivir por los efectos ocasionados por la pandemia.
“Los nuevos modelos de viviendas en alquiler, como el built to rent; de convivencia, como el coliving o el cohousing; o de inversión, como la llamada inversión de impacto, suponen nuevas oportunidades para rebajar la tensión del mercado, aunque requerirían de actualizaciones de las normativas urbanísticas y jurídicas que las amparen”, resalta el estudio.
Nueva regulación
Pero, a pesar del auge de los nuevos espacios en España aún no hay una regulación clara y concisa que permita establecer unas normas en las diferentes comunidades autónomas. En este sentido, varios agentes del sector se han agrupado en Coword, una plataforma que se va a constituir para “preservar los intereses de todos los actores”.
Araceli Martín-Navarro, presidenta de la Asociación Inmobiliaria de Espacios Compartidos, recalca que “las instituciones públicas deben apresurarse para que se lleven a cabo estos proyectos de nueva vivienda”. En la actualidad no existe una regulación jurídica por lo que las empresas que se lanzan a construir dichos espacios no conforman los contratos con los inquilinos de igual manera.
Martín-Navarro explica que desde el punto de vista jurídico-civil contractual, existen tres figuras. Aquí entra en juego la figura del gestor como parte intermedia entre el usuario y el propietario. Este último normalmente no tiene relación contractual con el usuario. “Es un modelo más parecido al hotelero, en este sentido”, indican desde Coword.
Por otra parte, la presidenta revela que desde el punto de vista contractual también existe cierta controversia puesto que por ahora no existe ninguna norma que indique cuál es el modelo.
“Cada una de las empresas firma los contratos de una manera u otra. Por ejemplo, algunas lo hacen bajo el modelo de arrendamiento urbano y otras dentro del marco que se rigen las residencias de estudiantes”, narra la presidenta de la asociación.
Por ello, desde Coword se insiste en la necesidad de “levantar puentes con las administraciones públicas proponiendo soluciones y alternativas que permitan dar seguridad jurídica y respuesta social a la demanda real de la sociedad cada vez mayor”.
Una tendencia en auge
EL auge del coliving es innegable y es que según un estudio de Cushman & Wakefield la ocupación media de estos hogares es del 60% de ocupación. Además, la consultora asegura que en los próximos 10 años, la consultora Cushman & Wakefield estima el potencial del mercado de la vivienda compartida en 550.000 millones en Europa.
De hecho, en los últimos meses se han anunciado nuevas operaciones de calado en el sector. Por ejemplo, DoveVivo anunció su entrada en el mercado español gracias a la adquisición del operador local Oh My Place! y a la firma del acuerdo para gestionar un edificio histórico, ubicado en la calle San Lorenzo, en el corazón de Madrid, conformado por 44 habitaciones y estudios con una superficie total de 1.600 m2, íntegramente reformado durante la pandemia.
Una socimi importante como Excem también ha apostado decididamente por el modelo del coliving y adquirió seis edificios en Andalucía tras dar entrada a su capital a la sociedad Fedaro XXI Inversiones, vinculada al grupo andaluz agroalimentario Medina, tal y como informó la compañía al BME Growth.
Grupo Marjal escogió Alicante para remodelar el reconocido edificio de Axa para crear un nuevo espacio de siete plantas y que esté previsto que acabe en 2022, con una inversión de seis millones de euros.
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