Prensa Ibérica vive momentos muy delicados, casi dramáticos. Los últimos movimientos empresariales tras la compra del Grupo Zeta no han salido de la mejor manera posible en el corto plazo. El grupo intenta digerir una operación de tal calibre que, según las fuentes consultadas por El Independiente, puede "llevarse por delante al grupo" empresarialmente hablando.
Son tal los graves problemas que atraviesa la compañía del veterano empresario Javier Moll, que se ha visto forzado a pedir un importante crédito para solventar sus graves carencias de tesorería y los pagos inmediatos a proveedores.
Hace ya casi dos años que Prensa Ibérica hacía oficial la adquisición de Zeta convirtiéndose en el segundo operador a nivel nacional de prensa diaria impresa de información general.
La cantidad pagada no fue significativa, ya que la operación rondó los 10 millones de euros. No obstante, la que era propietaria de cabeceras como El Periódico o Sport tenía graves problemas de viabilidad ya que registraba pérdidas de 8,4 millones de euros.
Prensa Ibérica acordó con los acreedores una quita de deuda del 70%, que ascendía a 90 millones de euros, para que fuera viable la adquisición de uno de los grupos mediáticos más importantes de España.
El grupo culminó la compra de Zeta y se consolidó como uno de los grupos de comunicación más importantes de España. La suma del músculo de ambos conglomerados, de acuerdo al comunicado enviado en su momento que explicaban los detalles, daba a Prensa Ibérica más de 2,25 millones de lectores diarios en papel y casi 300.000 ejemplares diarios.
Con el crédito aprobado y un estado financiero “al borde del colapso”, Carmelo Calvo Ridruejo, director de relaciones institucionales de Prensa Ibérica, se ha convertido en el hombre fuerte del grupo y en la persona de confianza de Javier Moll. El veterano directivo ha otorgado toda su confianza y ha dado carta blanca al conocido periodista para salvar la compañía.
Y el primer movimiento no se ha hecho esperar pescando en el departamento comercial de Prisa para buscar mejores rendimientos en la publicidad con nuevos ingresos y formatos.
Desde hace varias semanas, tres miembros del grupo editor de Cinco Días, Cadena Ser o El País han desembarcado en Prensa Ibérica. En concreto, se trata de Juan Pedro Díaz, ex director de Prisa Brand Solutions, Miguel Ángel Fernández, responsable de marcas periodísticas y Mercedes Otálora, directora de Prisa Brands en Barcelona.
Pero éstas no serán las únicas incorporaciones que realizará el grupo de medios regionales y nacionales, tal y como ha podido saber El Independiente. Carmelo Calvo negocia la llegada de Felipe de Lucas, director general de la división de comercial de Prisa.
Hace un mes, Prisa tomó la decisión de forzar la salida de Pedro García Guillén, que ocupaba hasta hace dos semanas el puesto de CEO de Prisa Radio y a Felipe de Lucas, bajo el paraguas de su nueva estrategia de la estructura directiva. Un movimiento en cascada que también comportará la salida en las próximas semanas del consejero delegado de Prisa Noticias, Alejandro Martínez Peón.
Voces del sector apuntan que la decisión de fichar a gran parte del departamento comercial de Prisa es una decisión "muy arriesgada" y que será "muy difícil que logren encauzar los malos números del grupo".
Además del proceso de digitalización en el que se encuentra inmerso Prensa Ibérica, los nuevos nombramientos y la llegada de Lucas deben revertir la caída de los ingresos por publicidad, que desde el inicio de la pandemia superan el 30%.
"Este impulso del área comercial se suma en Prensa Ibérica a la culminación del proceso de transformación digital, con una apuesta decidida por la analítica de datos, a la consolidación de la calidad informativa a través de nuevos formatos de narrativa periodística, a la innovación constante en productos y soluciones multimedia y al lanzamiento de nuevos modelos de suscripción digital en sus cabeceras", dijo recientemente en un comunicado.
Reestructuración en plantilla
Prensa Ibérica, como algunos de los principales grupos mediáticos en España, también ha realizado un ajuste en su plantilla para paliar la delicada situación económica que atraviesa. El pasado diciembre cerró un ERE de 50 personas que afectó a las delegaciones de Alicante (Información), Aragón (El Periódico de Aragón) e Islas Baleares, en Diario de Ibiza y Diario de Mallorca.
Durante las negociaciones del ERE, Prensa Ibérica propuso a las diferentes plantilla bajas voluntarias, recolocaciones así como mejoras en las indemnizaciones y rebajas del número de afectados. Además, en el inicio de la pandemia, Prensa Ibérica aprobó un ERTE que afectó al 50% de la plantilla en El Periódico de Catalunya, así como a otros medios y revistas del grupo.
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