La deuda pública alcanzó este marzo el 125,3% del PIB. Llegó a los 1,39 billones de euros, según los datos publicados este martes por el Banco de España. Este endeudamiento supone un nuevo máximo histórico, ya que el porcentaje más alto que hasta ahora aparecía en los registros de la institución era el de marzo de 2015, cuando la deuda sobre PIB fue del 100,9%, muy por debajo de lo registrado este marzo.

Según los datos históricos del FMI, que van más atrás, no se alcanzaba un endeudamiento sobre PIB tan elevado desde 1881, cuando se alcanzó el 161,7%, aunque los economistas consultados por este medio apuntan a que probablemente no sean comparables con los actuales.

Que la deuda actual supere el 100% del PIB y sea mayor hoy día que nunca en la historia (también por encima de la pasada crisis, como se aprecia en el gráfico), se explica por la importante inyección de efectivo que el Gobierno ha llevado a cabo para impulsar la economía durante la pandemia del coronavirus, facilitada por el Banco Central Europeo (BCE).

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En la anterior recesión, se llegó a un endeudamiento del 100,9% del PIB en 2015 a causa del Plan E, que buscaba impulsar la actividad del país para hacer frente a la recesión. España fue entonces uno de los países con más deuda respecto al PIB del mundo. Solo unos años antes, en 2008, la deuda era del 35% del PIB. Y las cifras de esa crisis se le han sumado las de la actual, más que doblando el porcentaje de 2008 este 2021, un año después de que estallase la pandemia.

Pero el objetivo de deuda del Gobierno a final de este año es del 119,5% del PIB, como ha recogido en el Plan de Estabilidad remitido a Bruselas. Eso supone que el Ejecutivo deberá reducir la deuda en casi 6 puntos en lo que queda de año, confiando, sobre todo, en que la recuperación económica continúe su senda de la mano de la vacunación y del regreso de los turistas internacionales, claves para la reactivación de la actividad.

Por ahora cree que cumplirá con lo prometido, pese a que el endeudamiento ha venido creciendo, y no disminuyéndose, a lo largo de los últimos meses: en febrero rozó el 120% del PIB; en enero, el 117,3%, así que ha escalado 3 puntos y 5,3 en dos meses consecutivos. La clave estará en la mejora de la situación económica y en que no será necesario un endeudamiento tan elevado.

Desde el departamento que dirige Nadia Calviño han apuntado que a partir de este mes se van a empezar a reducir las emisiones de deuda, por lo que la cifra del Banco de España será compatible con el objetivo de deuda, si puede dejar atrás el esfuerzo extra de gasto con los reales decretos de ayudas, entre otros. Ya en enero la vicepresidenta de Asuntos Económicos adelantó que España emitiría menos deuda de la prevista en 2021, y que así lo incluiría en los Presupuestos Generales del Estado (PGE), debido a que se ha logrado una mayor recaudación de la esperada.

Los economistas consultados por El Independiente no se han mostrado preocupados en exceso por las cifras que ha publicado el Banco de España, pero sí han destacado que cuanto mayor sea la deuda, más difícil le resultará al país gestionar en el futuro.

"No es un problema, pero es un tema al que prestar atención. Hay que gastar, pero siempre de una manera eficiente, que ayude a las personas que lo necesitan y que no se convierta en un gasto estructural", ha apuntado el presidente del Consejo General de Economistas, Valentín Pich. "Hace 5 años no estaba en los manuales de lo posible que la UE emitiera deuda, pero por primera vez se va a hacer. Estamos viviendo circunstancias excepcionales", ha insistido.

Pitch también ha recordado que ahora "nadie dice nada" a España por ese elevado volumen de endeudamiento debido a que las normas fiscales comunitarias están suspendidas, algo que se hizo, precisamente, para que los estados pudieran sobrepasar sus objetivos de déficit y deuda gastando más dinero para reactivar la economía, algo que hoy por hoy dura hasta este año pero probablemente se amplíe hasta 2022, algo que se decidirá en junio.

De su lado, el subdirector de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), José Ignacio Conde-Ruiz, ha señalado que Europa sobre todo estará atenta a lo que pase con el déficit, que se situó a cierre de 2020 en el 10,09% del PIB, 10,97% incluyendo la Sareb. El economista vincula el cumplimiento del objetivo de déficit, sobre todo, a la mejora de la productividad a través de la reforma laboral, la fiscal, la de pensiones y la educativa, así como al impulso de la inflación, que ayudará a pagar lo debido.

"Pero todo va a depender de lo que crezca el PIB y esto va a depender de lo que pase con la pandemia, y de si el verano es increíble con la entrada de muchos turistas extranjeros. Si no, el PIB subirá menos y la deuda será más alta", ha apuntado el experto.

Para los años venideros, el Ministerio de Hacienda estima que el déficit se situará en el 5% en 2022, en el 4% en 2023 y en el 3,2% en 2024, según el último cuadro macroeconómico que ha presentado, que no incluye el impacto de la reforma fiscal que el Gobierno está planteando.