1 de junio. Con algo de retraso frente a lo que estaba estipulado, España estrena una nueva factura de la luz. Desde este martes hasta nueve millones de hogares se les habrá cambiado automáticamente la manera de pagar el consumo de energía para, según el Gobierno, “ser más eficientes”. Pero no más barata porque, tal y como se encuentra el contexto energético, la recién estrenada tarificación tiene muy complejo que vaya a aliviar la tensión del precio del consumo eléctrico.
Durante mayo, el precio mayorista de la luz ha vuelto a escalar. En concreto, ha subido un 1% mensual. Cabe recordar que abril fue el mes más caro desde que se tienen registros, por lo que los españoles verán cómo se incrementa una vez más el recibo. Las cifras son mucho más escandalosas si se comparan con mayo de 2020 puesto que en este caso se ha disparado casi un 50% en apenas 12 meses, esto se traduce de acuerdo a las simulaciones de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) en unos 24 euros de media.
Este fin de semana, especialmente el sábado, el precio de la electricidad no dio tregua y el MWh ascendió hasta los 84 euros, números que no se veían desde enero de este 2021 cuando la tormenta Filomena descargó con fuerza en centro de España litros y litros de agua convertida en nieve.
Con todo, el precio medio del kilovatio a la hora ha escalado hasta los 82,13 euros de media. Se trata además de la cuarta factura más elevada a nivel histórico, tras los 88,66 euros del primer trimestre de 2012, los 87,81 euros de enero de 2017 y los 83,55 euros de septiembre de 2018, según los datos aportados por la asociación de consumidores Facua.
El gas y el CO2, por las nubes
Como principales factores de la subida de la luz, tal y como ya alertaron hace meses fuentes del sector, se encuentran los picos en el precio de las emisiones de CO2 y del encarecimiento del gas. El lanzamiento de gases nocivos como el dióxido de carbono se rige por los mercados financieros. Cada país compra una determinada cantidad de kilogramos para poder verter a la atmósfera y, de quedarse sin capacidad, puede comprarse.
En la actualidad, las emisiones de CO2 tienen un coste de más de 50 euros por tonelada, un precio que hasta la fecha no se había visto. Fuentes del sector apuntan que este hecho provoca “cierta especulación” ya que hay inversores que buscan réditos monetarios por lanzar dióxido de carbono.
El gas, por su parte, continúa en subida libre. De acuerdo al boletín de precios de mercados de Gas Industrial, correspondiente al periodo del 15 al 28 de mayo, destaca que el precio del gas sigue al alza, subiendo esta quincena un 3,3 % la media de los precios spot de los hubs europeos hasta los 25,47 €/MWh, 0,81 €/MWh más que la quincena anterior. “Durante este periodo la tendencia de los precios de gas de los hubs europeos ha sido generalmente al alza aunque con gran volatilidad”, explican.
Contra la nueva factura
A partir de este martes, tal y como se ha explicado anteriormente, las comercializadoras tendrán un nuevo sistema de tarificación. Dicho cambio consiste en una reestructuración tarifaria que tiene como objetivo principal la mejora de la eficiencia energética. Esto va a suponer una discriminación horaria en tres periodos de energía: punta, llano y valle (con precios diferentes) y 2 periodos de potencia para potencias de menos de 15 kW, es decir, la gran mayoría de los hogares.
La nueva factura, que tal y como contó El Independiente tendrá importantes sobrecostes, ha causado el rechazo tanto de empresas eléctricas como de asociaciones de consumidores. Facua entiende que se desplace el consumo eléctrico a la madrugada es “denigrante” para los consumidores más vulnerables, denuncia la asociación, que critica que la CNMC esté promoviendo fórmulas de supuesto ahorro como planchar la mitad de las veces en el horario menos caro, relegado al tramo de noche o de madrugada de lunes a viernes y todas las horas de sábados, domingos y festivos nacionales.
En este sentido, un estudio realizado por ei, compañía de autoconsumo de Galp, señala que solo de cada diez españoles están conformes con el importe de su factura eléctrica. Por el contrario, el 64% cree que actualmente paga mucho para la energía que consume, mientras el 13% no sabe con seguridad si su tarifa es la más adecuada para su consumo.
“La entrada en vigor de la nueva factura eléctrica va a promocionar que adaptemos determinados hábitos energéticos a las franjas horarias más económicas, las denominadas horas de valle y llano. La penalización que se hará al consumo realizado fuera de estos tramos nos va a obligar a estar mucho más pendientes de nuestras decisiones energéticas y de nuestra factura”, señala Ignacio Ley, Product Manager de Ei energía independiente.
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