Los españoles ahorraron durante el primer año de la pandemia más que nunca. La tasa de ahorro alcanzó el 14,8% de la renta disponible en 2020, la cifra más alta de toda la serie histórica. El confinamiento y las restricciones a ciertas actividades provocaron que los ciudadanos almacenasen un ahorro forzoso, estimado en unos 30.000 millones de euros, según el Banco de España.
Ahora, una vez que la vacunación avanza, la incidencia del virus se reduce y las restricciones van desapareciendo, el consumo está despegando. Reservas hoteleras, pagos con tarjetas de crédito y expectativas de los distribuidores así lo confirman. Sin embargo, el supervisor bancario pone en duda que los españoles vayan a gastar todo lo ahorrado en el corto plazo.
En el último informe publicado esta semana, el Banco de España da por hecho que la tasa de ahorro se reducirá “en los próximos años”, pero su descenso podría ser menos acentuado de lo esperado en un escenario “central”. Solo en el escenario más optimista, la tasa de ahorro volvería a niveles precrisis el próximo año. Bajo este supuesto, la tasa de ahorro sería en 2022 inferior a la media de los años 2015-2019.
En el escenario central, el Banco de España estima que la tasa de ahorro se irá reduciendo pero prevé que se sitúe todavía por encima de los niveles previos a la crisis en 2023. El supervisor bancario alega varios motivos. El primero, que “los hogares que han ahorrado han sido fundamentalmente los de rentas más altas, cuya propensión al consumo es más reducida”.
En segundo lugar, defiende que “el gasto que se dejó de realizar en su momento no es fácilmente recuperable, pues se trata sobre todo de consumo de servicios (tales como, por ejemplo, hostelería) que no es fácil posponer (a diferencia del caso de los bienes duraderos)”. Es decir, una gran parte del ahorro de los españoles se produjo porque se suspendieron decisiones de consumo a causa de la pandemia y por mucho que se reactive la economía, el Banco de España descarta que se recupere ese gasto.
Por último, la institución argumenta que ante el incremento de la deuda pública a consecuencia de los gastos extraordinarios de la pandemia, cabe la posibilidad de que los hogares limiten “voluntariamente sus niveles de gasto en anticipación de que el elevado volumen de deuda pública acumulado con la crisis conduzca a un aumento de impuestos en el futuro”.
En el escenario más adverso para la economía, los hogares serían todavía más cautos, algo que influiría en la recuperación -que sería más lenta- y la tasa de ahorro permanecería “por encima del nivel previo a la pandemia durante todo el horizonte de proyección”.
La recuperación, en manos del consumo
Este martes, el director general de Economía y Estadística del Banco de España, Óscar Arce, ha insistido en la conferencia inaugural de la Cátedra Germán Bernácer en que la recuperación dependerá en buena medida de la liberación de la bolsa de ahorro que los hogares han acumulado desde el inicio de la pandemia.
No obstante, ha advertido de la incertidumbre de este canal por los motivos mencionados anteriormente. A su vez, el avance de la economía española estará vinculado a “la evolución de la pandemia, del progreso en la campaña de vacunación y de la subsiguiente relajación de las medidas de contención», reza el informe, algo que recalcó Arce durante la presentación del Informe Trimestral de la Economía Española.
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