La crisis de los microchips está lejos de solventarse. El cuello de botella originado durante la pandemia no devolverá el flujo habitual de estos semiconductores hasta 2022, según los analistas. Sectores de todo tipo dependen de estos chips y por ello, tanto la Unión Europea como el Gobierno de España trabajan en alternativas que reduzcan la dependencia de China.
La vicepresidenta de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, afirmó este lunes que “se está trabajando a nivel nacional e internacional para ver qué empresas españolas y europeas pueden fabricarlos”. De hecho, los ministerios de Industria y Ciencia lanzaron hace unos meses una consulta pública para la participación en un proyecto europeo de microelectrónica. Tras el plazo establecido para la presentación de propuestas, ambos ministerios ya están evaluándolas, según ha podido saber este periódico.
La iniciativa europea es un proyecto importante de interés común europeo (IPCEI) y tiene como objetivo reforzar “la industria europea, centrándose en el ecosistema de diseño, las capacidades de la cadena de suministro y el primer despliegue industrial de las tecnologías de semiconductores avanzados, incluida la ampliación hacia tecnologías de proceso de vanguardia para los chips de los procesadores”, según explicó el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo.
Una de las propuestas que han llegado a Industria para formar parte del IPCEI está impulsada por Ametic para desarrollar los semiconductores en nuestro país. Según explica su presidente, Pedro Mier, en declaraciones a este medio ya se están produciendo reuniones a nivel europeo y la iniciativa podría ponerse en marcha en los próximos meses.
De la misma forma, desde Ametic trabajan en un PERTE para el diseño de estos microchips junto al Barcelona Supercomputing Center.
Sectores afectados
El principal impacto de la crisis de los microchips ha recaído en el sector de la automoción. Los grandes constructores de automóviles han tenido que activar paros parciales o totales en las líneas de producción de las fábricas ante la falta de componentes. De hecho, en la última semana, Seat ha anunciado nuevos paros de su línea de producción por la escasez de semiconductores.
“Los automóviles incorporan cada vez más dispositivos electrónicos. Los recientes problemas de desabastecimiento de chips para automóviles han puesto de manifiesto la gran dependencia de los fabricantes de chips que tiene el sector. A medida que vayamos avanzando hacia los coches autónomos, los vehículos requerirán componentes aún más avanzados para garantizar su seguridad y eficiencia”, explican desde Capital Group.
Sin embargo, tal como publicó este periódico, el sector de los electrodomésticos o los fabricantes de teléfonos móviles también se han visto impactados por esta crisis. Apple estima que podría perder entre 3.000 y 4.000 millones de dólares en ventas este trimestre por la escasez de chips, que está impidiendo que venda miles de iPads y de ordenadores Mac. Y Samsung dice que sus ventas de pantallas para fabricantes de móviles se han visto perjudicadas porque estos no pueden conseguir los chips que necesitan.
En cuanto a los electrodomésticos, otro caso de paliar la dependencia del mercado asiático lo protagoniza Bosch, que ha inaugurado recientemente una fábrica de semiconductores en Alemania.
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