No hay tiempo que perder. Esas son las palabras que salen desde los despachos de LaLiga a tan solo unos pocos días para que empiece un nuevo campeonato nacional. Parece (y crucemos los dedos) que lo peor de la pandemia ya ha pasado y que la recuperación económica ha dado su pistoletazo de salida. 

El fútbol no se ha querido quedar atrás y Javier Tebas, presidente de LaLiga, firmó un acuerdo histórico con el fondo CVC para recibir un cheque de 2.700 millones a repartir entre centenares de equipos.

Para que el fondo inversor entre en LaLiga se creará una nueva sociedad (joint venture) y en la que la firma financiera obtendrá un 11% del total de dicha empresa. El otro 90% será propiedad de la patronal del fútbol español, que será la encargada de gestionar el modelo de la competición y los derechos audiovisuales, tan importantes para las arcas de los clubes.

No obstante, tal y como ha podido constatar El Independiente con uno de los documentos remitidos a los clubes, CVC se asegurará un porcentaje de los nuevos acuerdos que consiga Javier Tebas en derechos audiovisuales. Y de hecho, el fondo de inversor recibirá su primer pellizco.

Esta temporada será la última en la que Telefónica tenga en exclusiva (con condiciones) los derechos audiovisuales, tras adjudicarse la última subasta que abrió LaLiga hace tres años. Durante este período, por la ley de competencia, tiene que ceder los mismos a otras operadoras a cambio de un precio y a unas condiciones supervisadas por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia. 

Así, Javier Tebas se frota las manos ante la nueva situación ya que, tal y como ha venido remarcando en los últimos meses, espera que se “cumplan las expectativas y haya una subasta récord por los derechos televisivos”.

¿Y por qué espera unos precios jamás vistos en plena crisis económica tras la crisis del coronavirus? Pues porque LaLiga ya ha llamado a la puerta de las tecnológicas para que se animen a comprar los derechos. Desde la patronal del fútbol dan por hecho Netflix, Amazon Prime o Dazn (que ya tiene los derechos de la Copa del Rey) van a acudir a la subasta, al igual que las empresas de telecomunicaciones, a pesar de las quejas reiteradas por el alto precio que tienen que abonar por dar a sus clientes los goles de los equipos españoles.

La participación de las empresas tecnológicas, según se extrae del documento al que ha tenido acceso este periódico, es primordial y una de las cláusulas que han firmado tanto LaLiga como CVC es la de fomentar el uso de las nuevas tecnologías y nuevas plataformas para la creación de contenidos.

LaLiga, en el comunicado emitido este miércoles, insiste en que la nueva sociedad se crear para diversificar e intensificar la generación de ingresos y los modelos de comercialización, acelerando su transformación digital. 

En este sentido los clubes deberán adquirir un compromiso de destinar la inversión que reciben al impulso de su propio Plan de Desarrollo acordado con LaLiga, que les permita destinar hasta el 70% de los recursos a inversiones vinculadas a infraestructura, desarrollo internacional, desarrollo de marca y producto, estrategia de comunicación, plan de innovación y tecnología y plan de plan de desarrollo de contenidos en plataformas digitales y redes sociales, pudiendo disponer de hasta un 15% adicional para la inscripción de jugadores y el otro 15% para deuda financiera. Todo ello incorporando la sostenibilidad, el buen gobierno y la diversidad como valores fundamentales del modelo.

 Créditos participativos

Por otra parte, se van conociendo nuevos detalles de cómo será el reparto de los 2.700 millones. Este periódico confirmó que Real Madrid, Barcelona y Atlético de Madrid serán los más beneficiados, gracias a que son los clubes que más ingresos generan por derechos audiovisuales.

En el documento al que ha tenido acceso este medio, LaLiga indica que el dinero llegará a través de créditos participativos a 40 años al 0% de interés que estarán en armonía “con las reglas del fair play financiero”. Dichos préstamos tendrán la consideración de patrimonio neto, por lo que no computarán como deuda en el balance.