Vuelve el fútbol. Cómo si alguna vez se hubiera ido. Los aficionados atléticos recuerdan aquel gol de Luis Suárez en Pucela como si se hubiera besado los tres dedos ayer y que hizo que Neptuno fuese el único dios de la capital. Tampoco hubo mucho tiempo para echar de menos el deporte rey. Italia nos negó acabar en otra final de Eurocopa y Brasil nos quitó del cuello un oro olímpico que casi creíamos nuestro. Y después, Messi( ¡ay, Leo!). Y el divorcio entre Real Madrid, Barcelona y LaLiga.
Acostumbrado el que escribe este artículo a hablar de números, cifras, beneficios netos y crecimientos de Ebitdas se hace necesario hablar de todo lo que supone la marcha de Messi, incluido en lo económico. El adiós del jugador argentino del Barcelona fue la noticia más inesperada del deporte porque Laporta y su directiva se dedicaron a filtrar que la renovación estaba más que acordada y se iba a producir. Pero lo que no contaron a nuestros compañeros de la prensa deportiva son los verdaderos motivos: que la entidad azulgrana no podía hacer frente al salario de la leyenda culé ni rebajándoselo la mitad, tal y como habían pactado ambas partes.
Laporta tuvo que hacer de tripas corazón y asumir que Messi ya no era parte del Barça, que sus goles ya no se volverían a celebrar en el Camp Nou, acostumbrado en las últimas temporadas a depender de su magia. La deuda del club, que asciende a más de 1.400 millones de euros y las restricciones de LaLiga para inscribir a nuevos jugadores por incumplimiento de fair play financiero provocaron que el argentino derramara un mar de lágrimas en su despedida para, 24 horas después, ponerse la zamarra del PSG con el '30' a la espalda. Punto y final a un amor que ha durado 21 años.
Deportivamente hablando, Ronald Koeman deberá inventarse un nuevo once para olvidar pronto la figura de Messi. Y lo hará con incertidumbre porque aún no sabe si podrá contar con los fichajes que la dirección ha hecho oficiales. Agüero, que vino para jugar con Leo, Depay o Eric García siguen sin estar inscritos en LaLiga porque, otra vez, el fair play financiero se lo prohíbe. Como reza en las puertas del metro: dejen salir para entrar. El problema es que nadie se baja del vagón. Laporta colgó el cartel de venta a Griezmann, Umtiti o Pjanic, pero sus honorarios son muy jugosos para abandonar Barcelona e irse a otro lugar para cobrar menos.
Y luego está el vacío que deja Messi en la competición. LaLiga pierde a su principal estrella. Ya no habrá más vídeos en Twitter o Instagram de él. Tampoco habrá resúmenes de jugadas y goles para cederlas a centenares de televisiones y medios. Se busca estrella para promocionar la competición. Muchos aficionados que acuden a los estadios dirán que es una pena no verle más. Otros, que han visto hasta la saciedad al delantero irse al córner a recibir abrazos de sus compañeros, resoplan con alivio.
Si miramos la parcela económica, a pesar de que se va a ahorrar el sueldo de Messi, el Barcelona se enfrenta a una reducción de ingresos considerable. La salida del argentino podría disminuir el valor de la marca del F.C. Barcelona en 137 millones de euros, es decir, en un 11% de su valor actual, según Brand Finance. Los cálculos de la consultora estiman que estas pérdidas potenciales se deben a que el club azulgrana podría dejar de percibir 77 millones de euros en ingresos comerciales, 43 millones en ventas de camisetas y merchandising, y 17 millones de euros en entradas y resultados dentro del terreno de juego.
Mientras, LaLiga tiene que salir al mercado internacional sin la figura del ‘10’ y convencer a televisiones, aficionados y patrocinadores que el producto va a seguir siendo igual de atractivo que hasta hace tan solo unos meses. Y todo, a las puertas de que se abra una nueva subasta por los derechos televisivos.
Tebas, Florentino Pérez y Laporta
Este campeonato nacional liguero también va dar su pitido inicial con una guerra sin cuartel entre Javier Tebas, Florentino Pérez y Joan Laporta. El presidente de LaLiga llegó a un acuerdo con CVC, un fondo inversor internacional, para crear una nueva sociedad y que el tiburón de las finanzas, accediera al 10% de los derechos audiovisuales de los clubes por inyección de 2.700 millones de euros.
El Real Madrid fue el primer club que se negó a dar entrada a CVC para que se llevara el 10% de sus derechos audiovisuales argumentando que incurriría en una apropiación indebida de patrimonio si finalmente lograba colarse en el capital social de la patronal del fútbol español. Javier Tebas y Florentino Pérez volvían al campo de batalla de una guerra que ya acumula más de 52 procesos judiciales.
Tal es el divorcio actual que Florentino Pérez decidió demandar a Javier Tebas por la incursión del fondo en LaLiga, tal y como avanzó El Independiente. Y de, momento, el Real Madrid seguirá adelante con la causa hasta no conocer las actas que se firmaron en la Asamblea General de la patronal.
El Barcelona tampoco vio con buenos ojos la operación. Aunque, según Tebas, en un principio aprobó la operación porque supondría una bombona de oxígeno para inscribir a Messi puesto que el club podría recibir hasta 260 millones de euros. Laporta y el presidente de LaLiga se vieron el pasado julio para abordar la irrupción de CVC en el capital del organismo. Días después, el club azulgrana dio marcha atrás y decidió no firmar el acuerdo y quedarse al margen. Tras la maniobra, Tebas entiende que es un nuevo boicot del Barça para “debilitar la internacionalización de otros equipos españoles menos poderosos” y también declaró la guerra a la escuadra catalana.
Tanto Real Madrid como Barcelona consideran que CVC invierte 2.668 millones, sin riesgo evidente, que deberán ser devueltos íntegramente en 40 años y obtiene “unos ingresos adicionales muy relevantes”. Las proyecciones de la entidad madridista considera que el fondo recuperará “su inversión en 10 años'' y los clubes “tardarán 50 temporadas”. Además “de hipotecar algo nuestro, con una enorme rigidez en las obligaciones con los fondos y falta de flexibilidad para utilizarlos, renunciamos a unos ingresos de derechos audiovisuales sobre los que tenemos plena capacidad de gestión a día de hoy”, detalló el Athletic, otro club que tampoco acudirá al fondo común de ayuda.
Y de fondo, la Superliga
Pero si alguien pensaba que Barcelona, Real Madrid y LaLiga iban a darse cierta tregua, debe hacer otras cábalas. Los dos equipos más poderosos de España siguen con su idea de crear la Superliga, algo de lo que no quiere ni oír hablar Javier Tebas. Tanto Florentino Pérez como Joan Laporta arguyen que la creación de un nuevo formato a nivel europeo es lo que el fútbol patrio necesita para generar más ingresos y aumentar los beneficios, lastrados por el coronavirus.
Por su parte, LaLiga defiende que la nueva competición dejaría atrás a todos los demás clubes. De hecho, estima un impacto negativo de 900 millones de euros para el fútbol español por temporada, tras un estudio conjunto con KPMG. Mientras Tebas asegura que “ese torneo está muerto”, Real Madrid, Barcelona y Juventus, continúan con su plan trazado y esperan que la campaña que viene aterrice la nueva competición.
Por ahora, la cosa está judicializada en Bruselas, pero la primera victoria se la anotó el Real Madrid ya que un juzgado madrileño consideró que ninguna institución deportiva puede negar el nuevo proyecto a los clubes implicados.
El fútbol vuelve a poblarse
Sin Messi y con mucha bronca, el balón quiere ser protagonista, en una temporada que se recordará porque los goles se volverán a cantar en las gradas y no detrás de un muro, como lo hicieron miles de aficionados atléticos en el estadio de Valladolid o en las paredes de casa. Aunque, de momento, los abrazos y los besos propios del éxtasis del estadio deberán esperar porque así lo acordó Sanidad con las comunidades autónomas.
Durante las dos primeras jornadas se permitirá, en el mejor de los casos, el 40% de aforo. Los hinchas deberán mantener la distancia de seguridad mínima establecida, esa que los políticos olvidaron durante la campaña electoral de pasadas elecciones o esas que obvian en teatros, conciertos o transporte público. Eso sí, los aficionados podrán llevarse una botella de medio litro de agua, pero no de Coca-Cola porque, al parecer, una bebida con gas es mucho más contagiosa que el líquido vital. Cosas de pandemia.
Y como el fútbol va de goles y de ganar, para el mes de mayo tendremos nuevo campeón. O no. Porque, según los gurús del deporte rey, el Atlético es el gran favorito para volver a levantar el trofeo. Ni Real Madrid (de momento) ni Barcelona han hecho fichajes ilusionantes que puedan provocar un vuelco en los pronósticos. Será, también, LaLiga en que volvamos a ver a Bale vestido de blanco, la posible recuperación de Hazard, del ¿paso adelante? de Griezmann o de la esperada consagración de Joao Félix. Pero eso lo comprobaremos, como siempre, partido a partido.
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