El mosquito tigre fue detectado por primera vez en España en 2004. Desde entonces, el insecto -negro y rayado con detalles blancos- ha atemorizado con su poderosa picadura a miles de víctimas. Capaz incluso de atravesar la ropa, el mosquito tigre representa un peligro real para las administraciones, que desembolsan grandes cantidades de dinero para evitar que el invasor asiático, Aedes albopictus, propague enfermedades.
El riesgo de la punzada ocasionada por el mosquito tigre va mucho más allá del picor y la hinchazón en la zona afectada. La transmisión de más de 20 enfermedades peligrosas como dengue, zika, fiebre amarilla o el virus del nilo es la verdadera amenaza.
Aquella primera localización del insecto en España marcó el inicio de su extensión, principalmente, en la franja mediterránea. Las condiciones climáticas hacen del área un espacio predilecto para el mosquito tigre. "Las hembras crían en puntos inundables. Una vez que se llenan de agua, hacen que los huevos, que tienen el tamaño de una mota de polvo, eclosionen. Esto es, por ejemplo, el cuenco o el plato de una maceta, parterres, zonas verdes de establecimientos hoteleros", explica Pascual Martínez, de la compañía Planeta Zero Mossie, desarrolladora de una etiqueta adhesiva antimosquitos doméstica.
Qué comunidades invierten más contra el mosquito tigre
La lucha contra el mosquito tigre es millonaria. Las regiones más afectadas destinan importantes partidas de recursos económicos para contener la expansión. Los gobiernos autonómicos y locales elaboran costosas estrategias de carácter global, cuyo alcance se mantiene en duda. "Hay alternativas de control más eficaces y ecológicas que las que actualmente se están aplicando", apunta Martínez, refiriéndose a las etiquetas adhesivas antimosquitos que acaban con el mosquito tigre a partir del control de sus larvas, impidiendo a éstas "abandonar el nido" y que lleguen a su fase adulta.
La Comunidad Valenciana ha empleado recientemente 350.000 euros con el objetivo de luchar contra el mosquito tigre y proceder a su estudio científico. Según han apuntado desde Zero Mossie, los expertos estiman que para frenar el avance del mosquito tigre en la Comunidad Valenciana se necesitarían seis millones y medio de euros.
La Generalitat de Cataluña dedica cerca de un millón de euros a este fin. Las zonas a las que mayor atención se presta son el Bajo Llobregat y las Tierras del Ebro. Asimismo, el mayor despliegue para acabar con el mosquito tigre tiene lugar en Andalucía. El Plan de Control de la Diputación de Huelva está dotado anualmente con más de dos millones de euros.
Los creadores de Zero Mossie entienden que el uso generalizado de sus dispositivos domésticos "multiplican sus beneficios cuando es una comunidad entera la que apuesta por su colocación. Representa una pequeña acción individual que puede constituir un gran avance a nivel colectivo". Los expertos insisten en que lo óptimo para mantener bajo control al mosquito es apelar a la responsabilidad individual y actuar en el ámbito doméstico.
"Hasta ahora no existían estrategias de control a disposición del mercado doméstico", añaden. Estas nuevas pegatinas han sido certificadas por Quimera Biological Systems y Eurofins Scientific y cuentan con el apoyo de la European Light Industries Innovation and Technology (ELIIT Project) de la Unión Europea.
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