La recuperación económica va viento en popa... pero no hay que confiarse, puesto que si el mundo no consigue ponerse de acuerdo a la hora de vacunar al total de su población, todavía podrían regresar las restricciones y producirse sorpresas. Es la principal conclusión del nuevo informe de previsiones macroeconómicas (Interim Economic Outlook) que ha publicado este martes la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
El organismo apunta que el crecimiento de España será intenso este año y por encima de lo previsto, en concreto, de un 6,8% con respecto al del año pasado, casi un punto más (nueve décimas) que el 5,9% que estimaba en mayo. Para 2022, la OCDE espera que el PIB español crezca también fuertemente, un 6,6%, tres décimas más que el 6,3% que comunicó en mayo. Ahora mismo, el Gobierno español estima que la economía crecerá un 6,5% en 2021 y un 7% en 2022, según anunció en abril y reafirmó en julio.
En cuanto a la inflación, su previsión es que en España este 2021 sea del 2,4%, 8 décimas más que en el anterior informe, mientras que la inflación subyacente (que no tiene en cuenta los productos energéticos ni tampoco los alimentos no elaborados) estima que se quede en el 0,4%, lo mismo que esperaba en mayo. Con respecto a 2022, espera que suba al 1,3%, 0,4 puntos más que en mayo.
El estudio sitúa así a España como el país que más crecerá de los evaluados de la zona euro (solo son Alemania, Francia, Italia y España), mientras que a nivel mundial de todas las potencias estudiadas será India la que más crezca (9,7%), seguida de China (8,5%), Turquía (8,4%) y Argentina (7,6%). En el lado contrario, las potencias que menos crecerán del informe serán Arabia Saudí (2,3%), Japón (2,5%), Rusia (2,7%) y Alemania (2,9%).
A nivel global, la organización espera que el PIB mundial crezca un 5,7% en 2021 (una décima menos de lo esperado en mayo) y un 4,5% en 2022 (una décima más), sobre todo gracias a las políticas de apoyo, al despliegue efectivo de las vacunas y a que multitud de actividades se han reactivado, sobre todo en el sector servicios. El crecimiento del conjunto de países del mundo, recuerda la organización, ya ha superado los niveles prepandemia.
La mejora de las previsiones se debe al fuerte rebote económico que está experimentando Europa, a la mayor probabilidad de que Estados Unidos preste apoyo fiscal el próximo año y al menor ahorro de los hogares, que están impulsando la recuperación. Sin embargo, el organismo advierte de que los mercados de trabajo aún no se han recuperado, por lo que se precisa todavía de apoyo macroeconómico "mientras la perspectiva a corto plazo sigue siendo incierta".
Incertidumbre por la vacunación
El crecimiento económico, actualmente, es firme, pero la OCDE advierte de que ese rumbo podría cambiar si los países no se esfuerzan en conseguir vacunar a toda la población mundial. "La recuperación seguirá siendo precaria e incierta en todos los países hasta que se consiga [controlar al virus]. Si se falla a la hora de asegurar la eliminación global del virus, aumentan los riesgos de que aparezcan más variantes nuevas y más contagiosas, o de que aumente el número de casos otra vez en invierno, obligando a volver a imponer medidas que lo contengan", advierte.
Hay que hacer un mayor esfuerzo para proveer a los países pobres de los recursos que necesitan para vacunar a sus poblaciones, para su propio beneficio y para el beneficio global"
OCDE, Interim Economic Outlook
En ese sentido, la organización llama a la coordinación internacional para impulsar las vacunas en los países en vías de desarrollo: "Los gobiernos necesitan asegurarse de que se utilizan todos los recursos necesarios para desplegar la vacunación a través del mundo tan rápido como sea posible, para salvar vidas, mantener las rentas y el virus bajo control. Se necesita hacer un esfuerzo mayor a nivel internacional para proveer a los países pobres con los recursos que necesitan para vacunar a sus poblaciones para su propio beneficio, y para el beneficio global".
Y no se trata tan solo de proveerles de vacunas, sino también de ayuda para conseguir hacerlas llegar a los puntos donde la población debe ser vacunada, porque muchos presentan retos logísticos; de facilitarles conocimientos, recursos médicos y financieros, y de evitar problemas en las aduanas que dificulten la llegada de las dosis.
Inflación y apoyo fiscal
Un despliegue aún más rápido en la vacunación y un desembolso mayor del ahorro acumulado aumentarán la demanda y disminuirán el desempleo, pero también impulsarán, potencialmente, la inflación a corto plazo. Sin embargo, la situación contraria (un progreso más lento en el despliegue de las vacunas y la propagación de nuevas variantes del Covid) dará lugar a una recuperación más débil y a más desempleo.
Aun así, no preocupa especialmente a la OCDE, que recuerda que parte del aumento de la inflación refleja efectos base, tras las caídas en los precios del principio de la pandemia, mientras que en muchos países emergentes, los precios altos de la energía y de los productos de alimentación han impulsado la inflación, reflejándose en fuertes incrementos de precios.
Sin embargo, sí insta a concretar las medidas que se tomarán según avance esta: "Se necesita orientación clara sobre el horizonte y hasta qué punto se tolerará cualquier tipo de excesiva inflación, y el calendario que se planea y la secuencia de posibles movimientos hacia la normalización de la política monetaria". En julio, el Banco Central Europeo (BCE) decidió flexibilizar su objetivo de inflación, llevándolo a un objetivo «simétrico» del 2% a medio plazo y no en un momento concreto.
La inflación ha aumentado fuertemente en EEUU, Canadá, Reino Unido y algunos países emergentes mientras que se mantiene relativamente baja en otras economías avanzadas, como en Europa y Asia. Los mayores precios de los productos y el aumento de los costes del transporte marítimo están sumando alrededor de 1,5 puntos porcentuales a la inflación anual del G20 (España no es miembro del G20 pero se considera un invitado permanente, mientras que sí es un miembro fundador de la OCDE).
En cuanto a cuáles son los países que más han hecho cambiar las expectativas de la OCDE a este respecto, la institución espera que en Argentina la inflación sea del 47%, 2 puntos más de lo que esperaba en mayo; Turquía terminaría el año en el 17,8%, 1,8 puntos de diferencia frente a la medición anterior. En el caso de México, la diferencia es de 1,3 puntos, y terminará el año en el 5,4%.
Por último, la OCDE anima a los países a mantener el apoyo fiscal que están prestando: "Debe evitarse una retirada prematura y abrupta de las políticas de apoyo mientras que las perspectivas a corto plazo siguen siendo poco seguras", a la vez que insta a aprovechar los fondos europeos para la recuperación del continente, así como otro tipo de fuentes de financiación.
En esta línea, anima a crear "marcos fiscales creíbles" que supongan una guía de qué camino se va a seguir a medio plazo para conseguir la sostenibilidad de la deuda, y que incluya posibles cambios de políticas a lo largo de ese recorrido, que ayuden a "mantener la confianza y a mejorar la transparencia de las opciones presupuestarias". "Se necesita más inversión pública y más reformas estructurales para impulsar la resiliencia y para mejorar las perspectivas de un crecimiento sostenible y justo", concluye el informe.
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