Llenar el depósito del coche en Reino Unido se ha convertido en una cuestión de suerte y de seguridad personal. En las últimas horas miles de vídeos han circulado por los teléfonos móviles de millones de personas en las que se ven a los conductores llegando a las manos para reponer el depósito.
Y es que las políticas proteccionistas de Boris Johnson para conseguir su ansiado Brexit han desembocado en una crisis sin precedentes por la falta de personal esencial para cubrir los puestos clave en la cadena de suministros. La prohibición para transportar alimentos o materias primas para aquellas personas que no son de Reino Unido ha provocado que el hecho de llevar el carburante de una refinería a las estaciones de servicio sea imposible.
El gobierno británico, una vez que delimitó las licencias para poder ser transportista en el país, ha dado marcha atrás y ya tramita medidas de urgencia para que los conductores foráneos puedan ser contratados por las empresas locales energéticas. “Boris Johnson se ha topado con la realidad de la economía mundial y ahora se tiene que contradecir porque ve que sus gasolineras no tienen surtidores abiertos, un problema que puede derivar en una crisis sin precedentes”, explican fuentes del sector a este periódico.
“La política energética es muy sensible y lo estamos viendo en España con la subida de la luz. Con la gasolina pasa lo mismo y, de no encontrar una solución a corto plazo, Reino Unido podrá tener graves problemas de suministro real en las próximas semanas”, afirman las mismas voces.
De hecho, el ministro de Empresas, Energía y Estrategia Industrial, Kwasi Kwarteng, asumió el problema que tiene Reino Unido para abastecer las estaciones de servicios. "A pesar de que siempre ha habido y continúa habiendo suficiente combustible en las refinerías y las terminales, somos conscientes de que ha habido algunos problemas con las cadenas de suministro".
BP cierra las gasolineras
El problema del suministro es tal que una de las compañías más importantes del mundo como es BP tuvo que emitir un comunicado confirmando el cierre de miles de estaciones de servicio de todo Reino Unido, llegando a calificar la situación como “muy, muy, muy mala”. Este periódico se ha intentado poner en contacto con la petrolera, pero ha declinado hacer cualquier tipo de aclaración.
Pero no son las gasolineras de BP las únicas que han tenido que cerrar. Las estaciones de servicio de Tesco, una de las cadenas de supermercados más grandes de Reino Unido se han visto obligadas a cortar el suministro de gasolina ya que no reciben el combustible necesario.
Gordon Balmer, director ejecutivo de la Asociación de Minoristas de Petróleo, en entrevista a la LBC asumió que algunas marcas de combustible están viendo cómo un 90% de sus establecimientos se quedan sin reservas.
Sobre la introducción de visados temporales para conseguir más conductores de camiones, Palmer aseguró que "como asociación de comercio minorista de petróleo y no una empresa de logística, cualquier medida así ayudará, aunque tal vez esto no sea suficiente ni con la llegada del Ejército a la cadena de suministros".
No obstante, el ejecutivo de Boris Johnson descartó a última hora del domingo movilizar a su ejército para llevar la gasolina que se almacena en las instalaciones de refinería hasta las estaciones de servicio.
Como medida de urgencia, el Gobierno suspendió este domingo temporalmente la aplicación de la ley sobre competencia a la industria de los combustibles para facilitar que las compañías puedan "compartir información" y "optimizar" el suministro a las gasolineras.
Sin problemas para las españolas
A pesar de que muchas empresas internacionales operan en Reino Unido, las españolas no han sufrido las consecuencias de las políticas anti europeas aprobadas por el Ejecutivo liderado por Boris Johnson.
En el caso de Repsol, tal y como subrayan fuentes de la compañía, la emergencia de repostaje no les pilla de cerca, puesto que el negocio que tiene la energética es de extracción, exploración y producción. Además, explican que tampoco sufrirían en sus cuentas un posible impacto negativo de la libra ya que las operaciones se realizan en dólares.
En el mismo caso se encuentra Cepsa. La compañía apenas tiene operaciones dentro del Reino Unido por lo que tampoco tendrá problemas en sus cuentas de resultados por este tema.
Cierre de comercializadoras eléctricas
Pero la gasolina no es el único quebradero de cabeza derivado de la energía para Boris Johnson. La escalada del precio de la luz no solo afecta a España y el resto de países de Europa tienen que convivir con el megavatio por hora disparado. Reino Unido, de hecho, ha tenido que soportar precios que superaban las 2.800 libras por hora hace tan solo dos semanas por el alto coste del gas.
La situación ha provocado que dos comercializadoras eléctricas del país hayan parado sus plantas de producción. Tanto CF Industries como UK Steel suspendían “periódicamente” todos los centros “debido a los precios desorbitados del gas”.
La falta de suministro eléctrico ha provocado que cuatro comercializadoras hayan quebrado por lo que más de medio millón y medio de británicos se han visto afectados durante el último mes.
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