Aena acumula tres duros reveses en menos de un mes. El gestor aeroportuario que dirige el socialista catalán Maurici Lucena ha visto cómo la falta de acuerdo político entre el Gobierno y la Generalitat ha obligado a dejar en papel mojado el plan de 1.700 millones que tenía para ampliar el aeropuerto de El Prat y convertirlo en un hub como el ha diseñado para Barajas.
Por otro lado, el conflicto que mantiene abierto desde hace meses con los inquilinos de los locales comerciales de sus instalaciones también ha derivado en una pugna política que acabará teniendo un fuerte impacto unas cuentas lastradas por la lenta recuperación del tráfico aéreo.
El Congreso de los Diputados aprobó la semana pasada un cambio legislativo ad hoc de la Ley de Ordenación de Transporte Terrestre, que le obliga a reingresar hasta 200 millones de euros cobrados a empresas como Dufry, Areas o SSP, en manos de fondos de inversión.
Además, la medida aprobada gracias al cambio de postura del PNV y la abstención Unidas Podemos le fuerza a renegociar los contratos y puede suponerle una merma de ingresos de 1.500 millones durante los próximos cuatro años.
La compañía duda de la constitucionalidad de la medida aprobada por la Cámara Baja, pero no puede recurrir directamente ante el Tribunal Constitucional. En cualquier caso, no descarta explorar vías en el ámbito europeo de competencia.
Tasas congeladas
Tras esos dos reveses, la compañía de la que el Estado conserva el 51% de las acciones, recibía un tercer golpe con la decisión del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana de congelar las tasas aeroportuarias que cobra a las aerolíneas por el uso de sus instalaciones.
La propuesta de Aena pasaba por incrementar los precios un 0,52% anual hasta 2025 y un 3,29% en 2026. Frente a esa pretensión, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) se mostró partidaria en un informe no vinculante de aplicar una bajada de un 0,44% cada año.
Unas horas antes de anunciar la congelación, el Congreso debatió una proposición de PP y Vox donde pedía una rebaja de las tarifas, para no penalizar aún más la actividad de las compañías. Sin embargo, la iniciativa fue rechazada.
"La propuesta final que se ha aprobado hoy de congelación tarifaria no es el resultado que esperábamos, pero es el menos malo de los escenarios posibles, porque aunque finalmente no se reducen las tarifas para los próximos 5 años, en cualquier caso no se subirán como pretendía Aena, lo que hubiese desincentivado el tráfico aéreo y, por tanto, la economía y el empleo", afirma Javier Gándara, presidente de Asociación de Líneas Aéreas (ALA).
Tras cerrar la sesión del pasado jueves con una caída en bolsa del 1,63 %, la compañía que dirige Lucena ha subido este martes en bolsa menos de un 0,17% y se han situado en 144,45 euros. En lo que va de año, Aena acumula una revalorización del 1,58%.
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