El mes de septiembre ha terminado con datos doblemente históricos en el terreno del mercado laboral: es el mejor septiembre de toda la serie en términos de reducción de paro, con 76.113 desempleados menos, y es el segundo mejor septiembre del lado de la creación de puestos de trabajo, solo por detrás del de 2020, con 57.387 cotizantes más.
Mientras que normalmente suele tratarse de un mes malo, al situarse justo al fin de la temporada de verano (lo que favorece que se destruyan empleos que se crearon por el periodo vacacional), en esta ocasión, la recuperación del empleo ha continuado la senda que lleva marcando ininterrumpidamente desde marzo, sin que en ningún mes haya subido del paro.
No ha sido así en el terreno del empleo juvenil. Aunque a nivel general el paro ha caído este pasado mes, concretamente, un 2,3% (en 76.113 personas), entre los jóvenes menores de 25 años hay 5.838 desempleados más, un 2,38% más que en agosto. Es un dato que en el Ministerio de Trabajo y Economía Social asocian a que todos los meses de septiembre suele producirse la recurrente inscripción en las listas del paro de miles de jóvenes que acaban de terminar sus estudios.
"En septiembre siempre hay un aumento del paro juvenil que tiene que ver con la incorporación al mercado de trabajo de aquellos jóvenes que acaban de terminar sus estudios", explicó el secretario de Estado de Empleo y Economía Social, Joaquín Pérez Rey, en la rueda de prensa posterior a la publicación de los datos.
Sin embargo, desde la agencia especializada en empleo Randstad no lo relacionan únicamente con este factor. El director de Randstad Research, Valentín Bote, indica que existe otra razón más allá de que en algunos momentos clave del año, como en junio y septiembre, se produce una mayor llegada de jóvenes al mercado laboral, ya que estos empiezan a buscar trabajo.
En turismo y hostelería, donde más empleo se ha perdido, son sectores en los que los jóvenes tienen bastante presencia"
Valentín bote, director de randstad research
"Tiene que ver con la composición sectorial. Hay una serie de sectores que suelen dar trabajo a jóvenes por encima de otros, uno muy claro es la hostelería y otro, el turismo. Y las dos actividades que en el mes de septiembre se han desinflado, los dos sectores donde más empleo se ha perdido, han sido turismo y hostelería, dos sectores en los que los jóvenes tienen bastante presencia", explica el experto.
Además, se produce otro factor: que los sectores donde más ha bajado el paro son áreas donde no existe mucho empleo joven, como el sector educativo, los servicios administrativos o la agricultura. "Así, tenemos sectores donde se destruye bastante empleo y encontramos mucho joven y otros donde no vemos actualmente tanta presencia joven pero que son los que han tirado para arriba del empleo", clarifica.
Por sexos, ha aumentado algo más el desempleo entre las mujeres: hay 3.168 jóvenes paradas más que en agosto, un 2,61% más, mientras que hay 2.670 jóvenes parados, un 2,15%. En ese sentido, el Gobierno tiene claro que la crisis a quien más ha perjudicado ha sido a mujeres y jóvenes y que quienes reúnen ambas características se han llevado la peor papeleta, siendo también quienes firman más contratos temporales y precarios.
El lado positivo de los datos
Sin embargo, la comparación de los datos de desempleo juvenil del mes pasado con las cifras prepandemia sí es positiva. Actualmente los parados menores de 25 años en España son 251.129, 126.697 hombres y 124.432 mujeres. Suponen un 2,38% más que en agosto (en términos absolutos, 5.838 personas más), pero también son un 27,38% menos que hace un año.
Es decir, que frente a septiembre de 2020, ahora hay 94.696 jóvenes menos sin empleo, por lo que se confirma, y con creces, la tendencia positiva de salida de la crisis del colectivo a lo largo de este último año. Asimismo, al enfrentar las cifras con las de febrero de 2020, justo antes de que estallase la pandemia, encontramos que ahora hay menos jóvenes en paro que entonces, en concreto, un 3,95% menos. Es un dato mejor que el del conjunto de los parados, ya que aún hay 11.755 personas en paro más que entonces (un 0,36% más).
Por otro lado, enfrentando las cifras a las de septiembre de 2019, algo más representativas al tratarse del mismo mes del año, aunque hay 178.091 parados más a nivel general (un 5,78% más), solo hay 2.678 jóvenes más en desempleo (un 1,08% más). En este sentido, el experto de Randstad apunta que no se ve "tan claro" que haya "una penalización por el hecho de ser joven" en cuanto a lo que respecta a la recuperación postpandemia.
"El principal problema de los jóvenes es el paro y la vivienda"
El Gobierno ha insistido, especialmente desde la toma de posesión de Yolanda Díaz como ministra de Trabajo, en que le preocupan los datos de desempleo juvenil y en que debe trabajar para corregir esa disfuncionalidad. La semana pasada Díaz lo manifestó así: "El principal problema de los jóvenes es el paro y la vivienda". También en base a este "reto" del mercado de trabajo español Díaz ha justificado la subida del salario mínimo interprofesional (SMI), insistiendo en que sobre todo beneficiará a los jóvenes y a las mujeres, quienes asumen los empleos más precarios.
En esa misma línea, la ministra anunció en junio un plan de empleo juvenil por valor de 5.000 millones de euros de 2021 a 2027 que calificó de «la mayor inversión» del Gobierno para abordar esta, "la gran asignatura pendiente". Ahora mismo, según la Encuesta de Población Activa (EPA) que realiza el Instituto Nacional de Estadística (INE) la tasa de desempleo juvenil se sitúa en el 38,38%.
Con el proyecto de Díaz, el Plan de Garantía Juvenil Plus, quienes se inscriban recibirán en 4 meses como máximo una oferta de empleo o de formación que recibirá un seguimiento especial, y contarán con una línea de teléfono gratuita para resolver las dudas que tengan al respecto, así como un espacio virtual específico destinado a su formación y la búsqueda y selección de ofertas de empleo.
Por otro lado, en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia que envió a la Comisión Europea para recibir los fondos europeos, el Gobierno ha prometido gastar 765 millones de euros (355 millones en 2021, 255 en 2022, 155 en 2023) para combatir el desempleo juvenil. La idea se concreta en tres programas: el programa Empleo Joven-Tándem para la formación de jóvenes en trabajos relacionados con la transición ecológica, la digitalización de servicios y el desarrollo rural; el programa de primeras experiencias profesionales en administraciones públicas, y el programa Investigo para jóvenes investigadores. Sin embargo, el Ejecutivo no ha concretado cuántos puestos de trabajo se crearán con este desembolso.
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