El establecimiento de un tipo mínimo en el impuesto de sociedades, que el Gobierno ha incluido en los presupuestos generales del Estado de 2022 para grandes empresas, llevará a que las arcas públicas ingresen unos 400 millones de euros más el próximo año. Sobre todo, debido a que ya ninguna gran compañía (que facture más de 20 millones de euros, según se ha determinado) podrá conseguir, mediante deducciones, pagar menos de ese 15% que se ha decidido.
La medida aún tiene que ser aprobada por el Congreso de los Diputados, como el resto de los PGE, pero ese es el acuerdo al que han llegado los dos partidos de la coalición en el poder, Unidas Podemos y el PSOE. España busca así corregir el "bajo" rendimiento del impuesto sobre sociedades, que "se está quedando a la cola" frente al IRPF y al IVA. Asimismo, el Gobierno considera que el "regresivo e injusto" que las grandes empresas paguen menos que pymes y autónomos.
Pero que algunas empresas tengan que pagar más por este impuesto puede llevar a que, en compensación, reduzcan la inversión que solían llevar a cabo en determinados sectores. Especialmente, los que tenían deducciones que les permitían pagar menos de lo que ahora es el tipo mínimo. Es el caso del cine español independiente, que teme que sus inversores privados reduzcan las cantidades que solían dedicar a sus películas.
"Indirectamente nos va a afectar a todos los productores independientes", explica la presidenta de la Asociación Estatal de Cine (AECINE), María Luisa Gutiérrez, a este periódico. El colectivo, que engloba a los principales productores de cine independiente del país, recuerda que este es el momento "más complicado" de la historia del sector que defiende.
"Estamos, históricamente, en el mejor momento del sector para la producción no independiente (a la vista está que no hay técnicos disponibles) y el más complicado para la producción independiente que defendemos en la Asociación Estatal de Cine", explica Gutiérrez.
"La pandemia ha afectado a la mayoría de las cuentas de resultados de las empresas en general. A menor beneficio de las empresas, menor posibilidad de aplicarse deducciones fiscales por la inversión en cine, menor entrada de dinero privado en la producción cinematográfica", prosigue la portavoz.
"Si a esto le sumamos los resultados de taquilla desde marzo del 2020 que han sido, en general, y salvo excepciones, pésimos; que nuestro fondo de la cinematografía a la producción sigue estando en las mismas cifras que el año pasado y el anterior; y que para la producción independiente se le complica el poder competir en precios con lo que pagan las plataformas a los técnicos y actores pero, sobre todo, competir en meses de trabajo, podemos decir que la situación económica de la producción independiente cinematográfica está muy complicada", denuncia.
El colectivo no cuenta con una cifra exacta que refleje cuánto dinero podría dejar de recibir por el establecimiento de un tipo mínimo en el impuesto de sociedades, puesto que está en mano de sus inversores privados (los que sean grandes empresas). Estos serán quienes podrán "verse limitados" por esta medida y, en consecuencia, llevar a "que llegue menos dinero a la producción independiente del que llegaba hasta ahora por esta vía", recalcan.
Las deducciones que rebajan el impuesto de sociedades
La deducción por inversiones en producciones cinematográficas, series audiovisuales y espectáculos en vivo era, hasta ahora, una de las maneras con las que algunas empresas conseguían pagar menos de un 25% de impuesto de sociedades. Ese es el tipo general que establece la ley (27/2014), con algunas excepciones.
Por ejemplo, hay tipos de gravámenes especiales: las entidades de nueva creación en el primer periodo impositivo tributan al 15%, las entidades de crédito tributan al 30%, las cooperativas, al 20%, las entidades sin fines lucrativos, al 10%, y algunos fondos de inversión, al 1%.
Pero, salvo en esos casos, las empresas ya pagaban un 25% de impuesto de sociedades, que solo podían reducir a través de las deducciones por incentivos existentes, como la deducción por actividades de I+D+I o la deducción por inversiones en producciones cinematográficas, series audiovisuales y espectáculos en vivo de artes escénicas y musicales. Ahora mismo, solo el Ministerio de Hacienda conoce (pero no desvela) cuántas empresas conseguían rebajar por debajo del 15% el tipo de sociedades que pagaban, y cuáles serán las que se verán más perjudicadas por la decisión.
En este marco, los productores de cine independiente piden al Gobierno un fondo de la cinematografía más alto, que, recuerdan, lleva a producir películas, con el correspondiente impacto en el empleo, la Seguridad Social e IRPF. Asimismo, el colectivo recuerda que en la memoria económica de la ley de cine del 2007 se hablaba de un fondo de 100 millones. Sin embargo, hoy día se sitúa en 70.
"Tenemos la suerte, como país, de que, en los últimos años ha entrado bastante más dinero privado de las plataformas que están generando muchos más contenidos dentro de nuestras fronteras, pero si el apoyo público no va in crecendo a la par que el dinero privado, nuestras posibilidades para producir independientemente se van menguando. Y si no hay una producción independiente, se pierde patrimonio cultural en nuestro país", concluye la presidenta de AECINE, María Luisa Gutiérrez.
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