La ministra Teresa Ribera viajará de urgencia este miércoles a Argel para reunirse con el gobierno local, a fin de "afianzar el suministro de gas" a España, según confirman fuentes del ministerio, a solo cuatro días de que se cierre el gasoducto Magreb-Europa. Esta infraestructura, que discurre por Marruecos y por la que España ha recibido en las últimas décadas casi el 30% del gas que consume anualmente, dejará de funcionar este domingo, cuando finalice el contrato que Argelia se niega a renovar por sus conflictos diplomáticos con Marruecos.
El cierre del gasoducto obligará a reforzar otras vías de abastecimiento para asegurar el suministro de gas en España durante el invierno. Argelia ha intentado garantizarlo a través de un aumento de las canalizaciones a través del gasoducto Medgaz, que une directamente Argelia con Almería. El GME, que dejará de funcionar esta semana, entra en España a través de la provincia de Cádiz, previo paso por Marruecos.
También tendrá que reforzarse la actividad de las plantas regasificadoras, que tratan el Gas Natural Licuado que llega a la Península en grandes buques. Precisamente uno de estos cargueros ha quedado bloqueado este martes durante horas frente al puerto de Sagunto, en Valencia, debido a una acción reivindicativa de Greenpeace, que pide dejar de utilizar esta fuente de energía. Finalmente, la Guardia Civil ha tenido que tomar el barco, desplazarlo y permitir el acceso del buque cargado de gas al puerto valenciano.
No obstante, ni el gasoducto de Almería puede asumir toda la cantidad de gas que dejará de llegar a través de Marruecos, ni el mercado internacional del GNL es estable, ni barato. El Gobierno, principalmente a través del ministerio de Exteriores, lleva mediando en el conflicto entre Marruecos y Argelia desde que el pasado mes de agosto el Ejecutivo en Argel avisase de que cerraría el grifo este 31 de octubre.
De momento, los intentos de José Manuel Albares no han culminado en éxito, y ahora es la vicepresidenta Teresa Ribera quien viaja en persona a Argel para tratar de encontrar una solución in extremis a un problema que probablemente obligue a España a utilizar parte de sus reservas estratégicas de gas natural. También se aumentará ligeramente la cantidad de este recurso importada a través de Francia.
El cierre del gasoducto, que afectará tanto a España como a Portugal, tiene como objetivo principal a Marruecos, con quien Argelia mantiene un conflicto diplomático enconado. Y es Marruecos quien más sufrirá el cierre de una infraestructura que permite el funcionamiento de varias de sus centrales eléctricas más relevantes.
Con España en un papel mediador, falta saber cuáles van a ser los pasos del Gobierno para ayudar a Marruecos en su particular crisis, siempre con el tablero geopolítico en mente. Argelia se ha comprometido a abastecer a España de gas natural, pero las relaciones en la región son complicadas y unos gestos excesivos de España hacia Marruecos podrían enfadar a Argel y variar la situación.
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