El enorme repunte de la inflación en España, que este octubre ha crecido un 5,5% frente al mismo mes del año anterior, amenaza las previsiones de ingresos del Gobierno. Así lo apuntan los expertos consultados por este medio, que alertan de que a mayor precaución entre la población por las subidas de los precios, menor consumo, y menos ingresos y beneficios empresariales, ya que estas, además, se verán afectadas por el alza de la luz.
"Genera cierta incertidumbre", considera la economista jefe de Singular Bank, Alicia Coronil, en conversación con este medio. Igualmente el economista jefe para España de BBVA Research, Miguel Cardoso, señala que más allá del repunte de la inflación, que se prevé temporal, inquieta cómo va a trasladarse a las cuentas del Estado.
"Preocupa más el tema del menor crecimiento que estamos previendo para el siguiente año y que puede dar lugar a una previsión de crecimiento real menor que la del Gobierno, y luego, que los ingresos no vayan tan bien como en esta crisis", indica Cardoso, haciendo referencia a un año, el de la pandemia, especialmente positivo en términos de recaudación, en parte por el mantenimiento del empleo que se ha conseguido gracias a los ERTE.
"Porque ahora, ¿cuánta gente va a continuar en ERTE a partir de finales de este mes? No descartamos que muchas empresas no cumplan requisitos para mantener un ERTE Covid, porque ya no hay restricciones importantes como las teníamos antes", recuerda el economista de BBVA Research. "Con las previsiones actuales del Gobierno vemos relativamente optimistas las previsiones de ingresos", añade.
La inflación más alta desde 1992
Los economistas reconocen que la tasa de inflación anual conocida este jueves, la más alta registrada en el país desde agosto de 1992, les ha sorprendido. Desde BBVA Research prevén que las subidas de los precios continúen elevadas "al menos hasta el segundo trimestre de 2022", con inflaciones del 4, 5, o incluso 5,5 como este mes, sobre todo por la incertidumbre sobre cuándo se van a estabilizar los precios del gas y de la electricidad.
Cardoso calcula que hasta febrero no tendrán más certezas sobre cuándo se va a estabilizar el precio de la energía, y, con él, todos los demás. Ahora mismo la electricidad es responsable de la mayor parte de la subida de los precios (4 puntos de los 5,5 que ha crecido este mes), lo que está llevando a un incremento generalizado de los precios, ya que las empresas están trasladándolo a sus clientes.
Y, en un momento en que el consumo está tirando en gran parte de la recuperación, también debido a la gran bolsa de ahorro acumulado que se generó durante la pandemia, que los precios suban pone en peligro ese repunte del consumo. "Si esto se enquista y vamos a más inflación, puede matar un poco la recuperación del consumo, si vemos que el precio de los coches sube -porque no hay coches- se empiezan a encarecer, se reduce la demanda; si los productos electrónicos se van encarecer porque no hay microprocesadores, lo mismo; si la ropa se va a encarecer porque la electricidad ha subido y eso implica un incremento de los costes, podemos consumir menos...", apunta Cardoso.
Asimismo, podría llevar a reducir la demanda dado que las empresas que vean reducirse sus márgenes no mantendrán sus procesos de inversión, lo que, en conjunto puede llevar a que se reduzcan las expectativas de crecimiento.
Mayor gasto del Estado en pensiones, funcionarios y bienes
Además, la subida de los precios llevará a que el Gobierno deba desembolsar millones más de lo previsto en pensiones, que desde año están ligadas al IPC, así como en sueldos de funcionarios públicos, lo que implica un mayor gasto en masa salarial. Según los cálculos de los analistas, la inflación terminará el 2021 cerca del 3%.
Este medio ya calculó que, suponiendo que la inflación media de 2021 sea del 2,4%, como se estimaba hace unos meses, el Gobierno tendría que pagar 4.000 millones de euros más de lo inicialmente previsto en los presupuestos generales del Estado (163.000 millones). Esta semana el Banco de España apunta a unos 3.500 millones. Asimismo, según el acuerdo de pensiones la caída de los precios no se compensa, por lo tanto aunque el año que viene los precios bajasen el Gobierno ya no recuperaría esa cantidad.
Por otro lado, también hay que tener en cuenta que el Estado también consume bienes y servicios que deberá pagar más caros, señala Coronil: "No hay que olvidar que el encarecimiento de los servicios también le va a afectar por lo que tiene que comprar".
Así, el repunte de la inflación afectará a las previsiones del Gobierno, pero más allá de a las perspectivas de inflación. "Pero más que la inflación, el punto en el que el Gobierno difiere de la mayoría de analistas es en el crecimiento", subraya Francisco Quintana, director de estrategia de inversión de ING. "Las previsiones de crecimiento son el pilar sobre el que se calculan las previsiones de gastos e ingresos, con lo que su impacto es muy relevante, más que el de la inflación, donde, de hecho, el Gobierno no está tan lejos de las previsiones externas", zanja.
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