España no se libra de la crisis de los suministros. Desde hace meses, numerosas empresas de diversos sectores alertan de que la falta de microchips provocaría retrasos en las entregas. Y algo que parecía totalmente lejano y difícil de comprender se ha acercado hasta el punto de que las jugueteras recomendasen hace poco más de un mes que sería bueno adelantar la carta a los Reyes Magos.
Ningún sector -por diversos motivos como la falta de microchips, los cuellos de botella en la cadena de distribución o los precios disparados de materias primas- se escapa de la escasez de productos poniendo en riesgo la garantía de stock en los lineales de tiendas, centros comerciales o grandes superficies.
La crisis de suministros comenzó en los últimos coletazos del invierno pasado cuando los grandes países productores de semiconductores no daban abasto para seguir el ritmo de la demanda, provocando que empresas tecnológicas y de automóviles ralentizasen la producción. Esta situación ha desembocado en un escenario en el que los bares tienen dificultades para encontrar ginebra, marcas de ropa que no pueden fabricar prendas de deporte o empresas de telecomunicaciones que hacen malabares para asegurar terminales en la campaña navideña.
Paros en las fábricas de coches y caída de ventas
Uno de los sectores más afectados por la crisis global de suministros es la automoción, que representa un 10% del PIB en España. De hecho, fue uno de los ámbitos donde se empezó a notar la escasez de microchips. Pero además de la caída en la fabricación por los paros aplicados en las fábricas, la crisis global también tiene su traducción en las ventas.
Según la directora de Comunicación de Ganvam, Tania Puche, “las matriculaciones continúan en caída libre en un contexto donde, básicamente, no hay oferta para atender la demanda por la crisis global de los chips. Esto provoca que las entregas de los pedidos que tramitan las redes de distribución se prolonguen hasta los seis u ocho meses de media”.
Al margen de los retrasos, entre enero y octubre de 2021 se han vendido 706.998 unidades, lo que representa un 33% menos que en el mismo periodo de 2019. "La falta de microchips y la crisis económica siguen lastrando las matriculaciones de turismos, especialmente en el canal de particulares, mientras la venta de vehículos de ocasión de alta antigüedad está disparada", añade Noemi Navas, directora de Comunicación de la patronal ANFAC.
Los paros de las factorías de automóviles comienza a tener ya su repercusión en otras industrias asociadas. Por ejemplo, la planta que el fabricante de neumáticos Michelín tiene en Valladolid se ha anunciado paradas en la producción de ruedas de turismo por la caída de la demanda. En concreto, la compañía francesa suprimirá 13 turnos en noviembre y dejará de producir entre 60.000 y 70.000 ruedas.
Aunque los datos tienen una cara 'b'. Según datos de la Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos (GANVAM), las ventas de vehículos de más de diez años crecerán un 8% en 2021, hasta situarse en 1.174.903 unidades, concentrando el 60% de las operaciones del mercado de segunda mano y superarán en más de un 30% a las de nuevos.
Sin PlayStation y negociando a contrarreloj
Con la imposibilidad de que las empresas fabricantes puedan ensamblar sus productos, los españoles se encuentran ya con la dificultad de adquirir una PlayStation. La consola más popular del mercado escasea en las grandes tiendas de tecnología de España y, según Hiroki Totoki, director financiero de Sony, la cosa va para largo.
“No creo que la demanda se calme este año e incluso si aseguramos muchos más dispositivos y producimos muchas más unidades de PlayStation 5 el próximo año, nuestra oferta no podría alcanzar la demanda", dijo recientemente. Por eso, empresas como El Corte Inglés se anticipan a una posible rotura de stock limitando los pedidos. En estos momentos en su página web la compra de videoconsolas se limita a una unidad por pedido y cliente.
Lo mismo ocurre con la telefonía móvil. De momento, las grandes firmas fabricantes guardan silencio. Al ser preguntados por la escasez de productos y la posibilidad de falta de terminales en Navidad prefieren no hacer comentarios, pero Orange, durante la presentación de resultados, ya alertó de que no podían asegurar la total venta de smartphones a final de año. “Hay que ir semana a semana porque la incertidumbre y la volatilidad es muy alta. La situación es cambiante”, admitió Diego Martínez, director de Mercado Residencial para Orange España.
La falta de papel repercute al negocio editorial
La falta de materias primas en todo el mundo está afectando también a la industria editorial española, que está cambiando de planes conforme asume que la situación no se resolverá antes de las fiestas de Navidad. "A estas alturas nadie se atreve a trazar un calendario realista de lanzamientos desde aquí hasta fin de año. Algunos libros se han aplazado hacia Navidad, otros se pasarán al plan editorial del próximo año porque la escasez de papel es tan grande que no lograríamos publicarlo para el mercado navideño", explicaron desde la Asociación de Editores de Madrid a El Independiente, insistiendo en que los grandes grupos editoriales no son ajenos a esta situación.
En parte atribuyen la situación, además de a la falta de materia prima, a un aumento significativo de la demanda: según el barómetro de hábitos de lectura y compra de libros, el porcentaje de lectores de libros que leen al menos una vez a la semana alcanzó un máximo histórico del 57% durante el confinamiento, y el tiempo dedicado a la lectura ha pasado de 6 horas y 55 minutos antes del confinamiento, a 7 horas y 25 minutos a finales de 2020, llegando a las 8 horas y 25 minutos semanales mientras duraron las restricciones domiciliarias. En el sector no esperan que la situación se recupere hasta el segundo semestre de 2022, si entonces se restablece la fluidez de los suministros desde los países asiáticos.
Alcohol
Faltará ginebra Seagram's y Beefeater, y faltará vodka Absolut. Las tres marcas, propiedad de Pernod Ricard, están sufriendo problemas de distribución por la falta de botellas de vidrio, tapones y aluminio, como ha reconocido la empresa a El País. Desde la patronal de bebidas espirituosas (FEBE) lo atribuyen a los problemas de transporte marítimo y a los picos de demanda, el "efecto llamada" que ha tenido lugar al levantarse las restricciones y reabrir el ocio nocturno.
"El encarecimiento y la limitación de las fuentes de energía, complicado por cuestiones geopolíticas y el post-brexit, han tensionado gravemente el comercio internacional y ello está teniendo un impacto en toda la cadena de valor necesaria para la comercialización de bebidas espirituosas, incluido el aprovisionamiento de botellas, cartones, aluminio y en las materias primas necesarias para la destilación de alcohol", recuerdan desde la patronal Espirituosos de España.
El champán será otro de los productos más afectados. "Está roto. No se va a poder regalar, a excepción de algunos clientes que tengan algún contrato ya. Pero es que no hay”, explicaba Manuel Aragonés, de Reyes Grupo, una de las mayores distribuidoras de Madrid, a El Español. Desde la patronal, en cambio, quitan peso a la preocupación de cara a la Navidad y aseguran que están convencidos de que no va a haber problemas, ya que apuestan a que la situación se normalizará antes.
Sin poder subirse a una bicicleta
Los coches no son los únicos medios de transporte que se están viendo perjudicados por la falta de suministros. En este caso, el factor confinamiento y la necesidad de hacer deporte tras varias semanas encerrados provocaron falta de stock en las tiendas post pandemia.
El hecho de que gran parte de la población cambiase de hábitos y abandonara el transporte público por miedo al contagio disparó las ventas de bicicletas. Por ejemplo, Orbea vendió un 200% durante el año pasado, pero se topó con la crisis de la logística y encontrar un medio de dos ruedas es tarea imposible.
Moda: faltan tallas
Fuentes del sector retail también detallan que los problemas logísticos empiezan a afectar a "grandes marcas como Primark o Zara". "Los consumidores están encontrando tiendas donde faltan algunas tallas", indican. Una de las consecuencias, advierte Jacinto Llorca, autor de El código retail, es que las compañías se planteen la relocalización de su producción desde China al Magreb, por ejemplo.
Las compras al por mayor de equipaciones deportivas también están sufriendo roturas de stock, según ha podido saber este periódico y los pedidos están llegando con retraso a España.
En definitiva, los problemas logísticos derivados de un incremento de la demanda sin precedentes tras un parón mundial por el coronavirus están teniendo efectos en el consumo de todo tipo de productos ya en España.
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