El Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones llegó este lunes a un acuerdo con los sindicatos UGT y CCOO para subir las cotizaciones a trabajadores y empresas durante 10 años, con el objetivo de poder sufragar las pensiones de la generación del baby boom, la más numerosa de la historia de España.
El Gobierno lo ha pactado así con las organizaciones sindicales pero no con los representantes de los empresarios, que han argumentado que la propuesta tendrá efectos negativos sobre el empleo y que no garantiza el equilibrio del sistema. Asimismo, este acuerdo pertenece a la primera parte de la reforma de las pensiones, que se aprobó en julio pero dejó algunos puntos por resolver.
En concreto, el aumento de las cotizaciones a la Seguridad Social que se ha decidido, es decir, el incremento de cuánto aportan empresas y trabajadores al mes al Estado, será de 0,6 puntos porcentuales de 2023 a 2032. El Gobierno busca así compensar el esfuerzo que supondrá para el sistema la jubilación de los boomers, aunque se espera que solo sea necesario temporalmente. Y, si no, más adelante se tomarán medidas.
Asimismo, el acuerdo incluye que las empresas asuman la mayor parte de esa subida, el 80% (su aportación aumenta en 0,5 puntos) frente al 20% de los trabajadores (+0,1 puntos). En términos brutos, y considerando el caso de un sueldo medio, de un empleado que tiene una base media de en torno a los 2.000 euros, las empresas deberán pagar casi 10 euros más al mes por trabajador, mientras que estos deberán aportar menos de 2 euros más.
Con esta "pequeña aportación" extra que deberán realizar empresas y trabajadores, Seguridad Social prevé recaudar un colchón que alcanzará los casi 50.000 millones de euros en 2032. En caso de que no sea suficiente, el acuerdo recoge que se volverá a negociar con los agentes sociales qué decisión se toma, si se reduce el gasto en pensiones o se incrementa el tipo de cotización, u otras fórmulas.
Mientras tanto, Escrivá considera este nuevo mecanismo «un colchón de seguridad, de holgura al sistema, para poder abordar las décadas más complicadas», como expresó ayer en una rueda de prensa. «Posteriormente volverá a estar en una situación mucho más valorable», afirmó.
La generación que provocará que el gasto en pensiones se dispare
Según los últimos cálculos del Ministerio, la jubilación de la generación del baby boom provocará que el gasto en pensiones se dispare hasta alcanzar los 2,5 puntos de PIB en 2050. Es así teniendo en cuenta el nuevo modelo que se acordó en julio, que vincula las pensiones a la inflación, y, por tanto, supone un mayor gasto.
Sin embargo, gracias a las medidas que también se pactaron entonces para incentivar los retrasos en la edad jubilación, el Gobierno prevé reducir ese gasto a la mitad, hasta los 1,3 puntos de PIB en 2050, y después volverá a caer progresivamente. Este lunes el Gobierno no compartió cómo influirá en términos de PIB este nuevo mecanismo de equidad intergeneracional.
Ahora mismo, los trabajadores en España que tienen entre 45 y 64 años son más de 9 millones, según datos de la última Encuesta de Población Activa (EPA) del Instituto Nacional de Estadística (INE), del primer trimestre. Por edades, el grupo actualmente más numeroso de ocupados dentro de dicha generación es el de quienes ahora tienen entre 45 y 49 años, con casi 3 millones. En comparación, el grupo de trabajadores de entre 16 y 19 años solo lo componen 80.000 españoles, y el de los de entre 20 y 24 años solo son 760.000.
Eso llevará a que en 30 años los jubilados serán un 70% más de los actuales. En esos términos justificaba el Ministerio la urgencia para crear una nueva fórmula que aportase seguridad a los que están cerca de retirarse. Los sindicatos, por su parte, han valorado positivamente que la decisión tomada sea a por la vía de los ingresos, es decir, que afecte a cuánto abonan los trabajadores para pagar las pensiones, y que no haya supuesto una merma a las prestaciones de los futuros jubilados como se temía.
Los del baby boom no verán recortada su pensión
Finalmente y tras la decisión pactada este lunes, la generación del baby boom, los nacidos entre finales de 1950 y 1970, no verán recortada su pensión, como el ministro Escrivá sugirió en julio, generando la polémica. En una entrevista en TVE, el ministro explicó que esta generación es «más ancha» y que, por tanto, debería asumir «algo del esfuerzo que hay que hacer de moderación del gasto en pensiones durante un periodo concreto de tiempo».
Entonces Escrivá planteó que los pensionistas podrían elegir "entre varias opciones": "Una puede ser un pequeño ajuste en su pensión, que sería muy moderado, o alternativamente podrían trabajar un poco más", explicó, frente a lo que consideraba un "problema coyuntural" de pensiones por el incremento del gasto que supondrá la jubilación de esta generación.
Pero la decisión tomada no ha ido en esa línea, sino en la de aumentar cuánto deben abonar cada mes de su sueldo los trabajadores y las empresas al Estado. Desde Seguridad Social defienden que la medida no repercutirá "en absoluto" en el empleo puesto que consideran el ajuste "muy pequeño". Los empresarios no opinan lo mismo, pero Escrivá les critica no haber, siquiera, propuesto un método alternativo, por lo que ha terminado prefiriendo aprobar el nuevo mecanismo solo con los sindicatos.
Siguiente parada, reforma laboral.
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