El Gobierno ha decidido modificar su propuesta relativa a los contratos temporales para intentar sumar a los empresarios a un futuro acuerdo sobre la reforma laboral. Mientras que este lunes la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) decidió quedarse fuera del pacto que firmaron el Gobierno y los sindicatos CCOO y UGT sobre el nuevo mecanismo que sostendrá el sistema de pensiones, ahora el equipo negociador encabezado por Yolanda Díaz está buscando el sí de las dos partes, la sindical y la patronal.
En concreto, en la reunión sobre la reforma laboral celebrada este miércoles, se ha "introducido la posibilidad de que se hagan contratos temporales en las actividades ocasionales con un máximo de tres meses", han explicado fuentes sindicales. Hoy el Gobierno ha presentado, tal y como habían pedido los sindicatos, un nuevo documento que recoge en qué situación se encuentran cada uno de los puntos que se están negociando.
La nueva reforma laboral debe estar aprobada antes de que termine el año, ya que a eso se ha comprometido tanto Yolanda Díaz como el propio Ejecutivo con la Comisión Europea. Que se cumpla este plazo está vinculado, asimismo, a la recepción de parte de los fondos europeos Next Generation, y por eso desde Moncloa descartan incumplir este plazo. Por otro lado y como se demostró el lunes, no es obligatorio que los empresarios se sumen al acuerdo, aunque sería preferible.
Ninguna de las partes ha expresado su apoyo ni su rechazo a la nueva propuesta. "Es un documento que ahora tenemos que analizar y sobre el que seguiremos trabajando en la próxima reunión", se han limitado a contestar a este medio desde la CEOE.
La reforma de los contratos temporales que persigue el Gobierno, y que tiene como objetivo último acabar con el abuso de esta temporalidad típico del mercado español, afectará sobre todo a la agricultura, la pesca y la construcción, como ya ha explicado este medio, ya que son los sectores que actualmente reclutan a más trabajadores con contratos temporales de obra y servicio, modalidad que Díaz insistía en eliminar.
Actualmente más del 50% de los trabajadores de la agricultura, ganadería, silvicultura y pesca en España son temporales, el sector que más tiene con diferencia. En Europa, este sector cuenta con poco más de un 30% de temporalidad.
Con el plan inicial de la ministra, los tipos de contratos temporales quedarían limitados a dos, solo para cubrir bajas de trabajadores o picos de demanda, es decir, un tipo de contrato por razones de carácter productivo y otro tipo por razones de carácter organizativo. El primero servirá para atender incrementos de la actividad de la empresa no previsibles, y el segundo, para sustituir a trabajadores que tienen derecho a mantener su puesto. No existirá la modalidad de obra o servicio.
Sin embargo y en base a lo propuesto este miércoles, de nuevo, según informan fuentes sindicales, el Ejecutivo ha decidido mostrarse más flexible. En su propuesta, ha establecido unos topes para la utilización de contratos temporales según el tamaño de la empresa y con un ajuste mayor para el sector de la agricultura.
Por otro lado el Gobierno ha mantenido su propuesta con respecto a los contratos fijos discontinuos, así como sus idas con respecto a la prevalencia de los convenios de sector frente a los de empresa y a la ultraactividad. En cuanto a los nuevos ERTE, los representantes del Ministerio de Trabajo han trasladado que harán llegar una nueva propuesta.
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