La tasa de ahorro de los españoles no volverá a los niveles en los que estaba en 2019, antes de la pandemia, hasta mediados del año 2023, según apuntan los últimos datos del Banco de España. Es uno de los factores que influye directamente en la velocidad de la recuperación del país.
Mientras que en su último informe de proyecciones macroeconómicas, el de septiembre, el organismo estimaba que este ahorro recobraría los niveles precovid a inicios de 2023, ahora retrasa ese momento seis meses más. El consumo no está evolucionando tan rápido como parecía.
Los españoles en 2020 no llevaron a cabo los gastos que sí habrían hecho de haberse tratado de un año normal. De comidas en restaurantes a bebidas en bares, pasando por compras de vehículos, de viviendas, o por experiencias como viajar o asistir a teatros, conciertos o cines. Las compras por internet se dispararon durante el confinamiento, pero otras actividades simplemente no pudieron llevarse a cabo y pasaron a engrosar las carteras.
El Banco también ha rebajado sus previsiones de crecimiento para España este 2021, del 6,3% que preveía en septiembre al 4,5%. Sobre todo, lo atribuye a que el PIB ha evolucionado peor de lo que se esperaba, a los cuellos de botella que están provocando problemas de suministro y a los altos precios de la electricidad.
El ahorro permanecerá en niveles elevados
Así, y aunque el avance de la economía está en marcha tras el retroceso que experimentó durante 2020 -cuando cayó casi un 11%-, los cálculos de la institución señalan que el ahorro todavía permanecerá en niveles "relativamente elevados" debido a que la recuperación del consumo será más lenta de lo previsto en un principio.
Las razones que explican esta moderación del consumo privado tienen que ver con el repunte de la incidencia de la pandemia, que puede llevar a que los españoles gasten con más precaución y también a que regresen las medidas restrictivas, pero también con la alta inflación. Si un hogar destina más a pagar la luz, especialmente los de menores rentas restringirán su gasto.
A la vez, la crisis de suministros está llevando a que ciertos bienes no estén disponibles y por tanto, ni siquiera puedan adquirirse. Otros factores, menos coyunturales, que también influyen tienen que ver con que las familias que más ahorraron son las más adineradas, y estas tienen una menor propensión a consumir.
Aun así, después de enumerar estos factores el Banco advierte de la incertidumbre que rodea a estos cálculos, puesto que es "difícil discernir" cómo y cuándo gastarán los hogares españoles la "cuantiosa bolsa de ahorro extraordinario" acumulado durante la pandemia. En informes anteriores, cifraba en 50.000 millones de euros este "ahorro embalsado" que se quedó sin gastar durante lo peor de la crisis del Covid.
En toda la historia, los hogares españoles no habían acumulado tal cantidad de capital, algo que se explica por la pandemia: no llevaron a cabo los gastos que sí habrían hecho de haberse tratado de un año normal. De la misma manera que estos cálculos del Banco podrían quedarse cortos, la institución también advierte de que el ritmo de la recuperación podría verse acelerado, y no solo ralentizado, si los hogares y las empresas decidieran gastar más de lo esperado de este ahorro acumulado.
No se recuperará el consumo precrisis hasta 2023
Del lado de la recuperación del consumo privado, es decir, el de los hogares españoles, el Banco de España estima que no será hasta 2023 cuando regrese a los niveles anteriores al estallido de la pandemia, es decir, los registrados en el cuarto trimestre de 2019. Sin embargo, en septiembre el mismo Banco esperaba que esto sucediese a principios de 2022.
A la misma conclusión ha llegado BBVA Research, que este lunes ha publicado su informe Situación consumo del segundo semestre de 2021, en el que estima que el consumo repuntará en 2022 entre un 5,5% y un 6,5%, así como un 4,5% este año, pero no recuperará el nivel precrisis, sobre todo por el deterioro de la situación sanitaria, por la crisis de suministros, por la inflación y el empleo y la menor ejecución de los fondos europeos.
Además, puntualiza que la debilidad del consumo es algo que se aprecia especialmente en el sector del automóvil, en el que las matriculaciones este noviembre se han situado un 33% por debajo de las que se registraron en el mismo mes de 2019. Sin la crisis de suministros, el servicio de análisis cree que habrían estado entre 3 y 7 puntos porcentuales por encima.
Por su parte, el Banco de España ahora estima que el consumo privado crecerá este 2021 frente al año pasado un 4,3%, aunque en septiembre hablaba de un 9,6% y frente al desplome del 12% que experimentó el año pasado. En 2022 apunta que avanzará un 5,1%; en el 2023, un 5,2% y en 2024 se moderará para incrementarse un 2,2%.
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