"Empezábamos a ver al final del túnel pero no deja de ser un tren que viene de cara". Es el ejemplo con el que José Luis Izuel, presidente de Hostelería de España, trata de definir la situación por la que atraviesa uno de los sectores más golpeados por la pandemia de coronavirus en España. La situación parecía comenzar a remontar en los últimos meses gracias a la vacunación y el levantamiento de las restricciones. Ahora, el futuro parece complicarse. El nivel de actividad está aún lejos del que tenían antes de la pandemia.
La media de los tres primeros trimestres de 2021 refleja que los negocios de restauración tienen 176.600 ocupados menos que en 2019. En el año previo a la explosión de la Covid-19 había 1.307.575 trabajadores ocupados en este subsector, según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) que recoge el informe anual presentado por la patronal. La cifra de empleados cayó en 2020 de forma dramática hasta los 1,11 millones, ahora mismo el empleo marca una tendencia positiva pero no consigue alcanzar las cotas previas a la crisis.
Pero si se suma el empleo destruido en el segmento de los alojamientos, las cifras de destrucción de empleo en estos dos últimos años son más duras. En los tres primeros trimestres del año hay 102.233 ocupados menos que antes de la pandemia. "El 25% de las plantillas de los hoteles han perdido empleo en estos momentos", dice el secretario general de Hostelería de España, Emilio Gallego.
Si se suman ambos subsectores de la hostelería, aún faltarían por recuperar 278.833 trabajadores respecto a los niveles previos a la crisis en un sector que generaba el 8,7% del empleo en España y aportaba el 6,4% del Producto Interior Bruto (PIB).
Frente a esos datos, el número de empleados afectados por un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) sí se ha reducido drásticamente desde que comenzó el año. En enero estaban inmersos en este mecanismo 231.821 trabajadores de negocios de restauración. Al cierre de octubre ya sólo quedaban 43.970. Según los cálculos de la patronal, a final de año se mantendrían en esta situación alrededor de 25.000 trabajadores.
De momento, el panorama se torna de nuevo incierto para muchos negocios por el avance descontrolado de los contagios y la nueva variante ómicron. Los hosteleros piden que no haya más restricciones y que se extiendan los mecanismos de ayuda puestos en marcha por la Administración.
Entre otras cosas, reclaman ampliar el periodo de carencia de los créditos avalados por ICO. "Hay que prorrogarlos porque las empresas no se pueden plantear que haya que empezar a amortizarlos en el mes de abril. Es una decisión política sencilla y hay que trasladarlas como mínimo un año hacia adelante", remarca Izuel. Asimismo, pide alargar el plazo de solicitud de las ayudas hasta junio de 2022 -finalizan el 31 de diciembre- y que se simplifiquen los criterios para acceder a las mismas.
Recuperación en 2023
De momento, la explosión de contagios ha obligado a cancelar la mayoría de las cenas de navidad de las empresas y ha supuesto un varapalo para las expectativas de cierre del año del sector de la hostelería. Según el presidente de la patronal, hasta un 75% de esos eventos se han cancelado y la facturación del sector pasará caerá desde los 10.000 millones de euros inicialmente previstos a entre 8.500 o 9.000 millones.
Entre los elementos que agitan la inquietud de los empresarios está el aumento de los costes de la energía y de las materias primas. "Es una cuestión que está marcando de manera determinante la merma de competitividad de las empresas de hostelería en nuestro país", avisa Gallego, en un momento en el que muchas siguen funcionando en pérdidas y con el agua al cuello por las deudas. "Los márgenes con los que nos toca trabajar se están estrechando", añade gallego.
La situación de las empresas dista mucho de haber vuelto a una situación de normalidad. "Siguen siendo necesarias políticas de reactivación de la demanda y de neutralidad fiscal. No se puede deprimir el consumo en sectores como el nuestro", alerta Gallego.
Cierres en Cataluña
La recuperación, eso sí, va por barrios. Según la patronal, hay fuertes diferencias entre las Comunidades Autónomas. Las que peor lo están pasando son Canarias, con un 55% menos de facturación que antes de la crisis; Baleares (-43%); Cataluña (-39%); y Madrid (-35%). Por su parte, las que mejor lo llevan son Asturias (-20%), Cantabria (-21%) y Extremadura (-21,8%).
Y las nuevas restricciones que plantean algunos gobiernos autonómicos levantan en armas a los hosteleros. La patronal catalana del ocio nocturno (Fecasarm) tiene intención de impugnar ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) las últimas restricciones aprobadas por la Generalitat, que incluyen un toque de queda.
Bares y restaurantes tendrán que limitar su aforo al 50% en interiores y las discotecas y salas de conciertos tendrán que echar la persiana. Unas medidas que la patronal autonómica tacha de "desproporcionadas y contraproducentes". "Lo que me extraña es que se hable de nuevas restricciones, pero que nadie cuente cómo se va a compensar. Vamos a confiar en que no cunda el ejemplo", concluye Izuel.
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